Dos visiones y ninguna soluci¨®n a la pobreza
La presidencia peruana ser¨¢ disputada en segunda vuelta por dos candidatos con posiciones opuestas sobre el pa¨ªs que deber¨¢n enfrentarse a la crisis pol¨ªtica y sanitaria
Con los primeros resultados a pie de urna que dan el pase a segunda vuelta a Pedro Castillo y a Keiko Fujimori, la presidencia del Per¨² se disputa entre dos visiones opuestas del pa¨ªs. El primero, dirigente magisterial procedente de Cajamarca, es el candidato de los hist¨®ricamente olvidados, representa la izquierda ortodoxa con posturas retr¨®gradas en lo referente a los derechos de las mujeres. Mientras que Keiko Fujimori ha sido principalmente votada por las clases acaudaladas, quienes propusieron el modelo de desarrollo actual e impulsaron pol¨ªticas y pr¨¢cticas antidemocr¨¢ticas. El pa¨ªs se pone frente a su espejo y muestra una divisi¨®n que requerir¨¢ lo mejor de la pol¨ªtica para conciliar un proyecto estable del Per¨² para el futuro.
Desde hace unos a?os, la pol¨ªtica no genera m¨¢s que disgustos a los peruanos: la corrupci¨®n institucional de la que intenta desligarse ha provocado que en un solo periodo (cinco a?os) cuatro mandatarios hayan portado la banda presidencial. Con esta inestabilidad y siendo el pa¨ªs que peor ha gestionado la pandemia, seg¨²n el peri¨®dico Gesti¨®n, m¨¢s de 25 millones de peruanos han sido llamados a las urnas este domingo 11 de abril.
En pocos procesos electorales se ha dado tanta importancia a los candidatos a la vicepresidencia. Se da por hecho que salga quien salga finalmente electo durar¨¢ poco, igual que los presidentes anteriores. Los grupos seguir¨¢n en su pelea de gatos mientras posponen las soluciones a la pobreza que una tercera parte del pa¨ªs sufre y que se han incrementado seis puntos porcentuales con respecto al 2019. La desafecci¨®n de la gente es cada vez mayor.
?C¨®mo se ha podido llegar a esto?
La situaci¨®n ha ido avanzando en un progresivo deterioro. Solo en noviembre de 2020, los peruanos vivieron una segunda vacancia contra Mart¨ªn Vizcarra, el gobierno de facto de Manuel Merino y las revueltas en las calles de la Generaci¨®n del Bicentenario. En febrero de este a?o, fue el famoso "vacunagate" provocando la dimisi¨®n de la ministra de Salud y de la canciller que hizo ver el s¨¢lvese quien pueda de una parte importante de la clase dirigente.
A pesar de aplicar una estricta cuarentena que hizo a las personas elegir entre comer o contagiarse, pues casi el 70% de la poblaci¨®n vive al d¨ªa con empleos informales, Per¨² sufri¨® los graves efectos de la covid-19. En marzo del a?o pasado, se descubri¨® que hab¨ªa menos de 100 camas UCI en todo el pa¨ªs. La inversi¨®n en salud p¨²blica hab¨ªa sido desatendida por d¨¦cadas y fue un golpe de realidad inmediato que ha dejado hasta el momento m¨¢s de 54.000 muertes.
Se da por hecho que salga quien salga finalmente electo durar¨¢ poco, igual que los presidentes anteriores. Los grupos seguir¨¢n en su pelea de gatos mientras posponen las soluciones a la pobreza que una tercera parte del pa¨ªs sufre y que se han incrementado seis puntos porcentuales con respecto al 2019.
Pero no fue m¨¢s f¨¢cil previo a la pandemia: Se desat¨® una batalla encarnizada permanente y obstruccionista del Congreso al Ejecutivo, iniciada en 2016 cuando Keiko Fujimori, quiso gobernar desde el Congreso. Tampoco ayudaba el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), un tecn¨®crata que nuevamente sucumbi¨® en diferentes casos de corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias y al que la gente vot¨® con la nariz tapada para evitar que el fujimorismo llegar¨¢ nuevamente al poder.
?Cu¨¢l ha sido el pecado original para llevar a esta situaci¨®n?
Algunos se?alan como origen la derrota no aceptada de Keiko Fujimori hace cinco a?os, con mayor¨ªa en el Congreso, ante PKK. El nuevo gobierno tuvo que empezar con el obstruccionismo de los fujimoristas y una minor¨ªa parlamentaria. Tras la dimisi¨®n de Kuczynski, su vicepresidente, Mart¨ªn Vizcarra tuvo que enfrentar a la oposici¨®n hasta que decidi¨® disolver la c¨¢mara y convocar a elecciones congresales; lo que termin¨® por multiplicar los partidos y los bloqueos.
Para otros se remontan m¨¢s atr¨¢s, con Alberto Fujimori y la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n de 1993 que debilita el estado, desregula la inversi¨®n de corporaciones favoreciendo la corrupci¨®n y desmantela el ya d¨¦bil sistema de salud y educaci¨®n. Per¨² ha sido el alumno aventajado en la regi¨®n del modelo neoliberal y ha tenido ¨²nicamente con Odebrecht algunos de los casos de corrupci¨®n sonados internacionalmente y que involucr¨® a una parte importante de su clase pol¨ªtica y empresarial que qued¨® muy deslegitimada
Unos terceros hablan de la crisis de los partidos pol¨ªticos de los ¨²ltimos a?os, cada vez m¨¢s debilitados han dejado de convocar a grandes masas y dejado el espacio para proliferaci¨®n de otros muchos. Este fen¨®meno ha dejado en la sociedad una imagen de carencia de liderazgo pol¨ªtico dentro de los propios partidos, que se refleja tambi¨¦n en los candidatos tr¨¢nsfugas.
Y unos cuartos, no sospechosos de populistas, lo achacan al papel de unas ¨¦lites anacr¨®nicas que viven ajenas a los problemas de su pa¨ªs. El Washington Post recientemente ha puesto el foco en ello, se?alando la influencia que han tenido promoviendo canales de televisi¨®n que contaminan el debate, sin inmutarse ante los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n recientes, desconectados de las necesidades de una parte importante de la poblaci¨®n y tachando de chavista a cualquier idea que se salga tibiamente de los postulados neoliberales, aunque el FMI o Davos digan lo contrario.
Todo ello ha provocado que el pa¨ªs haya funcionado por inercia, descuidando la institucionalidad y resolviendo las diferentes crisis permanentes una detr¨¢s de otras sin poder (o querer) atender los profundos problemas para distribuir riqueza y oportunidades que el pa¨ªs enfrenta y que con la pandemia salt¨® por los aires.
?Qu¨¦ soluci¨®n hay?
Sin abordar aspectos de las cuatro causas anteriores, ser¨¢ dif¨ªcil que Per¨² entre en una senda de mayor estabilidad pol¨ªtica, econ¨®mica y social. Un pa¨ªs que ha generado una gran riqueza la ¨²ltima d¨¦cada, pero en el cual ¨²nicamente el 20% de las familias pobres tiene refrigeradora. Ser¨¢ un proceso largo como el que requiere Chile o Ecuador y la sociedad civil tendr¨¢ que jugar su papel, como ya lo hizo la Generaci¨®n del Bicentenario en su momento y seguro lo volver¨¢ a hacer.
Requerir¨¢n tambi¨¦n jugar un papel m¨¢s activo en la b¨²squeda de soluciones duraderas a acad¨¦micos, medios de comunicaci¨®n, empresarios de mirada amplia, iglesias o el sector cultural. Hacerlo de una manera m¨¢s organizada y m¨¢s vocal, de lo contrario la inercia de la inestabilidad, desconfianza y desafecci¨®n ser¨¢ demasiado grande.
Los pa¨ªses de la regi¨®n est¨¢n encontrando sus diferentes v¨ªas para solucionar su inestabilidad, porque muchos de los problemas que el Per¨² sufre son comunes y asociados a un cambio de ciclo econ¨®mico que ha provocado una desigualdad inmanejable. Chile, Ecuador, Bolivia o Argentina est¨¢n tambi¨¦n enfrentando situaciones complejas, ni qu¨¦ decir Colombia o Brasil, con un Bolsonaro que se lo puede llevar la irresponsable gesti¨®n de la pandemia igual que a Trump.
No cabe duda que Per¨² saldr¨¢ de la pandemia fortalecida, el traje del bicentenario le sentar¨¢ bien, tardar¨¢, como todos los procesos importantes, pero as¨ª ser¨¢.
Asier Hernando Malax-Echevarr¨ªa es subdirector de Oxfam para Am¨¦rica Latina y el Caribe.
Patricia P¨¢ez es periodista peruana, coeditora de este blog.
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