La voz ausente de la ciudadan¨ªa en la revoluci¨®n digital
La evoluci¨®n de las tecnolog¨ªas avanza a pasos agigantados y ya se siente en ¨¢mbitos como la educaci¨®n o la salud. Pero, ?cu¨¢l es el verdadero impacto en las personas? ?Podr¨ªa afectar a nuestros derechos b¨¢sicos?
Para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU har¨ªan falta, seg¨²n algunos expertos, seis transformaciones ineludibles: las de la educaci¨®n, la salud, la descarbonizaci¨®n, las ciudades, la alimentaci¨®n, la tierra y el agua. Y adem¨¢s la revoluci¨®n digital.
En la Agenda 2030, este ¨¢mbito se contempla como algo transversal, siendo su importancia clave para nuestro futuro. En Espa?a, por ejemplo, la transici¨®n verde y la digital son ejes prioritarios de la pol¨ªtica.
Hay que tener en cuenta que los cambios sociales a gran escala suelen lograrse primero en los corazones y las mentes de las personas y solo despu¨¦s se incluyen en las leyes y las pol¨ªticas. Los movimientos sociales, el activismo, las campa?as de sensibilizaci¨®n deben explicar la ¨¦tica del desarrollo sostenible, promover el activismo de base y la participaci¨®n de la comunidad. Esto es algo esencial y en Espa?a se echa en falta, si se compara con otros pa¨ªses europeos donde la participaci¨®n social est¨¢ m¨¢s avanzada.
La incorporaci¨®n de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y las comunicaciones (TIC) junto a los procesos de digitalizaci¨®n en el tercer sector se han entendido como algo instrumental: una herramienta que potencia y facilita su trabajo. Pero, ?qui¨¦n hace posicionamiento p¨²blico a favor de la regulaci¨®n de las grandes plataformas digitales que erosionan nuestra vida p¨²blica y privada? ?Cu¨¢ntas voces se han levantado en contra de Facebook por su implicaci¨®n en la votaci¨®n a favor del ¡°s¨ª¡± en el Brexit? ?Cu¨¢nto se escribe alertando a la ciudadan¨ªa acerca del poder de los algoritmos para decidir cuestiones b¨¢sicas sobre nuestro futuro como educaci¨®n, trabajo, ayudas sociales o justicia?
Da la impresi¨®n de que Espa?a tuviese ciudadanos aletargados, ajenos a esta revoluci¨®n digital que no solo va a modificar sustancialmente el mercado de trabajo, sino que podr¨ªa afectar muy negativamente a nuestros derechos humanos. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ en el futuro? Llegan nuevos sistemas de comunicaciones m¨¢s avanzados, como el 5G, donde ya no solo nos vamos a centrar en la comunicaci¨®n entre personas sino tambi¨¦n en la interacci¨®n con los objetos y entre ellos.
Todav¨ªa no sabemos c¨®mo va a impactar esta tecnolog¨ªa en las personas, m¨¢s all¨¢ de lo que se est¨¢ oyendo de grandes retos como veh¨ªculos sin conductor, monitoreo continuo de par¨¢metros de personas, cosas, ciudades o asistencia sanitaria remota, incluyendo operaciones quir¨²rgicas a distancia. Lo que est¨¢ claro es que la brecha entre los que tengan la disponibilidad de estos nuevos servicios y los que no va a seguir aumentando y no sabemos hasta qu¨¦ punto nuestros derechos b¨¢sicos pueden verse afectados.
Da la impresi¨®n de que Espa?a tuviese ciudadanos aletargados, ajenos a esta revoluci¨®n digital que no solo va a modificar sustancialmente el mercado de trabajo, sino que podr¨ªa afectar muy negativamente a nuestros derechos humano. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ en el futuro?
Esta creciente distancia entre los que aprovechan las ventajas de la revoluci¨®n digital y los que no van a poder disfrutar de sus beneficios est¨¢ contribuyendo a la creaci¨®n de lo que algunos autores ya identifican como la brecha de inteligencia artificial (IA). En esta nueva brecha que es tributaria de la digital, se podr¨ªan identificar tambi¨¦n tres contribuciones.
Primero, las diferencias que se producen por no tener acceso a la tecnolog¨ªa (datos, infraestructuras) y la capacidad de generar los algoritmos necesarios para desarrollar la IA. La segunda la encontraremos en aquellos que no van a poder acceder a los servicios mejorados (de salud, educaci¨®n, financieros) bien por falta de recursos o por el propio dise?o tecnol¨®gico, ya que la falta de modelos de negocio obstaculiza el dise?o de soluciones para los problemas de las personas sin recursos. La tercera estar¨ªa constituida por los damnificados y aqu¨ª se agrupan diversas causas como los da?os generados por la aplicaci¨®n deficiente de estas tecnolog¨ªas, los sesgos en los algoritmos que toman decisiones sobre las personas o los puestos de trabajo perdidos por procesos de automatizaci¨®n y robotizaci¨®n.
Tampoco podemos olvidar la brecha en los servicios, puesto que no se van a dise?ar sistemas para problemas de la poblaci¨®n m¨¢s desfavorecida. Es habitual encontrar una visi¨®n excesivamente optimista sobre los beneficios que la IA est¨¢ proporcionando a la sociedad, pero tambi¨¦n es necesario incluir el an¨¢lisis de los riesgos que, aunque en muchos casos est¨¢n siendo identificados y denunciados, no est¨¢n siendo correctamente abordados.
La transici¨®n digital tiene unas consecuencias que nos obligan a una regulaci¨®n que atienda tambi¨¦n a la esfera pol¨ªtica. Se ha regulado lo que tiene que ver con el ¨¢mbito de la vida privada y en materia de protecci¨®n de datos, pero hay mucho por hacer en lo que se refiere a nuestra vida p¨²blica. El predominio de las grandes empresas digitales tiene graves consecuencias en la esfera democr¨¢tica.
Su influencia sobre los mercados refleja un control sobre la soberan¨ªa pol¨ªtica y democr¨¢tica que deber¨ªa estar en las manos de los ciudadanos y sus instituciones representativas. Los actores privados tienen el poder de definir las reglas de expresi¨®n en el espacio p¨²blico, lanzar su propia moneda o, dentro de poco tiempo, dictar tambi¨¦n las pol¨ªticas en otras materias. No podemos olvidar la presi¨®n que ejercen en la Uni¨®n Europea, por ejemplo, tratando de impedir una regulaci¨®n estricta de la Inteligencia Artificial. Todo ello supone una privatizaci¨®n de la esfera p¨²blica que no deber¨ªamos permitir.
Del mismo modo, tenemos que tener en cuenta la importancia cada vez mayor de poner los principios ¨¦ticos por encima de los beneficios materiales: los cambios tecnol¨®gicos est¨¢n siendo tan r¨¢pidos, que la ley no puede seguirlos al mismo ritmo. La importancia que tiene trabajar bajo estos principios ¨¦ticos se hace necesaria en estos momentos de r¨¢pidas transiciones.
La Unesco en su reciente informe Ingenier¨ªa para un Desarrollo Sostenible, publicado en marzo, recomienda acelerar el desarrollo de una Inteligencia Artificial basada en valores humanos, animando a todos los actores: instituciones p¨²blicas, universidades, industria y tambi¨¦n a la sociedad civil a unir fuerzas para que los nuevos avances tecnol¨®gicos contribuyan a la consecuci¨®n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Con todo esto, hace falta escuchar la voz de la ciudadan¨ªa, ahora ausente, pues es ella quien debiera levantarse para movilizar a los poderes p¨²blicos a la acci¨®n.
Este ar¨ªculo fue escrito por Arturo Fern¨¢ndez de Velasco, Celia Fernandez-Aller, Maria Jes¨²s Ledesma y Manuel Sierra Casta?er del grupo TIC perteneciente a ONGAWA, Ingenier¨ªa para el Desarrollo Humano.
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