La rehabilitaci¨®n de viviendas: una poderosa herramienta contra la pobreza energ¨¦tica
Las ayudas a la renovaci¨®n de edificios presentadas por el Gobierno dentro del Plan de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia deben priorizar a las familias vulnerables para garantizar el derecho a una vivienda digna
El derecho a la energ¨ªa es un derecho humano. Sin embargo, poder pagar las facturas de la luz o mantener la temperatura a un nivel confortable dentro del hogar es un desaf¨ªo para miles de personas en Espa?a. Quienes tienen que sufrir las noches fr¨ªas en invierno o las elevadas temperaturas en verano, quienes deben renunciar al agua caliente sanitaria, quienes solo puede iluminar sus viviendas con la luz de unas velas son nuestros vecinos. La pobreza energ¨¦tica sigue siendo una realidad en nuestro pa¨ªs.
Aunque se trata de un problema muy complejo ¨Crelaciona aspectos sociales, como la pobreza y la exclusi¨®n social, con problemas ambientales y de pol¨ªtica energ¨¦tica¨C, puede encontrar en la rehabilitaci¨®n de viviendas una soluci¨®n. De hecho, tal y como reconoce la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energ¨¦tica, esta es una de las herramientas m¨¢s efectivas para combatir esta situaci¨®n, a la vez que contribuye a mejorar la salud de las personas y a reducir las emisiones de CO2. As¨ª lo recoge tambi¨¦n la recientemente aprobada Ley de Cambio Clim¨¢tico y Transici¨®n Energ¨¦tica, que incide en la necesidad de rehabilitar edificios habitados por personas en situaci¨®n de vulnerabilidad.
A pesar de este enorme potencial, corremos el riesgo de que las familias con bajos ingresos queden excluidas de las ayudas a la renovaci¨®n de viviendas anunciadas por el Gobierno en el marco de Plan de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia. No ser¨ªa la primera vez. Pero vencer esas barreras requiere de fondos y mecanismos espec¨ªficos para los colectivos m¨¢s desfavorecidos.
En este contexto, hay que tener en cuenta que un porcentaje muy elevado de las familias en pobreza energ¨¦tica vive de alquiler. Por ello, es necesario establecer incentivos para fomentar que los propietarios que no sufren el problema rehabiliten las viviendas. A ello hay que a?adir salvaguardas para evitar subidas de alquiler y asegurar el mantenimiento del contrato a los inquilinos con bajos ingresos.
Otro aspecto a valorar es la cuant¨ªa de las ayudas, que debe llegar al 100% de la obra no solo para la regeneraci¨®n de barrios enteros con perfiles de exclusi¨®n social, como ha anunciado el Gobierno, sino tambi¨¦n para actuaciones en viviendas individuales de familias vulnerables dispersas en diferentes zonas de las ciudades. Adem¨¢s, estas ayudas deben otorgarse antes de realizar la obra, ya que las personas vulnerables no tienen capacidad para hacer frente la inversi¨®n inicial.
Por otro lado, en un pa¨ªs con climas suaves, el ahorro energ¨¦tico no puede ser el ¨²nico indicador para decidir la cuant¨ªa de la ayuda. Los estudios realizados por el Observatorio Ciudad 3R muestran que solo unas pocas de las actuaciones de rehabilitaci¨®n realizadas con financiaci¨®n p¨²blica estatal destinadas a la mejora de la eficiencia energ¨¦tica lograron unos ahorros por encima del 50%. Esto se acent¨²a, m¨¢s si cabe, para las familias en pobreza energ¨¦tica, que no encienden los sistemas de calefacci¨®n o refrigeraci¨®n y parten de un consumo muy bajo. En estos casos, la obra no supondr¨¢ un gran ahorro, pero s¨ª una importante mejora en el confort de sus viviendas. Este debe ser tambi¨¦n uno de los indicadores para valorar las ayudas a estos colectivos.
Otra de las barreras es la falta de conocimiento. Para solventarla, el programa deber¨ªa destinar recursos para crear oficinas que informen y acompa?en a las personas vulnerables en la identificaci¨®n de las actuaciones a realizar, su implementaci¨®n y la tramitaci¨®n de las ayudas. Es recomendable que est¨¦n atendidas por agentes sociales cercanas a estos colectivos, que gocen de su confianza y conozcan su realidad (organizaciones de consumidores, comunidades energ¨¦ticas, ONG sociales, Ayuntamientos).
El Gobierno prev¨¦ que empresas constructoras, energ¨¦ticas o bancos gestionen los proyectos. En los casos en los que las ayudas estatales no alcancen la totalidad, las compa?¨ªas energ¨¦ticas, por ejemplo, podr¨ªan financiar la parte no subvencionada mediante los ahorros que se conseguir¨¢n en la factura de energ¨ªa. Esta f¨®rmula no es adecuada para las familias vulnerables dado que, como se ha mencionado, en muchas ocasiones la obra no supondr¨¢ un ahorro sino una mejora del confort. En estos casos, las ayudas estatales deber¨ªan ser del 100% y estar canalizadas a trav¨¦s de entidades municipales o sociales m¨¢s pr¨®ximos a estos colectivos.
El plan contempla, adem¨¢s, una partida para rehabilitaci¨®n de edificios de titularidad p¨²blica. Ello puede ser una oportunidad para que comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos prioricen la mejora de los edificios de vivienda social de su titularidad destinados a colectivos con bajos ingresos, frente a la reforma de edificios administrativos.
Asimismo, es necesario que el plan se acompa?e de una reforma fiscal para que las ayudas a la rehabilitaci¨®n no computen como ingresos en la declaraci¨®n de la renta de colectivo desfavorecidos, ya que puede suponer la p¨¦rdida otras ayudas.
La rehabilitaci¨®n profunda debe de ser una prioridad, pero tambi¨¦n se deben contemplar acciones de bajo coste para viviendas individuales, como se recoge en la ya citada Estrategia Nacional contra la Pobreza Energ¨¦tica. Ello permitir¨ªa poder paliar la situaci¨®n de familias que no logran poner de acuerdo a todos los vecinos del bloque para acometer una reforma integral.
Hogares poco eficientes, en los que se pasa fr¨ªo o calor, en los que los ni?os no tienen acceso a una energ¨ªa que garantice su educaci¨®n, su salud o la de sus abuelos deben ser cosa del pasado. La rehabilitaci¨®n de viviendas es una oportunidad para mejorar la vida de millones de espa?oles a la vez que se reducen las emisiones de CO?, pero es necesario que el Plan de Recuperaci¨®n, Resiliencia y Trasformaci¨®n recoja un programa con medidas y fondos destinados a no dejar a nadie atr¨¢s.
Cecilia Foronda Diez es directora de Energ¨ªa y Personas de ECODES.
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