Por qu¨¦ lo que se ve de nuestras casas en las videoconferencias importa

La irrupci¨®n de la crisis de la covid-19 desencaden¨® una serie de acciones inauditas en el curso de nuestras vidas y acciones cotidianas. Una de ellas fue el confinamiento domiciliario, que se prolong¨® durante casi 100 d¨ªas, y que ha continuado mediante sucesivos toques de queda y diversas restricciones a la movilidad.

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Estas situaciones han afectado de forma muy profunda a nuestra forma de relacionarnos profesionalmente, acelerando procesos como la digitalizaci¨®n y el teletrabajo, y ha convertido parte de nuestros espacios privados y dom¨¦sticos en improvisadas salas de reuniones, despachos y puestos de trabajo. Nuevas y diversas herramientas digitales (como Zoom, Meet, Jitsi, Teams¡­) nos han permitido conectar con otras personas para realizar reuniones o encuentros virtualmente.

Todo esto provoc¨® que las videoconferencias se multiplicasen de manera exponencial, y en ellas miles de personas se conectaban desde sus viviendas para trabajar. En ellas se muestra a la persona en el espacio en el que se encuentra: el fondo espacial que se ve en la pantalla.

Los fondos de nuestras videoconferencias forman parte de la imagen p¨²blica, sean o no espacios ¨ªntimos y privados

De la noche a la ma?ana nuestros salones, cocinas, terrazas e, incluso, dormitorios forman parte del entorno en el que nos conectamos junto a otros, en ese gran espacio p¨²blico y compartido digital que puede ser visto por otros, e incluso grabado y publicado en redes.

Nuestros lugares privados e ¨ªntimos pueden no estar preparados para ser presentados ante otros. Prueba de ello es que, con frecuencia, hasta las visitas m¨¢s cercanas provocan expresiones acerca de lo poco recogida que se encuentra la casa, lo sucios que est¨¢n los cristales o excusas m¨²ltiples y variopintas acerca de la falta de tiempo para limpieza y cuidado de nuestras domesticidades.

La digitalizaci¨®n lleg¨® demasiado r¨¢pido con respecto a la transformaci¨®n y adaptaci¨®n espacial a ese fen¨®meno (como suele ser habitual). Los espacios que soportan las videoconferencias se transformaron en todo tipo de fondos de pantalla a los que no se prestaba demasiada atenci¨®n frente a la imagen o el audio del protagonista. Ya todo era bastante complicado de gestionar (conciliaci¨®n, confinamiento, trabajo, conexi¨®n¡­) como para preocuparnos por esos detalles anecd¨®ticos.

Esos fondos fueron, en un primer momento, espacios casuales donde se mostraban todo tipo de situaciones, algunas de ellas descuidadas, embarazosas o hasta conflictivas. Desnudos inesperados, familiares y ni?os que aparec¨ªan es escena de forma espont¨¢nea, espacios y escenas ¨ªntimas o filtros inesperados asociados a la brecha tecnol¨®gica son solo algunas de las im¨¢genes m¨¢s sonadas que hemos vivido durante este primer a?o de vida digital. Todos ellos tan naturales como r¨¢pidamente viralizados en redes, objeto de noticias globales y aviso a navegantes.

Tal y como ocurri¨® con otras redes sociales, en los que la creciente preocupaci¨®n por la privacidad y el rastreo gener¨® una conciencia colectiva en las etiquetas (tags) y las fotograf¨ªas que se sub¨ªan en redes, as¨ª esos fondos del nuevo mundo digitalizado comenzaron a cobrar inter¨¦s por la informaci¨®n que ofrec¨ªan (u omit¨ªan).

A partir de estas im¨¢genes virales de sobra conocidas, y para evitar ese tipo de situaciones, algunas empresas comercializaron productos espec¨ªficos para situar de fondo y controlar lo que los dem¨¢s ve¨ªan en nuestras videoconferencias: as¨ª aparecieron multitud de soluciones tanto digitales como anal¨®gicas.

Entre los primeros los fondos digitales por defecto que cada herramienta tecnol¨®gica tra¨ªa (digital backgrounds) pasando por el desenfoque tipo croma m¨¢s o menos preciso. Entre los segundos, falsas estanter¨ªas port¨¢tiles de cart¨®n que se vend¨ªan en los marketplaces por decenas, rollups, soportes de cart¨®n auto-portantes y todo tipo de artilugios caseros para evitar ¡°ver el fondo¡± del espacio en el que nos encontr¨¢bamos.

Los que han podido y querido han mostrado sin pudor sus espacios privados m¨¢s presentables y bonitos. Los m¨¢s valientes incluso se han lanzado a la tan esperada reforma de su vivienda o incluso a cambiarla. Sea como fuere los fondos de nuestras videoconferencias forman parte, ya, de la imagen p¨²blica (sean o no espacios ¨ªntimos y privados) por lo que bien merecen de nuestra atenci¨®n y cuidado.

FONDOS es un ciclo producido por La Casa Encendida e ideado y dise?ado por VIC Vivero de Iniciativas Ciudadanas y el m¨¢ster de Arquitecturas EF?MERAS, que plantea talleres pr¨¢cticos en torno a la mejora de nuestros espacios dom¨¦sticos a trav¨¦s de la premisa de generar un fondo personalizado, atractivo y est¨¦tico para nuestras videoconferencias. A trav¨¦s de dicho postulado dichos fondos pueden replicarse en todos los espacios dom¨¦sticos de nuestra vivienda u oficina para habilitar nuevas expresiones est¨¦ticas y dise?os arquitect¨®nicos para nuestros interiores.

A trav¨¦s de cuatro propuestas distintas sobre un paramento vertical exploraremos las posibilidades que existen para generar una pared est¨¦tica, como alternativas f¨ªsicas y complementarias a los fondos digitales y que a su vez contribuya a la generaci¨®n de fondos con identidad, personalizados y autoconstruidos.

El primero de los talleres (martes 8, 19:00) nos introducir¨¢ en el mundo del papel decorativo y pintado, campo que ha experimentado un renacer en el dise?o de nuevos materiales, geometr¨ªas, colores y expresiones gr¨¢ficas y que supone, al igual que otros materiales como la baldosa hidr¨¢ulica o el terrazo, un nuevo revival mucho m¨¢s contempor¨¢neo que los papeles que vest¨ªan las casas hace 30 o 40 a?os. Tessa Fern¨¢ndez-Dur¨¢n nos acompa?ar¨¢ en este taller pr¨¢ctico.

El segundo taller (mi¨¦rcoles 9, 19:00) propone acondicionar ac¨²sticamente nuestros espacios de teletrabajo dom¨¦sticos. Adem¨¢s de los protocolos habituales de este tipo de trabajo digitalizado (cascos, silenciados, c¨®digos digitales como manos levantadas o chats) en muchas ocasiones estos nuevos espacios de trabajo incrustados en nuestras viviendas no est¨¢n preparados para aislar ac¨²sticamente del exterior: no o¨ªr a los dem¨¢s y que los dem¨¢s no nos oigan a nosotros. La iniciativa Hertzlovers de ac¨²stica open source nos propone fabricar nuestros propios paneles ac¨²sticos para acondicionar nuestros espacios del teletrabajo, adem¨¢s de mostrar fondos muy atractivos.

El tercer taller (jueves 10, 19:00) propone la construcci¨®n in situ de un jard¨ªn vertical en casa. Un muro vegetal con plantas reales en vertical es una forma muy sencilla de disfrutar de la naturaleza y ser visto con ella, acercando el mundo vegetal a casa y poder ofrecer un fondo natural y vivo anal¨®gico en nuestras videoconferencias, sin ocupar espacio en casa.

Y no queremos dejar de incluir lo que, con total seguridad, comienza a ser una tendencia: el dise?o de espacios virtuales. El cuarto y ¨²ltimo taller (viernes 11, 19:00) busca recrear y resignificar un espacio virtual a trav¨¦s de la mediaci¨®n colectiva. En este taller exploraremos espacios virtuales inmersivos y t¨¦cnicas de apropiaci¨®n y resignificaci¨®n como el sampleado, los filtros o la realidad aumentada. Este ¨²ltimo taller ser¨¢ impartido por Marta Sicre y Tatiana Poggi y es necesario llevar un ordenador al taller.

Todos los talleres son abiertos y gratuitos, de dos horas de duraci¨®n en los que cada tallerista realizar¨¢ una introducci¨®n o presentaci¨®n te¨®rica previa y, posteriormente, un taller pr¨¢ctico de cocreaci¨®n. Cada uno de los fondos producidos quedar¨¢ en la instalaci¨®n, dise?ada exprofeso y situada en el patio de La Casa Encendida, para su exposici¨®n hasta el domingo 13 de junio.

Programa completo

Miguel Jaenicke y Esa¨² Acosta son miembros de VIC Vivero de Iniciativas Ciudadanas