Cuando el urbanismo contribuye a la distancia social
El colectivo de Vivero de Iniciativas Ciudadanas propone parques como amortiguadores v¨ªricos en la ciudad
Mucho se habla estos meses sobre la distancia social como una de las principales herramientas para evitar el contagio de la covid-19 y reducir la propagaci¨®n del mismo hasta valores de transmisi¨®n <1. La distancia social, estimada en uno o dos metros, depende de muchos factores, entre ellos la densidad de poblaci¨®n de un determinado espacio. En entornos rurales, como la Serran¨ªa Celtib¨¦rica, la densidad de poblaci¨®n es de apenas siete habitantes por kil¨®metro cuadrado, lo que dar¨ªa como resultado una distancia social media en superficie de 300 metros. En L?Hospitalet de Llobregat (Barcelona), con m¨¢s de 18.000 habitantes por kil¨®metro cuadrado, apenas siete metros separar¨ªan en superficie a cada habitante.
Adem¨¢s, en el entorno rural podemos encontrar con mayor frecuencia trabajos esenciales, como el sector primario, por lo que la incidencia econ¨®mica pueda ser m¨¢s resiliente frente a una econom¨ªa basada en el sector terciario y cuaternario, m¨¢s afectados por el confinamiento. Por el contrario, en las grandes ciudades encontramos confinamientos m¨¢s estrictos que en el medio rural, y m¨¢s riesgos para la propagaci¨®n de la infecci¨®n, ya que la densidad de poblaci¨®n obliga a comprar en establecimientos con m¨¢s gente, y compartir espacios y dispositivos con otras personas (billetes y monedas, puertas, picaportes, botones¡). La prox¨¦mica de la distancia social se asocia con el grado de protecci¨®n de las personas, pasando desde el contacto ¨ªntimo del personal sanitario al auto-aislamiento de las nuevas soledades no-deseadas.
Por todo ello la incidencia de la covid-19 en las ciudades posee un efecto devastador tanto a nivel sanitario como econ¨®mico. El proceso de urbanizaci¨®n global avanza inexorablemente, drenando los territorios y concentrando poblaci¨®n. Solo en Buenos Aires se concentra cerca del 40% de la poblaci¨®n argentina y Tokio concentra el mismo porcentaje de PIB con respecto a Jap¨®n. Incluso existen estudios en los que se relaciona directamente la contaminaci¨®n como un factor de riesgo tanto por su impacto en la salud de las personas como por la posibilidad de que el coronavirus pueda transportarse a trav¨¦s de las emisiones contaminantes. Es claro, pues, que las ciudades juegan un rol crucial en esta crisis en ambas dimensiones, sanitaria y econ¨®mica.
Al igual que Haussmann practic¨® el higienismo en Par¨ªs debemos revisitar acciones similares adaptadas a nuestros tiempos
En ese balance y su armonizaci¨®n es donde todos los gobiernos despliegan las m¨²ltiples herramientas que permiten conjugar la actividad econ¨®mica con la salud social. Una de esas medidas ha sido com¨²n en mayor o medida a todos los escenarios y supone un gran impacto en nuestras sociedades: el confinamiento y aislamiento social. A finales del mes de marzo cerca de la mitad de la poblaci¨®n mundial se encontraba confinada. Pero, ?es posible otro tipo de confinamiento urbano? ?Es posible que el dise?o urbano, su morfolog¨ªa y su estructura permitan una mayor resiliencia ante futuras epidemias? ?Podemos, desde el urbanismo y la geograf¨ªa urbana incidir o mitigar estos efectos que, previsiblemente, puedan volver a repetirse en breve plazo?
Lo ideal, en este caso, es que pudi¨¦ramos combinar el proceso de urbanizaci¨®n global ¡ªun fen¨®meno problem¨¢tico pero real¡ª con posibilidades de confinamiento selectivo, permitiendo mitigar los impactos sanitarios y econ¨®micos de futuras pandemias. Existen ciudades que, por su propia condici¨®n geogr¨¢fica, plantean ventajas debido a su aislamiento estructural: si el foco de la covid-19 se hubiese producido en Urumchi en vez de Wuhan quiz¨¢s su condici¨®n de polo de inaccesibilidad hubiese contribuido a un mejor control de la infecci¨®n.
Otras muchas ciudades se encuentran geogr¨¢ficamente aisladas por la remota distancia, los mares, los hielos, los desiertos¡haciendo que sean lugares, a priori, m¨¢s seguros para la entrada y/o salida v¨ªrica. Pero podemos ir m¨¢s all¨¢ y no conformarnos con ciudades completas ?Y si pudi¨¦ramos discriminar porciones urbanas y mantener distintos ritmos sociales/econ¨®micos en una misma ciudad?
De nuevo los accidentes geogr¨¢ficos dividen y sectorizan ciudades o territorios urbanos permitiendo establecer din¨¢micas diferenciadas. Esto se puede observar en innumerables casos. Ciudades divididas por mares ¡ªEstambul¡ª, r¨ªos ¡ªBudapest¡ª, monta?as ¡ªRio de Janeiro¡ª. Incluso algunas divisiones han sido utilizadas para aislar en cuarentena enfermos contagiados con enfermedades infecciosas durante el pasado, como los lazaretos ¡ªRobben Island en Ciudad del Cabo.
En las ciudades que poseen esta distancia urbana provocada por la geograf¨ªa podemos establecer diagn¨®sticos diferenciados en cada ¨¢rea, ajustando la acci¨®n de choque frente a una epidemia en relaci¨®n con sus necesidades espec¨ªficas, lo que permite ser m¨¢s resilientes y evitar el caf¨¦ para todos. Un ¨¢rea urbana con una alta tasa de contagios puede sufrir un confinamiento m¨¢s severo, sacrificando los criterios econ¨®micos y priorizando los sanitarios, mientras que en el otro ¨¢rea esto se haga de la manera inversa, debido a bajas tasa de infecci¨®n.
?Y en las ciudades en las que no existe esta divisi¨®n natural? Habr¨ªa que crearla mediante el dise?o urbano: un vac¨ªo despoblado que interrumpa la densa trama urbana como el cortafuegos interrumpe la biomasa en un incendio. Y ese vac¨ªo urbano que genera la distancia urbana y act¨²a como cortavirus son los parques urbanos y las zonas verdes. Los grandes parques urbanos transforman los espacios de confinamiento tipo lazareto ¡ªaislados, estigmatizados, controlados¡¡ª por espacios m¨¢s democr¨¢ticos, donde los est¨¢ndares urban¨ªsticos de espacios p¨²blicos abiertos se multiplican ¡ª m2/hab.¡ª, reformulando el crecimiento y la densificaci¨®n urbana en un nuevo urbanismo resiliente para el siglo XXI.
Habitualmente la morfolog¨ªa de los parques urbanos dise?ados poseen una o varias formalizaciones: un gran parque metropolitano como pulm¨®n verde ¡ªNueva York, Sao Paulo, Berl¨ªn¡¡ª, un parque lineal, que habitualmente se asocia a un elemento geogr¨¢fico como un r¨ªo o frente litoral ¡ª Santiago de Chile, Madrid, Valencia¡¡ª o un parque exterior o anillo verde ¡ª Vitoria, Adelaida, Colonia¡¡ª . Los pulmones verdes descongestionan ¨¢reas circundantes pero son atractores puntuales centr¨ªpetos que no interrumpen la trama urbana, ya que se encuentran rodeados por ciudad alrededor. La corona envuelve la ciudad desde su exterior y se integra en las zonas periurbanas y rurales exteriores por lo que no es capaz de discriminar grandes ¨¢reas urbanas.
En cambio el parque lineal s¨ª es capaz de ofrecer una l¨ªnea verde que articula la distancia urbana continua, por lo que ofrece ¨¢reas urbanas aut¨®nomas y m¨¢s independizadas. Pero no solamente en dos porciones, cortadas por una l¨ªnea, sino que a trav¨¦s de una formaci¨®n rizom¨¢tica ¡ª de corredores verdes de 100 a 400 metros de ancho¡ª toda la trama urbana de una gran ciudad extensa puede esponjarse y separarse dejando las llamadas buffer zones, es decir, espacios de amortiguaci¨®n. Al igual que Haussmann practic¨® el higienismo decimon¨®nico en Par¨ªs, adaptando nuevas infraestructuras frente a los riesgos de la ¨¦poca, debemos revisitar acciones similares adaptadas a nuestros tiempos.
El parque arb¨®reo o rizom¨¢tico estructura la ciudad a trav¨¦s de una gran red de espacios verdes que esponjan la trama urbana, liberan suelo, permiten la distancia urbana y social, mejoran la calidad del aire y fijan CO2; ofrecen espacios recreativos y de ocio, deportes, vistas y valor esc¨¦nico, naturalizaci¨®n, recuperaci¨®n de especies y fomento de la biodiversidad. Los distintos barrios y distritos se conectar¨ªan a trav¨¦s de estas grandes arterias verdes, esponjando la trama urbana y permitiendo ampliar las unidades de confinamiento a trav¨¦s de estos nuevos espacios.
?Podr¨ªa una ciudad articulada a trav¨¦s de estos corredores verdes operar con distintos grados de confinamiento? Estos parques arb¨®reos o rizom¨¢ticos no deben verse como infraestructuras que a¨ªslan barrios o distritos ¡ªcomo s¨ª hacen las autopistas y carreteras¡ª, sino que atraen a la poblaci¨®n como grandes espacios p¨²blicos de calidad, aportando valores sociales, econ¨®micos y ambientales. Quiz¨¢s, en un futuro pr¨®ximo, la incorporaci¨®n de la distancia urbana como estrategia permita que, con esta traum¨¢tica experiencia y nuestra innovaci¨®n, las distintas ¨¢reas urbanas puedan operar con funcionamientos diversos bas¨¢ndose en su riesgo y propagaci¨®n, haciendo que las ciudades est¨¦n m¨¢s preparadas y sean m¨¢s resilientes para hacer frente a la siguiente pandemia. Podemos aprovechar esta crisis para codise?ar las ciudades pensando en la ciudad y los cuidados a trav¨¦s de la construcci¨®n de infraestructuras urbanas saludables.
VIC (Vivero de Iniciativas Ciudadanas) es una plataforma urbana abierta y colaborativa de transferencias de la innovaci¨®n social al espacio p¨²blico, impulsada y articulada por un grupo de arquitectos, urbanistas y ciudadanos
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