Am¨¦rica Latina: di¨¢logo o suicidio colectivo
Empez¨® en Chile y sigue ahora en Colombia y otros pa¨ªses... Los estallidos sociales traer¨¢n un cambio de paradigma en el que tendr¨¢ que prevalecer el entendimiento mutuo
Tal vez, estemos viviendo uno de los momentos m¨¢s agitados y de mayor conflicto social y pol¨ªtico de las ¨²ltimas d¨¦cadas. La polarizaci¨®n pol¨ªtica, el populismo y la crisis econ¨®mica y sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus se han convertido en el combustible perfecto para hacer que el mundo moderno salte por los aires.
En Latinoam¨¦rica los estallidos sociales han movido a las j¨®venes democracias del continente desde que en Chile, en octubre de 2019, la sociedad dijo basta y detuvo en seco a un pa¨ªs que parec¨ªa pr¨®spero, pero donde la mayor parte de la poblaci¨®n llevaba demasiado tiempo aguantando la respiraci¨®n. Despu¨¦s de Chile vinieron Colombia, Per¨², Ecuador, Argentina, Guatemala, El Salvador y, en las ¨²ltimas semanas, en Colombia las manifestaciones y la violencia han vuelto a inundar las portadas. En el viejo continente tambi¨¦n se dej¨® sentir la crispaci¨®n: Madrid, Barcelona, Par¨ªs, Berl¨ªn, Roma, y as¨ª una larga lista de ciudades y pa¨ªses que a lo largo y ancho del mundo han visto como su estabilidad en realidad era la de algunos pocos, y que ese agotamiento asfixiaba a muchos.
Creo que ha llegado el momento de dejar de entender el juego pol¨ªtico, econ¨®mico y social como un intercambio de cesiones, como un "yo te doy a cambio de" o un "puedo llegar hasta aqu¨ª, pero no me pidas m¨¢s". Ha llegado el momento de sentarnos, pero no para convencernos, sino para escucharnos. No debemos preguntar??por qu¨¦ te sientes as¨ª?, sino ?c¨®mo te sientes? Debemos aprender a dialogar para poder mirar el mundo con los ojos de los dem¨¢s.
La falta de entendimiento empieza desde el momento en el que nos sentamos en una mesa de di¨¢logo con la seguridad de que tenemos la raz¨®n. La ideolog¨ªa se construye, se hereda, se defiende y, en t¨¦rminos de convicciones pol¨ªticas, pensar que existe la posibilidad de modificar los pensamientos o creencias es algo poco veros¨ªmil.
Las mayor¨ªas absolutas ya no existen, se extinguieron. La nueva forma de hacer pol¨ªtica incluye la necesidad incuestionable de dialogar y esto es algo para lo que la mayor¨ªa de los pol¨ªticos no fueron entrenados. Las reglas del juego han cambiado, y la primera y m¨¢s determinante de todas es que no puedo levantarme de la mesa cuando el di¨¢logo se encamina hacia puntos de desacuerdo.
Trump se impuso a Clinton incluso habiendo perdido el voto electoral. El Brexit fue aprobado con una diferencia de 3,5% de los votos, y estos son solo dos ejemplos entre muchos. Las decisiones pol¨ªticas se toman con un equilibrio electoral tan fr¨¢gil, que el propio proceso legitima convertir los per¨ªodos de Gobierno de un partido en una campa?a electoral constante por parte de la oposici¨®n.
La falta de entendimiento empieza desde el momento en el que nos sentamos en una mesa de di¨¢logo con la seguridad de que tenemos la raz¨®n.
En Chile, en octubre de 2020 tuvo lugar un plebiscito para preguntar por la elaboraci¨®n de una nueva constituci¨®n. En este caso, s¨ª hubo una mayor¨ªa arrolladora, ya que casi el 80% de la poblaci¨®n vot¨® a favor de elaborar un nuevo proceso constituyente. En paralelo, movimientos sociales han trabajado por fortalecer los procesos de di¨¢logo y existe un amplio acuerdo en la ciudadan¨ªa de la relevancia de llegar a acuerdos s¨®lidos en los temas m¨¢s cruciales para el pa¨ªs.
Para llevar a cabo este proceso, que adem¨¢s se har¨¢ con una in¨¦dita perspectiva de g¨¦nero e incluir¨¢ a los pueblos originarios, cientos de ciudadanos independientes se presentaron como candidatos y una importante participaci¨®n electoral termin¨® desplazando a los partidos pol¨ªticos para dar paso a nuevas voces que ser¨¢n determinantes para la redacci¨®n de la nueva carta magna.
Chile nos muestra un camino tan asombroso como incierto, pero que traer¨¢ consigo un cambio de paradigma que puede ser determinante para el futuro de las generaciones del pa¨ªs austral.
Ojal¨¢ esas 155 mujeres y hombres que fueron elegidos por votaci¨®n popular tengan la convicci¨®n necesaria para sentarse, escuchar y asumir la responsabilidad que supone echarse a los hombros los sue?os y esperanzas de millones de personas en Chile. Tal vez este proceso constituyente sea el ensayo de un camino, con muchos peligros y oportunidades, que pueda inspirar a otras democracias del continente que est¨¢n enfrentando crisis pol¨ªticas y estallidos sociales mientras tratan de recorrer la ruta hacia el desarrollo por senderos desdibujados.
Todo el pa¨ªs espera que, tal y como dijo el recientemente fallecido cient¨ªfico Humberto Maturana, sean capaces enfrentarse a la pregunta de c¨®mo queremos convivir, si es que efectivamente elegimos convivir.
Rafael Moyano G¨®mez es director ejecutivo de la Corporaci¨®n Educacional Escuelas del Cari?o.
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