Rumbo al ocaso en la isla del paraguas

Las gu¨ªas de viaje suelen referirse a Palawan como la ¨²ltima frontera de Filipinas, un lugar paradis¨ªaco, poco explotado por el turismo, el m¨¢s apartado del archipi¨¦lago filipino y con unas infraestructuras muy b¨¢sicas. Precisamente ah¨ª reside su encanto. Nada que ver con esos parajes (anta?o) id¨ªlicos, convertidos hoy en complejos masificados y playas abarrotadas de turistas occidentales.

Se cree que el nombre de Palawan tiene origen espa?ol y proviene de la palabra paraguas, por su forma alargada muy similar a la de un paraguas cerrado. La isla, repleta de on¨ªricos paisajes, playas solitarias y variada fauna marina, es una de las joyas m¨¢s preciadas de un pa¨ªs con m¨¢s de 7.000 islas que trata de abrirse un hueco entre los destinos tur¨ªsticos del sureste asi¨¢tico como para¨ªso del buceo y el esn¨®rquel.

La puerta de entrada a la isla del paraguas se sit¨²a en su capital, Puerto Princesa, donde est¨¢ ubicado el aeropuerto. Cebu Pacific (www.cebupacificair.com) opera vuelos baratos -sobre todo, si se reserva con suficiente antelaci¨®n- desde Manila, a s¨®lo una hora y media de viaje.

Si bien conviene desterrar la idea de que en Filipinas la gente habla espa?ol, es relativamente sencillo entenderse con la gente. Por norma general, los filipinos son amables y hablan ingl¨¦s de forma bastante inteligible y, en el caso de los palahue?os, la percepci¨®n del turismo como algo claramente positivo facilita la vida del visitante. Eso s¨ª, no es tan frecuente toparse con turistas europeos.

Maravillas de la naturaleza

Palawan cuenta con dos de los principales atractivos de Filipinas, ambos maravillas de la naturaleza: por un lado el Parque Nacional del R¨ªo Subterr¨¢neo, el m¨¢s largo del mundo bajo la superficie; y por otro, las playas de El Nido y el archipi¨¦lago Bacuit, uno de los parajes m¨¢s espectaculares del sureste asi¨¢tico.

A unos 50 kil¨®metros al norte de Puerto Princesa, se encuentra el Parque Nacional del R¨ªo Subterr¨¢neo, patrimonio universal de la Unesco y aspirante a ser una de Las 7 Nuevas Maravillas. Se trata de un r¨ªo de ocho kil¨®metros bajo la superficie, que discurre por el interior de una monta?a y desemboca directamente al mar.

El parque natural alberga 11 ecosistemas diferentes, desde la selva h¨²meda a los arrecifes del mar, y en ¨¦l habitan multitud de especies animales como el m¨²rcielago zorro o los peque?os pandas.

La mejor forma de llegar es contratar una excursi¨®n desde Puerto Princesa. Los paquetes tur¨ªsticos suelen incluir una furgoneta que recoge a los visitantes en su hotel y les traslada hasta Sabang. Una vez all¨ª, un peque?o barco les lleva hasta la entrada del R¨ªo Subterr¨¢neo, donde se coge una canoa que recorre la parte navegable del r¨ªo, bajo las estalactitas. El viaje suele incluir comida en la playa de Sabang y regreso al hotel de Puerto Princesa.

En busca de la puesta de sol

La verdadera joya de Palawan se ubica a 274 kil¨®metros al norte de Puerto Princesa. Es sencillo llegar, ya que salen autobuses y furgonetas desde la terminal de la capital palahue?a, pero el viaje es largo y arduo. Recorrer el irregular trayecto -se intercalan tramos de carretera con caminos bacheados- puede llevar entre cinco y seis horas en furgoneta.

Sin embargo, el simple hecho de divisar los rocosos islotes de la bah¨ªa Bacuit y el mar merece la pena. La vista se asemeja mucho a un escenario de la pel¨ªcula La playa -rodada en la isla tailandesa de Pipi- pero sin la sombra del turismo acechando.

Por el contrario, el mejor comienzo para disfrutar de El Nido puede ser sentarse en la playa y sentirse el ¨²nico turista -o pr¨¢cticamente, el ¨²nico- contemplando una de las puestas de sol m¨¢s bellas del sureste asi¨¢tico.

En El Nido hay dos tipos de enfoques para las vacaciones: el de contratar un paquete vacacional y acogerse a las ventajas y desventajas de depender de un viaje organizado, aloj¨¢ndose adem¨¢s en un islote alejado de tierra firme, como es el caso del conocido Dolarog Beach Resort; o alojarse en cualquiera de los hotelillos o cottages de la ciudad de El Nido, en primera l¨ªnea de playa, donde hay vida nocturna sin demasiado ajetreo ni exceso de turistas.

Siguiendo la segunda opci¨®n, existen multitud de locales donde contratar un barco para el island hopping y salir a la bah¨ªa en busca de paradis¨ªacos islotes e id¨ªlicos paisajes como los de las lagunas marinas llamadas Small Lagoon y Big Lagoon. Ataviados con gafas de buceo, tubo y aletas, no ser¨¢ dif¨ªcil encontrar multitud de especies, desde peque?os peces multicolor hasta, con algo de suerte, escurridizas tortugas.

Es una experiencia irrepetible sumergirse con algo de comida, que no contamine ni ensucie el entorno, para alimentar a decenas de peces que, r¨¢pidamente, se abalanzan a comer de la mano. Por 1.600 pesos (unos 27 euros) se puede contratar una excursi¨®n en barco para dos personas por el archipi¨¦lago Bacuit (comida preparada por el boatman, incluida).