El desconocido centro de M¨¦xico

La capital del pa¨ªs no estuvo siempre en el Distrito Federal. En distintos momentos de su historia reciente hubo que trasladarla a ciudades como San Luis Potos¨ª o Guanajuato. La toma de Zacatecas fue clave en el triunfo de la Revoluci¨®n. El recorrido une tres enclaves hist¨®ricos que vivieron su ¨¦poca de grandeza bajo el brillo de los preciosos metales que ocultaba su subsuelo.

Guanajuato, entre dos alturas

Es una de las ciudades m¨¢s sorprendentes de M¨¦xico. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1988, Guanajuato est¨¢ construida en dos niveles. La calle subterr¨¢nea, antiguo cauce del r¨ªo, cuenta con 23 t¨²neles y supera los mil metros de longitud. Esta arteria, que atraviesa el casco antiguo de la ciudad, fue inaugurada en 1964 y es la v¨ªa m¨¢s aconsejable para recorrerla en coche, pues el centro hist¨®rico, en la superficie, es exclusivamente peatonal. Tiene accesos tanto peatonales como vehiculares y sus paredes se han aprovechado para la construcci¨®n de algunas viviendas.

La ciudad "donde abundan las ranas", como dice su nombre en tarasco ("quanas" = ranas; "huato" = monta?oso), experiment¨® su m¨¢ximo esplendor durante la colonia espa?ola, gracias al auge minero desarrollado entre los siglos XVI y XVIII. M¨¢s adelante ser¨ªa clave en la lucha por la independencia -aqu¨ª se acu?¨® la primera moneda insurgente en 1810-, y en 1858 fue capital provisional de la Rep¨²blica bajo el gobierno de Benito Ju¨¢rez.

El Monumento al P¨ªpila homenajea a un h¨¦roe de aquella lucha, Juan Jos¨¦ Mart¨ªnez, el P¨ªpila, quien prendi¨® fuego a la alh¨®ndiga, el granero municipal que serv¨ªa de arsenal a los espa?oles... con ¨¦stos dentro. La estatua, que incluye un mirador de 360 grados, ofrece una privilegiada panor¨¢mica de toda la ciudad.

En la parte m¨¢s antigua de la localidad destaca la cantera verde de la Universidad, fundada por los jesuitas en 1732 como hospicio donde formar a la juventud y que adquiri¨® rango universitario en 1945. Muy cerca se levanta el Teatro Ju¨¢rez, de estilo moz¨¢rabe e inspirado en la Alhambra de Granada, en cuya escalinata se re¨²ne la estudiantina los viernes y s¨¢bados por la noche. Entre curioso y chocante resulta escuchar "M¨¢laga, bonita M¨¢laga" a nueve mil kil¨®metros de distancia.

Una cita cultural imprescindible y de gran renombre es el Festival Internacional Cervantino, que se celebra cada mes de octubre desde 1972 y re¨²ne en Guanajuato a destacados representantes de la cultura iberoamericana. Los m¨¢s morbosos no pueden dejar Guanajuato sin visitar su famoso Museo de las Momias, con m¨¢s de 100 cuerpos momificados de forma natural que fueron encontrados en 1865 al hacer trabajos de ampliaci¨®n en el antiguo cementerio. Las exhumaciones continuaron hasta 1989.

Zacatecas, vestigio de una ¨¦poca plateada

Siguiendo hacia el norte se llega a Zacatecas, que en n¨¢huatl significa ?lugar donde abunda el zacate (hierba, pasto, forraje)?. Aqu¨ª ya se empieza a percibir el paisaje y aroma que caracteriza al des¨¦rtico norte del pa¨ªs, sembrado de rocas, cactus y t¨ªpicos sombreros charros, imprescindibles para aplacar el inclemente sol.

Poblada por los primeros espa?oles en 1531, no fue hasta quince a?os despu¨¦s cuando se descubri¨® que su subsuelo estaba cubierto de plata, lo que la convirti¨® en una de las ciudades m¨¢s importantes de la Nueva Espa?a. Vestigio de aquella ¨¦poca de esplendor es la Mina El Ed¨¦n, cuyos 520 metros de profundidad suministraron aut¨¦nticos r¨ªos de tan preciado metal durante cerca de cuatro siglos (hasta 1950). En la visita se puede aprender sobre las condiciones extremas que sufr¨ªan los ind¨ªgenas esclavizados, aunque hoy en d¨ªa su interior est¨¢ especialmente habilitado para el turismo e incluso incluye una discoteca a la que se accede mediante un tren minero.

Por su situaci¨®n geogr¨¢fica la villa funcion¨® tambi¨¦n como centro colonizador y evangelizador del norte del virreinato, y en 1585 recibi¨® el t¨ªtulo de "Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Se?ora de Zacatecas" de manos del rey de Espa?a, Felipe II. Muchos de sus edificios, en los que predomina la cantera rosa propia de la zona, son muestras vivientes de la riqueza art¨ªstica de aquella ¨¦poca colonial.

Destaca la catedral, cuya fachada, extremadamente ornamentada, conforma el mejor ejemplo del barroco mexicano. Varios de los antiguos monasterios franciscanos son ahora museos, como el de las m¨¢scaras Rafael Coronel, que ocupa el antiguo convento de San Francisco, el primero del norte de M¨¦xico (siglo XVI), o el de su hermano Pedro Coronel, que alberga pintura contempor¨¢nea, litograf¨ªas y objetos precolombinos y africanos.

Una versi¨®n sintetizada de la historia de Zacatecas se encuentra en el Palacio de Gobierno, ejemplo de la arquitectura civil barroca del periodo colonial. Concretamente, en el mural que domina la escalera principal. Y es que Zacatecas tambi¨¦n fue clave en la Revoluci¨®n Mexicana. El 23 de junio de 1914, Pancho Villa recuper¨® en un solo d¨ªa la ciudad ocupada por el ej¨¦rcito huertista. La gesta se interpreta en el Museo de la Toma de Zacatecas, en lo alto del Cerro de la Bufa, donde tambi¨¦n se encuentra la Plaza de la Revoluci¨®n, dedicada a los generales Francisco Villa, Felipe ?ngeles y P¨¢nfilo Natera. Este cerro est¨¢ unido al Cerro del Grillo por un telef¨¦rico que recorre la ciudad en 7 minutos con inmejorables vistas.

La rosa de M¨¦xico

Rumbo al este, a medio camino entre el bullicio de M¨¦xico D.F. y la industrial Monterrey, se encuentra San Luis Potos¨ª, la rosa. Como las anteriores, esta regi¨®n estaba poblada por chichimecas, tribus errantes y rudas debido a las condiciones inh¨®spitas del lugar, por lo que tard¨® en ser ocupada por los espa?oles.

Los primeros en llegar, frailes franciscanos que lo hicieron hacia 1589, fundaron varias misiones, como la de San Luis. Los yacimientos de plata y oro descubiertos al tiempo atrajeron a innumerables colonos espa?oles, quienes bautizaron la ciudad con el sobrenombre de Potos¨ª, en alusi¨®n a las gloriosas minas bolivianas.

Como Guanajuato, tambi¨¦n San Luis fue capital provisional de M¨¦xico (1863-1867), cuando el emperador Maximiliano intent¨® gobernar el pa¨ªs en manos de los franceses y Benito Ju¨¢rez se vio obligado a trasladar el Gobierno. En la actualidad, el casco hist¨®rico ha sido restaurado y es un lujo pasear por sus amplias calles peatonales y admirar los edificios de cantera rosa, huella imborrable de la antigua majestuosidad del lugar.

La Plaza de Armas o Jard¨ªn Hidalgo comprende el Palacio de Gobierno, el Palacio Municipal justo en frente y la catedral. Esta ¨²ltima, barroca en el exterior y neocl¨¢sica en el interior, es la ¨²nica en el pa¨ªs que tiene 24 ap¨®stoles. En medio de todo ello, un kiosco de m¨²sica rinde homenaje a ocho m¨²sicos mexicanos.

Uno de los puntos emblem¨¢ticos de San Luis Potos¨ª es la Plaza del Carmen, escenario de todo tipo de eventos culturales y art¨ªsticos, y donde siempre pueden verse m¨²sicos y mimos. El templo del mismo nombre, de mediados del XVIII, es un ejemplo del barroco est¨ªpite y presenta una fachada churrigueresca de factura ind¨ªgena, con espectaculares retablos.

A unos pasos de all¨ª se encuentra el Teatro de la Paz, uno de los m¨¢s suntuosos de M¨¦xico, y en frente, el Museo Nacional de la M¨¢scara, que alberga la colecci¨®n m¨¢s completa del pa¨ªs. El recorrido muere en el punto exacto donde naci¨® la ciudad un 3 de noviembre de 1592: la Plaza de los Fundadores, espacio habitual de conciertos y exposiciones, que, adem¨¢s, acoge la Universidad.

Viaje al coraz¨®n de M¨¦xico