Nieve, desierto y Orson Welles en Marruecos
Del Marrakech m¨¢s rec¨®ndito, escondido entre las estrecheces de su medina, a la amplitud del Sahara occidental, gracias a las recomendaciones de los lectores
De playas atl¨¢nticas, a nieves perpetuas a bastantes metros de altitud. De las estrecheces y la locura de una agitada medina, a la soledad y el silencio de un gran desierto. El brutal contraste paisaj¨ªstico que ofrece Marruecos no es su ¨²nico atractivo.
El inevitable choque cultural que sorprende el viajero que los recorre por primera vez, y que suele enganchar m¨¢s y m¨¢s a quienes repites, completan un destino que lo tiene todo a un paso de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Ruta de cinco etapas con escenarios que prueban la incre¨ªble diversidad del pa¨ªs, gracias a las propuestas de los lectores.
Madraza Ben Yusuf, Marrakech rec¨®ndito
"Escondida entre las laber¨ªnticas calles de la Medina de Marrakech", nos gu¨ªa Naike Ruiz, "la antigua escuela cor¨¢nica de Madraza Ben Yusuf se muestra como uno de los edificios m¨¢s bonitos de la ciudad. En el patio, nos reciben la fuente de las abluciones y todas las superficies talladas en paredes y columnas. Las antiguas celdas de los estudiantes, se distribuyen en las plantas baja y primera y, algunas de ellas, son diminutas y carecen de ventanas". Tal y como a?ade esta lectora, "merece la pena buscar la madraza entre los miles de puestecillos del zoco".
Y si la b¨²squeda se alarga en exceso, Naike propone "un peque?o restaurante de comida marroqu¨ª que tiene aspecto de riad", donde reponer fuerzas. "En el patio hay algunas mesas, una fuentecilla y algunos ¨¢rboles. Es un lugar muy ¨ªntimo, en el que los camareros son muy amables y atentos. Aunque la primera impresi¨®n es que la carta no ofrece demasiada variedad, a la hora de la verdad vemos que lo (poco) que hacen lo hacen muy bien. En cuanto a la cantidad, lo justo y necesario: ni muy poco ni demasiado. En su justa medida". ?C¨®mo llegar? "Hay que coger la calle que hace esquina con el Caf¨¦ de France, en Jemaa el Fna, y seguir recto. Est¨¢ a la derecha y tiene en la puerta una pizarrita adornada con una guirnalda de flores". Buen provecho
Bajo las estrellas en Erg Chebbi
Desde Marrakech, Ruth S¨¢nchez propone explorar el interior del pa¨ªs. "Alrededor del desierto de dunas de Erg Chebbi, cercano al pueblo de Merzouga (cerca ya de la frontera con Argelia), existen bastantes albergues donde pasar la noche. Pero lo que es recomendable para empaparse bien de este lugar es alejarse de estos sitios y pasar una noche bajo un cielo completamente estrellado, sin contaminaci¨®n lum¨ªnica ni ac¨²stica. Y cuando amanezca, aprovechar para pasear por las dunas y dejarte calentar por los primeros rayos de sol, mientras disfrutas del color dorado de la arena". Eso s¨ª, a?ade una advertencia: "el viaje el autob¨²s no es apto para personas de coraz¨®n d¨¦bil ni para propensos a los mareos".
Trekking en el Jebel Toubkal
El paisaje vuelve a cambiar radicalmente a los pies del Jebel Toubkal, de 4.167 metros, a medio camino entre Merzouga y la costa atl¨¢ntica. "No s¨®lo es la cumbre m¨¢s elevada del Gran Atlas Occidental", asegura Vicente Recasens, "sino de todo Marruecos e incluso del norte de ?frica. Junto a ¨¦sta hay otras 10 cimas y antecimas que superan los cuatro mil metros y son muy numerosas las que superan los tres mil. Una zona perfecta para practicar el trekking. Adem¨¢s puedes acampar por algunas zonas habilitadas y en una semana puedes hacer buena parte del recorrido sin cansarte demasiado".
Para quienes busquen facilidades, Vicente aconseja "algunas empresas que organizan estos viajes y no est¨¢ mal, lo malo es coincidir con otro grupo que vaya a otro ritmo y ralentice la caminata".
La plaza de Orson Welles
Naike Ruiz propone conocer Essaouira, un "peque?o pueblo de la costa atl¨¢ntica marroqu¨ª, de paredes blancas y puertas y ventanas azules". Aunque avisa que "llegar es una odisea (desde Marrakech, los billetes de autob¨²s salen por unos 8 euros y los taxis por unos 70) de calzadas mal asfaltadas y conductores que rozan el suicidio", la recompensa merece la pena: "una vez que se entra en el zoco, todo los anterior se olvida".
"El zoco es precioso. Aunque m¨¢s peque?o que el de Marrakech", asegura Naike, "es m¨¢s pr¨¢ctico, ya que una calle principal ancha lo atraviesa. Adem¨¢s, los vendedores no agobian tanto a los turistas, lo cual es de agradecer. Se pueden ver las murallas defensivas, son ca?ones, el puerto, la plaza de Orson Welles, el antiguo barrio jud¨ªo... y lo m¨¢s importante, en los puestos de pescado del puerto, se puede comer pescadito reci¨¦n pescado a la brasa. Una aut¨¦ntica maravilla".
Monta?a rusa de sensaciones
El recorrido se hunde en el sur de Marruecos de la mano de Ignacio del Valle. "Recorrer el Sahara occidental de norte a sur es una experiencia que har¨¢ al viajero alternar la euforia con la tristeza m¨¢s profunda en cuesti¨®n de minutos. La inmensa belleza del desierto, la soledad, la sensaci¨®n de libertad, los naufragios que se alinean en las playas... Es una monta?a rusa de sensaciones que nos pilla m¨¢s cerca de Europa de los que nos hacen creer".
Cuestiones pr¨¢cticas
Los lectores no olvidan algunos consejos que, en el d¨ªa a d¨ªa del recorrido, ahorran al viajero desagradables situaciones. Por ejemplo, Juan Jos¨¦ Granados recomienda mucho cuidado al alquilar un coche, probablemente la mejor forma de moverse libremente por el pa¨ªs. "Important¨ªsimo: al alquilar un autom¨®vil, hay que hacerlo con una compa?¨ªa internacional reconocida y poner especial atenci¨®n en los datos de la p¨®liza del seguro que protege al conductor, a los pasajeros y al autom¨®vil mismo".
Por su parte, Diana Palacios recuerda a los viajeros que "no se pueden realizar fotos a edificios oficiales, puentes, aeropuertos, puestos fronterizos, etc". Esta viajera recomienda no arriesgarse, "ya que puede suponer pasar un mal rato que es mejor ahorrarse".
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