Atardecer marciano en Mazag¨®n
Ruta de tres d¨ªas por la onubense Costa de la Luz que combina playas de ensue?o, joyas naturales como los humedales de Do?ana y Odiel, y el relax m¨¢s absoluto en los Paradores de Mazag¨®n y Ayamonte
Hay algo marciano en el paisaje onubense. Adem¨¢s de las rojizas aguas de R¨ªo Tinto, las ¨²ltimas luces del d¨ªa tambi¨¦n ti?en de tonos similares el acantilado cuaternario que escolta la playa de Mazag¨®n. Este arenal se extiende desde la desembocadura de tan ferroso cauce hasta la Torre del Loro, una almenara de vigilancia del siglo XVI que se mantiene erguida sobre el agua del oc¨¦ano, como vestigio de pasados y gloriosos tiempos de descubrimientos y batallas contra los berberiscos.
Desde aqu¨ª arranca una ruta de tres d¨ªas por la onubense Costa de la Luz, desde Mazag¨®n hasta Ayamonte, a un paso de la frontera portuguesa, que combina sol, playas de ensue?o frente al intenso azul del Atl¨¢ntico y aut¨¦nticas joyas naturales como los humedales de Do?ana, las Marismas del Odiel y el Parque Natural de Isla Cristina. Y al caer el sol, el mejor descanso posible lo proporcionan dos Paradores de privilegiada ubicaci¨®n: Mazag¨®n y Ayamonte.
Humedal en super¨¢vit
La cercan¨ªa del Parque Nacional de Do?ana obliga a realizar una visita a esta reserva natural ¨²nica en Europa debido a la diversidad de ecosistemas, acu¨¢ticos y terrestres, que combina, y en especial la marisma. El humedal de Do?ana encandila al visitante con su radical cambio de aspecto al son del ciclo estacional (inundado en invierno y primavera, seco y de agrietado suelo arcilloso en verano), factor fundamental para entender su rica biodiversidad.
Sorprende a la vez la fragilidad de su supervivencia. Incluso en a?os como el presente, con super¨¢vit de lluvias, la buena salud de Do?ana pende de un hilo, pues requiere de otros suministros naturales de agua: el que aportan r¨ªos y arroyos, y el que emana de acu¨ªferos subterr¨¢neos, tan decisivos para la diversidad de su vegetaci¨®n, como amenazados por los pozos ilegales.
El paisanaje de este preciado escenario no es menos valioso, ya que especies tan seriamente amenazadas como el lince ib¨¦rico o el ¨¢guila real e imperial, han encontrado en Do?ana un territorio privilegiado en el que asegurar su supervivencia. Como paso obligado para multitud de aves en tr¨¢nsito migratorio, resulta fascinante el concurrido encuentro de especies en torno a la marisma de Do?ana.
Disfrutar del parque requiere concertar cita previa para una la visita. Para ello, lo mejor es contactar con la Cooperativa de las Marismas (Telf.: 959 430 432 / www.donanavisitas.es), ya que el paso libre a la reserva resulta imposible. Desde el Centro de Recepci¨®n del Acebuche, se realiza un recorrido en microb¨²s de cuatro horas por la reserva, con dos paradas para disfrutar de las dunas m¨®viles y de una panor¨¢mica de la desembocadura del Guadalquivir, junto al poblado de Plancha.
A la sombra de Do?ana
Junto a los m¨¢rgenes de la R¨ªa de Huelva se encuentran las Marismas del Odiel, el segundo gran humedal onubense. De extensi¨®n m¨¢s modesta, pero declaradas parque natural y Reserva de la Biosfera por la Unesco por belleza y valor medioambiental, la peculiaridad de este paraje radica en el encuentro entre las aguas dulces del r¨ªo Odiel y la aportaci¨®n del entrante Atl¨¢ntico. El ecosistema intermareal resultante acoge a multitud de aves acu¨¢tica, en una danza invernal entre garzas reales e imperiales, cig¨¹e?as negras, grullas y rapaces acu¨¢ticas como el ¨¢guila pescadora y el aguilucho lagunero.
M¨¢s accesible que Do?ana, las Marismas del Odiel cuentan con una red de senderos de acceso libre, aunque desde el Centro de Recepci¨®n e Interpretaci¨®n de Calatilla pueden realizarse itinerarios guiados a pie, en tren o en barco, que discurren por diferentes zonas restringidas y permiten un avistamiento sumamente cercano de aves tan elegantes como los flamencos.
Erguido frente al oc¨¦ano, el Parador de Mazag¨®n cautiva por el excelente entorno natural que lo rodea. Oculto en un bosque de pinos, sus habitaciones con terraza y el jard¨ªn exterior regalan panor¨¢micas sobre el Atl¨¢ntico, desde lo alto del acantilado de la playa de Mazag¨®n, uno de los mejores arenales onubense sobre el que se asienta. Puertas adentro, alegr¨ªa y luminosidad tanto en la decoraci¨®n de sus estancias, como en su oferta culinaria, que re¨²ne productos del mar y de la sierra: gambas, coquinas y langostinos combinados con jamones de jabugo, lomos y pat¨¦s ib¨¦ricos.
El Algarve a un paso
Siempre al borde del Atl¨¢ntico, la ruta vuelve a combinar bellas playas con parajes naturales de gran valor rumbo a Ayamonte, un para¨ªso para el descanso y el relax junto a la desembocadura del Guadiana, frontera natural e hist¨®rica entre los reinos de Espa?a y Portugal.
Esta localidad onubense ofrece excelentes arenales en sus cercan¨ªas, como Punta del Moral o la estrat¨¦gica Isla Canela, que a¨²n conserva restos de la fortaleza que defend¨ªa Ayamonte frente a la costa en tiempos medievales. Torre Canela, atalaya de vigilancia del siglo XVII, se mantiene a¨²n en pie en este islote marisme?o. Al otro lado de este fronterizo cauce, las posibilidades se multiplican en la costa sur del Algarve portugu¨¦s. A pocos kil¨®metros de Ayamonte se puede respirar la soledad m¨¢s absoluta en las extensas playas de Ilha de Tavira.
Antes de fundirse con el oc¨¦ano, el Guadiana regala un valioso paraje natural en forma de estuario, que se extiende en ambas riberas. Tanto la portuguesa reserva natural do Sapal como las marismas de Isla Canela e Isla Cristina ofrecen miles de hect¨¢reas de humedales a multitud de especies de aves acu¨¢ticas. En coche desde Ayamonte, pues una carretera atraviesa algunas zonas encharcadas en direcci¨®n a Isla Canela, como en bici (V¨ªa verde del Litoral) se pueden recorrer parte de estas marismas. Para m¨¢s informaci¨®n de itinerarios, lo mejor es acudir al Centro de interpretaci¨®n El Hombre y la Marisma (959 48 60 34), ubicado en un antiguo y rehabilitado molino al pie de la v¨ªa.
El Parador de Ayamonte ocupa el mismo emplazamiento que el castillo de la ciudad en tiempos de la Reconquista. Tanto, que en su edificaci¨®n se utilizaron las ¨²nicas piedras que se conservan de esta fortaleza del siglo XIII. Desde lo alto de La Villa, dominando la desembocadura del Guadiana, mezcla con excelente gusto su herencia medieval con la modernidad que caracteriza a sus habitaciones, que apuestan por tonos sencillos y la luminosidad del sol ayamontino. Pescados y maricos aderezan una estancia ideal para darle un descanso al cuerpo y una alegr¨ªa al esp¨ªritu.
M¨¢s propuestas para una escapada en Semana Santa con Paradores
GU?A
Dormir
? Parador de Mazag¨®n (Carretera San Juan del Puerto-Matalasca?as km.31, Mazag¨®n). Telf.: 959 536 300 - www.paradores.es
? Parador de Ayamonte (Avenida de la Constituci¨®n s/n, Ayamonte). Telf.: 959 320 700 - www.paradores.es
Informaci¨®n
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.