Las cosas buenas de Suiza
Recorrido por Berna, desde el Parque de los Osos y la Torre del Reloj hasta el Zentrum Paul Klee
Dejando lo de Durban a un lado, admitamos que siempre nos ha fascinado Suiza, el pa¨ªs del buen chocolate y la puntualidad...Y una capital sin atascos, apacible y sin estr¨¦s. S¨ª, Berna es una de esas agradables excepciones. Perros bien aprendidos que degustan su plato de leche en un restaurante como si supieran que no est¨¢ bien visto alborotar o conductores que sonr¨ªen al turista despistado, Berna acoge al visitante con un abrazo cargado de civismo y buen rollo.
Sin complejos frente a Z¨²rich, la peque?a capital suiza empieza a soltarse t¨ªmidamente la melena sin perder su esencia. Esta es una ruta por sus distintas caras, la de siempre, la medieval, y la m¨¢s cool.
Un reloj que nunca falla
La ruta arranca en el Berna medieval para ver uno de los mayores orgullos de los berneses: la famosa Torre del Reloj, anta?o la primera puerta de acceso a Berna. Lo mejor es usar la medicina suiza -la puntualidad- y llegar justo antes de las en punto si se quiere ver en movimiento las figuras de un reloj que mantiene el mismo mecanismo desde 1530. De hecho, es all¨ª donde se agolpan los turistas, pero para los berneses lo mejor est¨¢ dentro: el mecanismo de un reloj que s¨®lo se ha parado una vez en toda su historia. El reloj se puede visitar por dentro, en grupos reducidos de 20 personas.
La bodega de Berna
De all¨ª la ruta contin¨²a hacia la fuente del Ogro, en la Kornhausplatz, rodeada de terrazas y caf¨¦s. Pero muy cerca hay un lugar a¨²n m¨¢s tentador: el restaurante Kornhauskeller, lo que fuera en el siglo XVIII el granero de Berna y una inmensa cantina donde se guardaba el vino (de hecho, se cuenta que seis soldados se ahogaron en vino durante un ataque de las tropas napole¨®nicas). El Kornhauskeller es uno de los locales m¨¢s grandes de todo Suiza. Merece la pena entrar para cenar (el restaurante es un poco caro) o tomarse algo en la vinoteca y disfrutar de este s¨®tano con una impresionante b¨®veda que transporta a otros tiempos.
Un paseo de compras de seis kil¨®metros
Volvemos a la Torre del Reloj y nos dirigimos a la calle Kramgasse para pasear por las famosas Lauben, seis kil¨®metros de arcadas de piedra que se extienden desde Spitalgasse y convierten en uno de los paseos comerciales m¨¢s largos de Europa. All¨ª se encuentran anticuarios, joyer¨ªas, librer¨ªas y tiendas de moda, a resguardo de los rigores del invierno. Y se encuentran sorpresas como la tienda de arreglos florales del n¨²mero 60 de la calle, la Blumenflair. Entre sus platos fuertes, sus flores con forma de pasteles, tan bien imitados que dan ganas de llev¨¢rselos a la boca.
En esta calle est¨¢ casi toda la esencia de Berna. En los s¨®tanos de ambos lados de la calle se siguen conservando las antiguas bodegas que dieron fama de bebedores a los berneses y que hoy muchas de ellas se han reconvertido en tiendas, vinotecas, cibercaf¨¦s y hasta varios teatros.
Esta calle, adem¨¢s, tuvo a un vecino ilustre. Albert Einstein desarroll¨® su teor¨ªa de la relatividad en la segunda planta del n¨²mero 49. La casa se puede visitar y la entrada cuesta cuatro euros (tres para los ni?os). Consultar los horarios aqu¨ª.
Desde la casa de Einstein la ruta cruza una especie de pasadizo hasta dar con la calle M¨¹nstergasse y se va acercando en direcci¨®n al r¨ªo Aare. Conviene detenerse en la plaza M¨¹nsterplatz para ver la fachada de la catedral, ahora protestante. La representaci¨®n policromada del Juicio Final hecha por los cat¨®licos fue respetada pese a que la Reforma prohib¨ªa el culto a las im¨¢genes.
Berna desde lo alto
Las mejores vistas de Berna se disfrutan desde la plataforma de la catedral (ver horarios aqu¨ª). Pero si se tiene miedo a las alturas la alternativa est¨¢ justo al lado, en el parque que rodea a la catedral. Es un buen lugar para hacer una parada y contemplar las vistas mientras se descansa. Adem¨¢s, en el parque hay un kiosko con prensa y juguetes para ni?os gratis. Un ascensor une el parque con Matte, el antiguo barrio de los gremios, cuyas casas est¨¢n situadas a orillas del r¨ªo.
Nos dirigimos a la calle Zreuzgasse para desembocar en la conjunci¨®n de Kramgasse con Gerechtikeitsgasse. Si el est¨®mago comienza a rugir esta es una buena oportunidad para elegir sitio para degustar unr?sti (http://es.wikipedia.org/wiki/R?sti) o unafondue antes de encaminarse al cercano B?renpark, el foso de los osos. Desde el puente Nydeggbr¨¹cke, adem¨¢s de disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad, se puede observar a los animales que llevan siendo el s¨ªmbolo de Berna desde el siglo XIII, cuando el duque fundador de la ciudad decidi¨® ponerle el nombre del primer animal que cazara, seg¨²n las leyendas. Dice mucho del car¨¢cter c¨ªvico de esta ciudad el gran debate pol¨ªtico que se suscit¨® hasta lograr que los osos pudieran disfrutar de un espacio m¨¢s amplio.
A partir de aqu¨ª lo mejor es callejear y explorar las paralelas a Kramgasse y ponerse ruta rumbo a la Bundesplatz, donde est¨¢ el edificio del Parlamento, el Bundeshaus, pasando antes por el hotel m¨¢s lujoso de la ciudad, el Bellevue Palace. En esa misma calle, frente al Parlamento est¨¢ el Caf¨¦ Federal, muy popular para cenar o tomar algo por la tarde. El paseo sigue en las calles peatonales B?renplatz y Waisenhausplatz, donde se re¨²nen los berneses para disfrutar de las terrazas y de los mercadillos, donde se puede encontrar desde flores y comida hasta objetos realmente originales. Es en estas calles donde se establecen los t¨ªpicos mercados de Navidad y el mercado de la cebolla, uno de los eventos m¨¢s populares de Berna.
El lado m¨¢s 'cool' de Berna
Se equivoca quien piense que Berna se acaba en los l¨ªmites del casco medieval. Aunque la vida transcurre tranquila por sus calles y a veces su ambiente recuerda m¨¢s al de una peque?a ciudad de provincias que al de una ajetreada capital, Berna tambi¨¦n muestra su lado m¨¢s urbano y cool.
La ruta para ver esta cara m¨¢s moderna de la ciudad arranca en el Zentrum Paul Klee, con el que Berna homenajea al artista m¨¢s universal nacido en su ciudad, pero que curiosamente nunca obtuvo la nacionalidad suiza. El impresionante edificio de Renzo Piano, con tres enormes olas de acero y cristal, guarda la colecci¨®n m¨¢s importante de Klee. En el museo se puede disfrutar ahora (hasta el 26 de septiembre) de una magn¨ªfica exposici¨®n, "Klee se encuentra con Picasso", un pulso creativo de dos de los artistas m¨¢s importantes del siglo XX.
Los autobuses 12 y 10 y el tranv¨ªa n¨²mero 5 llegan hasta el museo. Consultar aqu¨ª los horarios.
Los amantes de la arquitectura, las compras lo tienen todo en uno en el Wetside, un centro comercial y de ocio, con parque acu¨¢tico incluido y que fue dise?ado por Daniel Libeskind. Abierto en el 2008, el Wetside est¨¢ destinado a ser, junto al Zentrum Paul Klee, la se?a de identidad de la Berna m¨¢s cosmopolita.
Tras el empacho de arte y compras, otro de buena gastronom¨ªa. Uno de locales m¨¢s de moda en Berna es el restaurante Schwellenm?tteli, a orillas del r¨ªo Aare. Su comedor est¨¢ acristalado, con lo que si el tiempo no permite cenar en la terraza, se pueden disfrutar igualmente las vistas del r¨ªo y la catedral iluminada. Sirven desde platos de la cocina mediterr¨¢nea (el gazpacho, por ejemplo) hasta el sabor tradicional suizo (tambi¨¦n ofrecen platos para cel¨ªacos). Es un poco caro, pero merece la pena disfrutar del ambiente y de sus vistas. Tampoco hay que descartarlo para tomar un c¨®ctel o una copa porque la tranquila Berna tambi¨¦n despierta a veces a la noche. Quiz¨¢ este sea el momento de conversar,de f¨²tbol, o delo que se tercie.
C¨®mo llegar
La compa?¨ªa a¨¦rea Swiss ofrece vuelos diarios a Z¨²rich desde Barcelona, Madrid, M¨¢laga, Palma de Mallorca y Valencia. Desde Barcelona hacen tambi¨¦n vuelos diarios a Ginebra. Hay enlaces por tren a Berna y Zermatt con salida desde los propios aeropuertos de Z¨²rich y Ginebra.
Tarifas (http://www.swiss.com/spain): Barcelona a Ginebra, desde 55 euros, y a Z¨²rich 196 euros. De Madrid a Z¨²rich, desde 186 euros.
Para m¨¢s informaci¨®n, consultar la web de Swiss en espa?ol (www.swiss.com/spain)
Informaci¨®n y Reservas: 901 11 67 12
Transportes
Para usar los autobuses y tranv¨ªas, los billetes deben comprarse en las m¨¢quinas que suele haber junto a las paradas. Es all¨ª donde el viajero tiene que picar el billete.
M¨¢s informaci¨®n sobre transportes en Berna aqu¨ª
Oficina de Turismo de Berna
En la estaci¨®n central de tren y en el Parque de los Osos. Hay posibilidad de llevar audiogu¨ªa en espa?ol en el iPod. Cuesta 12,50 euros o 18 francos suizos. Tambi¨¦n hay posibilidad de hacer visitas por la ciudad acompa?ados por un gu¨ªa. El punto de encuentro es en la estaci¨®n central de tren a las 11.00. Dura una hora y media y cuesta 12,50 euros para adultos y 6,50 para ni?os entre 6 y 16 a?os. Tambi¨¦n hay posibilidad de visitas guiadas en bicicleta. Para grupos de 10 personas cuesta 40 francos suizos (es necesario hacer reserva). Tambi¨¦n se pueden hacer visitas en zodiac por el r¨ªo.
Horario comercial
Para quienes quieran disfrutar de las compras en Berna conviene saber que cierran entre las 18.30 y las 19.00, y los s¨¢bados a las 17.00. Los jueves es el d¨ªa que se alargan los horarios comerciales hasta las 20.30 o las 21.00.
M¨¢s informaci¨®n sobre Suiza
www.MySwitzerland.com dispone de informaci¨®n sobre todos los destinos y ofertas tur¨ªsticas en Suiza en espa?ol. Adem¨¢s, atienden las consultas en un tel¨¦fono gratuito (00 800 100 200 30) y tambi¨¦n en espa?ol
D¨®nde comer
Otros restaurantes, en myswitzerland.com
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