Playa, ruinas y un Oscar
Seis excursiones en tierra para animar el viaje en barco
La traves¨ªa en goleta por la costa turca se puede amenizar con excursiones de medio d¨ªa para explorar la zona, rica en parajes naturales y en ruinas antiguas, puertos con encanto y hedonistas paradas gastron¨®micas.
01 La isla de 'Mediterr¨¢neo'
La isla donde se rod¨® la oscarizada Mediterr¨¢neo tiene varios nombres: Meis en turco, Kastellorizo y Megisti en griego, Castellorosso en italiano. Se llega en ferry desde Kas pero hay que llevar pasaporte porque, aunque est¨¢ a dos kil¨®metros de la costa turca, es Grecia. Se nota en las ventanas azules de sus casas blancas y en los mezedes de sus restaurantes. Un pueblito pesquero (nueve kil¨®metros cuadrados, 200 habitantes y un par de taxis), hoy m¨¢s volcado al turismo slow. Ideal para pasar el d¨ªa y comer, por ejemplo, un estupendo pulpo a la brasa en la terraza emparrada del Olive Garden (www.kastellorizo.de). Por la tarde, el ferry hace resonar su bocina y los turistas se recogen.
02 Buscando la sombra
La garganta de Saklikent es la segunda m¨¢s larga de Europa. Veinte kil¨®metros (cuatro de ellos transitables) de pozas heladas, cuevas, cataratas y alucinantes paredes rocosas. Un refugio umbr¨ªo del calor estival que conviene visitar temprano, antes de que se llene de excursionistas. En pasarelas y plataformas de madera hay bares para probar la trucha fresca del Xanthos, r¨ªo que surca esta grieta hace miles de a?os.
03 Ruinas de la ciudad sumergida
Los sarc¨®fagos de Kekova tienen forma de barco invertido y su quilla sobresale del agua como la tumba de un casco muerto. La zona fue devastada por un terremoto en el siglo II, y la parte tragada por el mar sigue siendo lo m¨¢s visitado. Bajo el agua yacen necr¨®polis licias, casas con escaleras que no llevan a ning¨²n lado y pilares llenos de algas entre los que nadan los peces. Las ruinas acu¨¢ticas se pueden recorrer en kayak.
04 Tumbas verticales
Para llegar a la antigua Caunos hay que anclar la goleta en Ekincik y tomar una gabarra para atravesar los ca?averales del r¨ªo Dalyan. El cl¨ªmax de la excursi¨®n (que puede incluir comida en la orilla del r¨ªo y unos divertidos aunque masificados ba?os de barro sulfuroso) son sin duda las espectaculares tumbas licias talladas en las paredes del ca?¨®n como templos bidimensionales. Tienen fachada, pero no fondo.
05 Arena en los pies
Si alguien echa de menos embadurnarse de arena tras una semana de ba?os limpios desde el barco, la playa a la que ir es Oludeniz. Una larga lengua arenosa a la sombra del monte Baba Dag. En la orilla se alquilan fuerabordas para visitar el valle de las Mariposas, la cueva Azul o la isla de San Nicol¨¢s (donde vivi¨® Pap¨¢ Noel). Pero, ojo, algunos autodenominados Crazy Captains har¨¢n temblar a los m¨¢s miedosos con sus saltos sobre las olas. Si te va la marcha, es muy divertido.
06 Una ciudad fantasma
Cuando se declar¨® la Rep¨²blica Turca en 1923, pueblos enteros de musulmanes que viv¨ªan en la parte griega pasaron a la turca y lo mismo ocurri¨® con los cristianos ortodoxos del otro lado. As¨ª, ciudades como Kayakoy se quedaron de golpe vac¨ªas. El terremoto de 1957 hizo el resto. Hoy, este pueblo fantasma, medio roto, medio en pie, es un lugar surrealista e inquietante, sobre todo cuando lo iluminan de noche.
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