El ¨ªdolo de los or¨ªgenes

La llaman isla de luz, hogar de Apolo, para¨ªso de poetas, cocineros y ceramistas, tierra de los senderos misteriosos, joya de las C¨ªcladas. Sifnos es la isla griega m¨¢s elegante y secreta del Egeo. Ba?ada por un mar turquesa inimaginable, ha sido refugio tradicional de intelectuales y artistas en busca de la paz esencial y cautivadora de su aire. Envuelto en esa magia y hechizado por la sencillez de su arquitectura vern¨¢cula (que tanto gust¨® a Le Corbusier), el arquitecto espa?ol David Gonz¨¢lez Redondo, junto a sus dos hermanos, ha creado Kamarot¨ª (www.kamaroti.com). Mucho m¨¢s que un hotel al uso, es el ed¨¦n privilegiado para abrir los ojos a los placeres sencillos e intensos de esta delicia del Mediterr¨¢neo. Un ba?o al amanecer entre olivos centenarios. R¨¢fagas de hierbabuena, romero y lavanda. Los rayos de sol bajo la p¨¦rgola. Una hamaca junto al huerto para fundir la vista al mar... Es un sue?o suave, no sabemos si estamos dentro o fuera, si el jard¨ªn llena la habitaci¨®n o las villas y las suites besan el exterior.

Con un mimo infinito por el contexto natural y los detalles, Kamarot¨ª parece haber crecido con los ¨¢rboles de los alrededores. Al fondo, la espl¨¦ndida localidad de Kastro se yergue como un decorado irreal con tres de sus orientaciones vertidas al mar. Pasear por las calles de Kastro con las primeras luces de la ma?ana es recorrer un escenario de pel¨ªcula. Antigua capital de Sifnos, esta perfecta aldea-fortaleza mantiene intacto su trazado medieval. Las casas encaladas, con una escalera azul que conduce al piso superior, se agrupan formando los muros externos. Columnas cl¨¢sicas, escudos de armas venecianos y otras sorpresas aguardan en cada giro de callej¨®n.

Una cala ¨ªntima

Para quienes busquen el perfecto mar, a un kil¨®metro de Kastro y muy cerca de Kamarot¨ª est¨¢ la playa de Poul¨¢ti. Aqu¨ª no hay motoras que estropeen el entorno, sino una cala ¨ªntima y transparente relajada por el sonido del agua. "Heme aqu¨ª pues, / el creado para las ni?as y las islas del Egeo; / el amante de los saltos de las corzas / y sacerdote de las hojas del olivo; / el bebedor de sol y cazador de saltamontes", escribi¨® Odiseo Elytis, posiblemente desde un lugar id¨ªlico como este. A unos veinte minutos andando, entre molinos y peristerionas (los t¨ªpicos palomares blancos de la zona), se alcanza el n¨²cleo m¨¢s habitado de la isla. Ano Pet¨¢li y Artemonas, pasando por Apollonia (la capital de la isla) hasta Exampela y Katavati. Es un conjunto continuo de varias aldeas entre colinas. Artemonas invita a caminar tranquilamente, par¨¢ndose a admirar cada una de sus maravillosas casas y villas neocl¨¢sicas. En lo alto del promontorio, frente al templo de Agios Spyridonas, se ve la casa donde naci¨® el poeta Ioannis Gryparis. Cuatro se?ores griegos toman caf¨¦ frapp¨¦ en una terraza de la plaza principal y recomiendan la cercana tienda de pasteles de Teodoro para probar delicias locales como amigdalopita y loukoumia de rosa. A pocos pasos est¨¢ el centro cultural donde se re¨²nen los artistas. Es f¨¢cil encontrarse aqu¨ª con el director de cine serbio Emir Kusturica, quien qued¨® prendado de Sifnos cuando actu¨® recientemente en la coproducci¨®n Nicostratos el pel¨ªcano.

Tomamos el Sten¨®, la calle m¨¢s popular poblada de tiendas y tabernas, para cruzar Apollonia. La traves¨ªa es muy agradable. Entre el cl¨¢sico pavimento de piedra local y la blanca arquitectura cicl¨¢dica, aqu¨ª hay surtido para todos los gustos. Desde los tradicionales joyeros de oro y plata, como la joyer¨ªa Bl¨¦ (conocida como la tienda de Spyros), hasta el Botzi y el Doloma, los bares de copas con mejor m¨²sica y m¨¢s movida en verano. Para cl¨¢sicos, es preceptivo adorar los fragmentos del templo de Apolo, del siglo VII antes de Cristo, incorporados a la iglesia de Panagia Ouranoforia. O perderse en el Museo de Arte Popular, una mara?a divertida de objetos, fotograf¨ªas y vestidos antiguos. El toque contempor¨¢neo se encuentra en el vecino restaurante Cayenne (www.sifnos-cayenne.gr). All¨ª, el chef Nikos Neroutsos presenta con cari?o sus creaciones como obras de arte coloridas. Es la mejor herencia del internacionalmente reconocido Nikolaos Tselementes, padre de la cocina contempor¨¢nea griega, cuya casa natal est¨¢ en Exampela.

El extremo del Sten¨® conduce a Katavati. Esta poblaci¨®n tranquila es la imagen ideal de un pueblo griego. Aqu¨ª todos hablan del impulso que Julie Tzanni ha aportado a la cer¨¢mica sifniota. Instalada en Sifnos por amor a su oficio, merece la pena visitar su estudio (www.julietzanni.tumblr.com) para admirar sus arcillas irregulares. La flor turquesa hipnotizar¨ªa a Georgia O'Keeffe, y las joyas de barro, pulidas y sin ojos como los ¨ªdolos cicl¨¢dicos, quebrar¨ªan la cabeza de Julio Cort¨¢zar: "El ¨ªdolo de los or¨ªgenes, del primer terror bajo los ritos del tiempo sagrado". Como en los relatos de Final del juego, los caminos se abren. Desde Katavati es posible elegir uno de los m¨²ltiples monopat¨ª. Son senderos que recorren la naturaleza virgen de la isla, limpios y cuidados por la ONG Elleniki Etairia (www.ellet.gr). Una senderista entrenada tomar¨ªa el de tres horas hasta Vathi, la poblaci¨®n costera de playa familiar donde trabaja, bajo un techo de algas, el maestro ceramista Atsonios (www.ceramicartatsonios.gr). O el que conduce a la zona de Mousia, un interior primigenio y remoto donde el artista greco-alem¨¢n Alberto Bourdeth ha escondido su intrigante pieza de land art One last face off, tributo a Sifnos.

De regreso a Kamarot¨ª, agradecemos esa enorme ducha por la que asoma un olivo, los cosm¨¦ticos bio de la l¨ªnea griega Korres, las c¨®modas camas coco-mat que nos hacen sentir en casa. En la terraza hay un big bang de estrellas. La felicidad es pedirle al or¨¢culo que este viaje se repita.

? Julia Piera es autora del libro de poemas Puerto Rico digital (Bartleby Editores).