Virtuosos del arte y la rob¨®tica
Un r¨ªo con ola surfera, el m¨¢s famoso autorretrato de Durero, el dise?o lum¨ªnico de Ingo Maurer, los estudios donde Hitchcock rod¨® su primera pel¨ªcula y el futurista Museo de BMW en M¨²nich
Por supuesto que M¨²nich es la Oktoberfest (esa macrofiesta cervecera que se alarga durante m¨¢s de dos semanas entre septiembre y octubre; www.oktoberfest.de), la cerveza (que se toma en jarras de un litro) y las weissw¨¹rste, las famosas salchichas blancas que se comen con bretzel y mostaza dulce (solo hasta mediod¨ªa y sin piel, por favor). Pero por suerte la realidad nunca es tan simple como los t¨®picos. Rascamos un poco y resulta que estamos en un potente centro de dise?o industrial, que la calidad de vida es de las m¨¢s altas de Alemania, y la econom¨ªa, muy din¨¢mica. La capital de Baviera (1,3 millones de habitantes) se est¨¢ sacudiendo su fama de ciudad conservadora a base de innovaci¨®n y cultura. Y se nota.
9.00 Desayuno: salchichas blancas
A pesar de su potente industria del motor, M¨²nich es una de las ciudades alemanas que m¨¢s est¨¢n fomentando el uso de la bici, y una buena idea para moverse es registrarse en uno de los dos servicios que ofrecen alquiler: callabike-interaktiv.de y nextbike.net. Una vez en dos ruedas, nada mejor que empezar el d¨ªa con un potente desayuno b¨¢varo ¡ªsalchichas blancas¡ª en la tradicional Hoffbr?uhaus (1) (Platzl, 9; www.hofbraeuhaus.de). Heredera de una f¨¢brica de cerveza con m¨¢s de 400 a?os de historia, la cervecer¨ªa tal como se conoce hoy abri¨® sus puertas a finales del siglo XIX. Los clientes regulares guardan sus propias jarras bajo llave.
11.00 Las luces de Ingo
Subir las escaleras del Alter Peter (2) (Rindermarkt, 1; dos euros) ayuda con la digesti¨®n. Desde lo alto de la torre, las excelentes vistas descubren dos edificios clave del centro: la Marienplatz (3) y Frauenkirchen (4). En el subsuelo de Marienplatz acaban de comenzar las obras de remodelaci¨®n de la estaci¨®n de metro con un proyecto de iluminaci¨®n del famoso Ingo Maurer que har¨¢ brillar un cambiante techo rojo con luces de led. Quedan al menos un par de a?os hasta que termine, pero mientras tanto, en la estaci¨®n de Westfriedhof (5) se pueden admirar unas l¨¢mparas de aluminio de 3,8 metros de di¨¢metro obra de Maurer, y en su showroom y tienda (6) (Kaiserstrasse, 47) se exponen m¨¢s de cien piezas dise?adas por este virtuoso de la luz.
A cinco minutos de Marienplatz encontramos el Viktualienmarkt (7), foco gastron¨®mico del centro. Quien no quiera comer de pie o esperar turno en el biergarten del mercado ¡ªque usualmente est¨¢ muy lleno¡ª puede seguir hasta la cervecer¨ªa Der Pschorr (8), un poco m¨¢s apartada, o perderse en el moderno mercado de Schrannenhalle (9).
15.00 Surfistas urbanos
Una de las razones por las que M¨²nich ha sido nombrada una de las ciudades con mejor calidad de vida es su abundancia de espacios verdes, una lista encabezada por el Jard¨ªn Ingl¨¦s (Englischer Garten) (10) (Liebergesellstrasse, 8). Un desnivel en un tramo del veloz r¨ªo Eisbach crea una ola permanente de medio metro famosa entre los amantes de las tablas, un ins¨®lito spot surfero a las puertas de los Alpes.
Una alternativa para la tarde son los museos. En la Alte Pinakothek (11) (Barer Stra?e, 27; www.pinakothek.de), en el distrito del arte o Kunstareal, espera entre otros el famoso autorretrato de Durero en el que se representa frontalmente como Cristo surgido de las tinieblas, una obra maestra de misticismo exacerbado y humanismo consciente del dolor. El Deutsches Museum (12) (www.deutsches-museum.de; Museumsinsel, 1) re¨²ne 28.000 piezas y objetos de 50 campos cient¨ªficos y tecnol¨®gicos, que van desde el aeroespacial hasta el de las telecomunicaciones, pasando por la biotecnolog¨ªa. El museo es un claro ejemplo de la inclinaci¨®n industrial y tecnol¨®gica de la ciudad, que alberga empresas como BMW, Siemens o recientemente otras del ramo de la rob¨®tica. M¨²nich es, adem¨¢s, un importante polo de atracci¨®n para ingenieros de medio mundo (muchos de ellos, espa?oles) y registra la tasa de paro m¨¢s baja de las grandes ciudades alemanas (menos del 6%). BMW tiene su propio parque tem¨¢tico del motor, el BMW Welt (13) (Am Olympiapark, 1; www.bmw-welt.com), cruce entre estudio de dise?o y tecnolog¨ªa, concesionario, sede de la marca, museo (entrada, 9 euros) y centro de eventos. El edificio, proyectado por el estudio vien¨¦s Coop Himmelb(l)au, evoca, fantasiosamente metalizado, una m¨¢quina futurista.
17.00 ¡®La historia interminable¡¯
Y de los coches al cine. Hitchcock rod¨® parte de su primer largometraje, El jard¨ªn de la alegr¨ªa (1925), en los Bavaria Film Studios (14) (Bavariafilmplatz, 7; www.bavaria-film.de), que tambi¨¦n han sido usados por directores como Kubrick, Wilder, Bergman o Fassbinder. En sus plat¨®s se rod¨®, por ejemplo, La historia interminable (Wolfgang Petersen, 1984). M¨²nich tiene una importante tradici¨®n cinematogr¨¢fica ¡ªWim Wenders estudi¨® en su Universidad de Televisi¨®n y Cine¡ª y es, adem¨¢s, uno de los mayores centros editoriales de Europa. Aqu¨ª tiene su sede el diario S¨¹ddeutsche Zeitung y la cadena estatal ARD, la segunda mayor compa?¨ªa medi¨¢tica con fondos del Estado en el mundo despu¨¦s de la BBC. Y este rol no viene de ahora: el Stadtmuseum (15) (St.-Jakobs-Platz, 1) dedica una secci¨®n al nacionalsocialismo y a su potente maquinaria de propaganda basada en M¨²nich (tampoco deja de lado las persecuciones sufridas ni la resistencia en la ciudad).
19.00 Modernos y tradicionales
En M¨²nich se cena pronto, pero una buena idea antes de ir a alg¨²n restaurante es darse una vuelta por el r¨ªo Isar. Cerca del cauce est¨¢ el barrio del Glockenbachviertel (16), un lugar de caf¨¦s y restaurantes con aire alternativo, favorito en los circuitos LGBT, que desde hace unos a?os se ha hecho muy popular y atrae a j¨®venes con pinta de estar reci¨¦n llegados de Berl¨ªn. Uno de los lugares interesantes es el caf¨¦ Aroma (Pestalozzistra?e, 24), con una selecci¨®n de productos org¨¢nicos y comida casera que muy bien podr¨ªa estar situado en el berlin¨¦s barrio de Kreuzberg. Pero si lo que queremos es disfrutar de lo mejor de la gastronom¨ªa b¨¢vara, en el barrio de Haidhausen se encuentra uno de los m¨¢s tradicionales restaurantes de comida t¨ªpica, el Wirtshaus in der Au (17) (Lilienstra?e, 51). Con una clientela casi exclusivamente local, este restaurante ofrece especialidades de la zona a buen precio, y no es raro encontrar entre sus comensales hombres o mujeres ataviados con trajes regionales.
21.00 Noches en Glockenbachviertel
La noche en M¨²nich empieza tambi¨¦n pronto, y un buen lugar para tomarse la primera es barato y est¨¢ al aire libre. En Alemania nunca se prohibi¨® el botell¨®n, por lo que una costumbre entre los habitantes de M¨²nich es comprar una cerveza en alguno de los quioscos cercanos y beb¨¦rsela en la plaza de G?rtnerplatz (18), uno de los epicentros del barrio de Glockenbachviertel. Aunque su vida nocturna no le hace sombra a la de Berl¨ªn, la ciudad se va abriendo a una subcultura todav¨ªa en ciernes, y no es dif¨ªcil encontrar bares interesantes y galer¨ªas en la zona, como el Ponyhof Artclub (19) (Pestalozzistrasse, 14).
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