Berl¨ªn gratis (o casi)
Galer¨ªas y museos gratuitos. Los resto del Muro. Arte callejero. Rastrillos de segunda mano Parques y mucha buena arquitectura. Y para comer, una 'currywurst', la salchicha berlinesa
Kostenlos. Frei. Gratis. De las tres formas se puede decir en alem¨¢n lo que el viajero, en estos tiempos, m¨¢s agradece. Se acabaron los festines de codillo. Ahora lo que toca son los pic-nics y los mercadillos de todo a un euro, los albergues con estilo, la mejor comida callejera y, por la noche, los bailes agarraos con una cerveza bien estirada. Aunque la capital alemana ya no es tan barata como era, a¨²n presume de ser pobre, pero sexi (la expresi¨®n la acu?¨® en 2003 Klaus Wowereit, alcalde de Berl¨ªn). Y nosotros, tambi¨¦n.
01 Volar por poco dinero
Volar a Berl¨ªn con Easyjet cuesta desde 89 euros ida y vuelta si se reserva con antelaci¨®n (tanto desde Madrid como desde Barcelona). Lufthansa ofrece vuelos directos desde Barcelona por 99 euros (ida y vuelta). Iberia, que ha cerrado la ruta desde Madrid, ofrece vuelos desde Barcelona a partir de 125 euros.
02 Ojo con colarse
Una vez en Berl¨ªn, si el tiempo lo permite, lo suyo es moverse en bici, que se puede alquilar en el propio hotel o en la tienda de la esquina por 10 o 12 euros al d¨ªa. Si no, est¨¢ la tarjeta Berlin Wellcome, que por 18,50 euros permite usar durante 48 horas el eficac¨ªsimo transporte p¨²blico berlin¨¦s. Existen tambi¨¦n tarjetas para tres, cuatro y cinco d¨ªas. Colarse en el metro resulta tentador, ya que no hay tornos, pero los revisores van de paisano, as¨ª que las multas de 40 euros no siempre se ven venir y se pagan s¨ª o s¨ª.
03 El autob¨²s n¨²mero 100
En Berl¨ªn, como en toda gran capital, hay autobuses tur¨ªsticos como el City Circle Sightseeing, que por 22 euros le dan al forastero una vuelta de dos horas con unos auriculares que chicharrean en 13 idiomas. Pero tambi¨¦n hay un autob¨²s urbano normal y corriente, el n¨²mero 100, que hace un recorrido similar por nada, si se tiene la tarjeta Berlin Wellcome, o por 2,40 euros, si hay que pagar el trayecto. El 100ter Bus o Hunderter Bus fue el primero que, tras la reunificaci¨®n alemana, circul¨® entre el centro del Berl¨ªn occidental (Zoologischer Garten) y el centro del oriental (Alexanderplatz) y en su ruta enhebra lugares emblem¨¢ticos como la iglesia memorial del Kaiser Guillermo, la columna de la Victoria, el Reichstag, la Puerta de Brandeburgo, la catedral o la torre de la Televisi¨®n. Y lo hace en solo 27 minutos. Lo bueno, si breve y gratuito, tres veces bueno.
04 ¡®Tour¡¯ cl¨¢sico o alternativo
Todos los d¨ªas, a las 11.00 y a las 13.00, se puede hacer un tour a pie gratuito con un gu¨ªa de habla espa?ola por gentileza de Sandemans recorriendo durante tres horas y media el Berl¨ªn esencial, desde la Puerta de Brandeburgo hasta la torre de la Televisi¨®n y desde el Checkpoint Charlie hasta la isla de los Museos. Bueno: gratuito, gratuito, no es. Se entiende que hay que darle al gu¨ªa la voluntad, como a las abuelitas que ense?an las iglesias en los pueblos espa?oles. Lo mismo ocurre con los paseos de Alternative Tours, que, como su nombre indica, visitan lugares poco convencionales: granjas urbanas, skateparks, ruinas llenas de grafitis, talleres de artistas, tiendas raras... Si preferimos ir por nuestra cuenta, podemos descargarnos una ruta muy enrollada por el distrito de Mitte en www.hoerpol.de/en, que incluye un mapa y las explicaciones para o¨ªr en el m¨®vil o en un dispositivo MP3. Tanto esto como los tours alternativos son solo en ingl¨¦s. Sorry.
05 Hostales y un gran buf¨¦
Un hotel muy moderno y apa?ado es el Meininger Hauptbanhof, que est¨¢ a un paso de la estaci¨®n central y ofrece camas por 13 euros. La ¨²nica pega es que lo frecuentan grupos de escolares y al desayunar nos podemos encontrar el azucarero lleno de sal. Si buscamos algo con m¨¢s estilo y a¨²n m¨¢s c¨¦ntrico, tenemos el Circus, en Rosenthaler Platz, que dispone de un cuidado albergue y de un hotel-hotel con gran buf¨¦ ma?anero de productos org¨¢nicos por ocho euros. Una tercera buena opci¨®n es el Aletto, hotel econ¨®mico y albergue a¨²n m¨¢s econ¨®mico (12 euros por persona), junto a la estaci¨®n de Zoologischer Garten, con instalaciones impecables y lo habitual en un lugar lleno de familias y colegios: largas colas para desayunar y ascensores colapsados.
06 Museos sin taquilla
Buenas noticias: en Berl¨ªn hay un mont¨®n de museos gratuitos. Eso s¨ª, muchos tratan de los horrores del nazismo. Lugares como el solar que fue cuartel de las SS y hoy aloja la muestra permanente Topographie des Terrors. O el campo de concentraci¨®n de Sachsenhausen. O el centro de informaci¨®n del Monumento al Holocausto. Para compensar tantas penas, los lunes se puede ver sin pasar por taquilla el Guggenheim alem¨¢n, donde, hasta el 17 de febrero, la exposici¨®n Visions of modernity muestra cuadros de Van Gogh, C¨¦zanne, Degas, Picasso, Mir¨®, L¨¦ger, Chagall, Klee, Kandinsky y otros genios inaugurales del arte moderno (es la ¨²ltima exposici¨®n de este espacio bajo el nombre de Guggenheim; a partir de abril se llamar¨¢ Deutsche Bank Kunsthalle). Todos los d¨ªas abren sus puertas sin ¨¢nimo de lucro la colecci¨®n de arte contempor¨¢neo Daimler y el rompedor centro de arte Kunstraum Kreuzberg-Bethanien. Y luego est¨¢n los dos grandes cl¨¢sicos gratuitos: la East Side Gallery, 1.300 metros de muro con sus famosas pinturas bien conservadas, incluido el morreo de Breznev y Honecker; y el Berlin Wall Memorial, un pedazo intacto del Berl¨ªn de la guerra fr¨ªa, con su muro, sus garitas y su tierra de nadie.
07 Rastro, karaoke y ¡®g?zleme¡¯
Cerca del Berlin Wall Memorial (diez minutos a pie) se celebra el multitudinario rastro dominical de Mauerpark, con puestos para comprar objetos de segunda mano, chiringuitos de comida y grader¨ªo donde, cuando hace bueno, se organiza un karaoke. Los martes y los viernes, el foll¨®n mercaderil se traslada a la calle de Maybachufer, en el barrio de Neuk?lln. En este mercadillo turco de alimentaci¨®n se puede degustar, por ejemplo, un g?zleme o crep de queso feta y espinacas.
08 Conciertos que alimentan
No todos los que van a la Filarm¨®nica de Berl¨ªn son potentados que sueltan alegremente 220 euros para sentarse en las mejores butacas. Hay humildes mel¨®manos que pagan solo siete para ver los conciertos de pie y que est¨¢n deseando que llegue el martes, como si fuera domingo, porque ese d¨ªa, a las 13.00, miembros de la Filarm¨®nica y de otras orquestas de la ciudad tocan en el foyer sin coste alguno para los asistentes. Se llaman Lunchtime Concerts, o conciertos de la hora de comer, pero hay que llegar con tal anticipaci¨®n para conseguir asiento (m¨ªnimo, 45 minutos), que m¨¢s bien son de la hora del bocata. Para no levantar la liebre, el programa se anuncia unos pocos d¨ªas antes en www.berliner-philharmoniker.de. Estos conciertos informales son tambi¨¦n una excelente ocasi¨®n para admirar el edificio de la Philharmonie, obra de Hans Scharoun (1893-1972), uno de los m¨¢ximos exponentes de la arquitectura org¨¢nica europea.
09 Tres parques para un ¡®pic-nic¡¯
Otra buena idea para pasar el d¨ªa gratis, como los p¨¢jaros, es ir de pic-nic al c¨¦ntrico parque de Tiergarten: tres kil¨®metros y medio de c¨¦sped, hayedos y lagunas que se extienden desde la Puerta de Brandeburgo hasta el Zoo, algunos de cuyos animales ¡ªlos ?and¨²es, por ejemplo¡ª se pueden ver sin pagar, simplemente bordeando el canal Landwehr. El antiguo aeropuerto y hoy parque de Tempelhof est¨¢ bien para ir un d¨ªa soleado a volar cometas; en invierno, con niebla, es un lugar siniestro, ideal para quedar con otro esp¨ªa o intercambiar prisioneros. Una tercera opci¨®n, quiz¨¢ la m¨¢s curiosa, es el parque de Treptower, con su gigantesco mausoleo donde yacen 5.000 soldados sovi¨¦ticos.
10 Monte de esp¨ªas
Que queremos m¨¢s verde, pero mucho m¨¢s, pues ah¨ª est¨¢ Grunewald, la Casa de Campo berlinesa, un bosque de 3.000 hect¨¢reas que se explaya al oeste de la ciudad, hasta el r¨ªo Havel. Caminando media hora, descubriremos Teufelsberg, la Monta?a del Diablo, que no la cre¨® ning¨²n poder infernal, sino los propios berlineses amontonando los escombros de la capital despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial. En su cima, a 115 metros de altura, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense construy¨® una estaci¨®n de escucha para espiar lo que se coc¨ªa detr¨¢s del tel¨®n de acero. Hay que tomar la l¨ªnea 5 del S-Bahn hasta la estaci¨®n del Olympiastadion y luego andar un par de kil¨®metros. No tiene p¨¦rdida, porque es la monta?a m¨¢s alta de Berl¨ªn.
11 La c¨²pula de Foster
Si somos m¨¢s de ver edificios que ¨¢rboles, veremos, lo primero de todo, la c¨²pula del Reichstag, magna obra cristalina de Norman Foster que se visita sin coste reservando en www.bundestag.de. Esta curva del r¨ªo Spree est¨¢ llena de arquitecturas gubernamentales, concebidas para impresionar. Aqu¨ª tambi¨¦n se levanta la Casa de las Culturas del Mundo, antiguo palacio de congresos construido en 1957 por el estadounidense Hugh Stubbins, cuya cubierta en forma de concha abombada le ha valido el remoquete de la ostra embarazada. La entrada es libre.
12 El legendario Bruno Taut
Cifras
? Berl¨ªn tiene 3,5 millones de habitantes de 180 nacionalidades.
? La capital alemana cuenta con 180 museos y monumentos conmemorativos. Hay 440 galer¨ªas.
? Hay 10.948 restaurantes, 'snack bars', caf¨¦s y puestos de helado, y 2.139 bares, 'pubs' y clubes.
? Cada a?o la visitan 9,9 millones de turistas (los espa?oles est¨¢n en cuarto lugar, con 699.600 visitantes en 2011).
A medio camino entre la Puerta de Brandeburgo y Postdamer Platz se alza el Science Center Berlin, un edificio blanco dise?ado por Gn?dinger Architekten para el fabricante de pr¨®tesis Otto Bock que reproduce en su fachada las el¨¢sticas formas de las fibras musculares y alberga un museo interactivo (y gratuito) del movimiento humano, donde los visitantes pueden accionar brazos y piernas bi¨®nicos o circular por Berl¨ªn en una silla de ruedas usando un simulador. Aunque bastante alejados del centro, el Crematorio de Treptow, de Axel Schultes, y la Biblioteca de Filolog¨ªa de la Universidad Libre de Berl¨ªn, de Norman Foster, son dos interesantes muestras de la arquitectura contempor¨¢nea que pueden visitarse sin necesidad de pedir permiso ni aflojar la mosca. Los m¨¢s forofos a?adir¨¢n adem¨¢s a su lista alguno de los seis n¨²cleos de viviendas sociales de principios del siglo XX declarados por la Unesco patrimonio mundial, como la colonia Hufeisensiedlung (La Herradura), en Neuk?lln, de Bruno Taut y Martin Wagner, o la colorista Gartenstadt Falkenberg (Ciudad Jard¨ªn), en Treptow, en la que repite el gran talento de Bruno Taut, al que se une Heinrich Tessenow. Walter Gropius fue otro de los art¨ªfices de estas casas que mejoraron radicalmente la vida de las familias gracias a novedosos planteamientos urban¨ªsticos, arquitect¨®nicos y de dise?o de jardines. Otro ejemplo extraordinario, en el ¨¢rea residencial de Siemensstadt, es la parte proyectada por Hans Scharoun. O los edificios de Bruno Ahrends en la Ciudad Blanca (en Reinickendorf). O el ¨¢rea de Carl Legien, de Bruno Taut y Franz Hillinger. M¨¢s informaci¨®n, en www.visitberlin.de/en/see/architecture.
13 Templos del ¡®fast food¡¯
Una salchicha ba?ada en salsa de ketchup y curry es la comida r¨¢pida y barata (con patatas fritas, 2,50 euros) t¨ªpica de Berl¨ªn. Este invento de la posguerra se llama currywurst y lo venden en mil puestos callejeros, pero la fama y las colas se las lleva el Curry 36 de Hardenbergplatz, junto a la estaci¨®n del Zoo. Parad¨®jicamente, esta comida tan econ¨®mica y poco sofisticada ha dado lugar al Deutsches Currywurst Museum, cuya entrada cuesta 11 euros, nada menos. Dicen que es el ¨²nico museo del mundo dedicado a la salchicha. No nos extra?ar¨ªa. Otro puesto donde siempre hay largas colas, as¨ª haga 20 bajo cero, es el de Mustafa¡¯s, cuyos kebabs triunfan gracias a las verduras asadas ¡ªberenjena, puerro, calabac¨ªn¡¡ª que acompa?an al pollo. El tercer templo del fast food berlin¨¦s es Burgermeister: ocho ricas hamburguesas, incluida una vegetariana con tofu y salsa de mango y curry, bajo las v¨ªas de la estaci¨®n de Schlesisches Tor.
14 Una calle con mucho arte
Una docena de galer¨ªas, salpicadas a lo largo de Auguststrasse, hacen de esta calle la mayor pasarela de arte moderno de Alemania y uno de los planes gratuitos m¨¢s absorbentes de la capital. Algunas son peque?as y un poco intimidantes, pero otras, como Berlin Art Projects, son espacios amplios y acogedores. Al lado, en Oranienburger Strasse, la m¨ªtica casa okupa Tacheles, que fue desalojada el verano pasado, conserva abierto su patio, donde varios artistas del soplete crean monstruos de hierro oxidado. Otro patio alternativo al que merece la pena asomarse es el de Haus Schwarzenberg (Rosenthaler Strasse, 39), que est¨¢ atiborrado de grafitis, terrazas y propuestas culturales: museos, salas de exposiciones y un cine de arte y ensayo. Pegados est¨¢n los famosos patios Hackesche H?fe, de estilo modernista, llenos de tiendas (si la idea es ahorrar, lo mejor ser¨¢ no comprar nada aqu¨ª).
15 Fin de fiesta ¡®retro¡¯
En la misma Auguststrasse, en el n¨²mero 24, abre sus puertas desde 1913 Cl?rchens Ballhaus, un sal¨®n de baile (con caf¨¦ y restaurante) de lo m¨¢s retro, divertido y asequible, donde por la tarde dan clases muy baratas, incluso gratuitas, de salsa, tango, swing y chachach¨¢, y a partir de las nueve de la noche se puede practicar lo aprendido (o lo que ya se sab¨ªa) sin hacer gasto. Si acaso, una cervecita para reponer sales.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
? Oficina de Turismo de Berl¨ªn (0049 30 25 00 23 33). Ha publicado, entre otros, un art¨ªculo con una selecci¨®n de caf¨¦s y zonas con acceso gratuito a Internet por wifi.
? Berlin Tip y Zitty son las dos gu¨ªas de ocio berlinesas m¨¢s interesantes. En alem¨¢n.
? Time Out Berlin. En ingl¨¦s.
? www.newberlintours.com/es.
? www.gratis-in-berlin.de propone actividades y eventos gratuitos. En alem¨¢n.
? Oficina de Turismo de Alemania.
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