Senegal, 'hip-hop' y rinocerontes
De la reserva de Bandia a la isla de Gor¨¦e, cinco paradas por la costa del pa¨ªs africano
Como un orgulloso mascar¨®n de proa de toda ?frica, la peque?a y picuda pen¨ªnsula de Cabo Verde hiende el oc¨¦ano Atl¨¢ntico. Ah¨ª se emplaza la ciudad de Dakar, fascinante caos rodeado de olas y capital de Senegal, pa¨ªs en cuyas costas el continente se despide del mar. Es el non plus ultra, el finis terrae africano. Viajando por estas orillas, de norte a sur, se descubre qu¨¦ tienen en com¨²n el jazz, los rinocerontes, las conchas de berberecho y la madrile?a localidad de Fuenlabrada.
Un Nueva Orleans africano
En la desembocadura del ancho r¨ªo Senegal, que al norte del pa¨ªs forma el tramo final de la frontera con Mauritania, est¨¢ la vieja ciudad colonial de Saint Louis, anta?o la primera capital del Imperio Franc¨¦s en ?frica. En Wikipedia la definen como la ¡°Venecia africana¡±, aunque su isla central, vista en el plano, m¨¢s bien parece la isla de Manhattan, por su forma y el trazado ortogonal de sus calles. Sin embargo, el viajero notar¨¢ un ligero aroma de Nueva Orleans, por el estilo colonial franc¨¦s de su arquitectura, por el que la Unesco nombr¨® en 2000 a la ciudad mundial. Tambi¨¦n porque anualmente se celebra aqu¨ª un Festival de Internacional de Jazz de renombre.
A pesar de todo, la citada arquitectura permanece descuidada y hasta ruinosa. En el H?tel de la Poste pernoctaban los intr¨¦pidos pilotos del correo aeropostal franc¨¦s, y all¨ª se pueden ver fotograf¨ªas de los m¨¢s c¨¦lebres como Jean Mermoz o Antonie de Saint-Exup¨¦ry, a la saz¨®n autor de El Principito. Cruzando el puente Faidherbe, dise?ado por Gustave Eiffel, se llega a otras zonas m¨¢s recientes y pobres de la urbe. Al otro lado est¨¢ el animado barrio de los pescadores. Se recomienda un paseo en calesa por estas zonas, en el que se puede llegar a la frontera mauritana o visitar el barrio que anteriormente fue cuartel de los soldados senegaleses que sirvieron en el ej¨¦rcito franc¨¦s. Muchos de ellos dieron la vida por la metr¨®poli en las dos guerras mundiales. Tambi¨¦n se puede visitar, con gu¨ªa y en canoa, el parque nacional de la Langue de Barbarie, una lengua de tierra entre el r¨ªo y el mar con hermosas playas que tiende a desaparecer por el empuje de las aguas y por la que en otros tiempos, como su nombre recuerda, entraban las tribus bereberes.
El lago en rosa
Aunque pueda parecer que se debe a una extra?a radioactividad o a un vertido de suavizante, el color del Lago Rosa, a unos 35 kil¨®metros al norte de Dakar, se debe a las cianobacterias que viven en sus aguas y producen un pigmento rojizo para poder resistir a la alta concentraci¨®n de sal. Gracias a esta concentraci¨®n de sal, adem¨¢s, se puede flotar sobre su superficie a la manera del Mar Muerto. Este color rosa tan extraterrestre, tan de Photoshop, se observa sobre todo en la estaci¨®n seca y preferiblemente bajo cierta incidencia de la luz solar. Aqu¨ª ten¨ªa su ansiada meta el rally m¨¢s famoso del mundo, el Par¨ªs-Dakar, hasta su cancelaci¨®n en 2008 y posterior traslado a Latinoam¨¦rica. La recogida de la sal por parte de los lugare?os constituye todo un espect¨¢culo tur¨ªstico: se untan en cuerpo en manteca de karit¨¦ (una grasa vegetal que se obtiene en Senegal y que tiene gran ¨¦xito en el sector cosm¨¦tico) para protegerse del agua y con unos bastones quiebran la sal del fondo para recogerla.
La isla de los esclavos
Se estima que unos 20 millones de africanos fueron apresados y trasladados al continente americano contra su voluntad durante la ¨¦poca del esclavismo; muchos mor¨ªan en el traslado debido a las duras condiciones del viaje. Los barcos sal¨ªan de la isla de Gor¨¦e, a unos tres kil¨®metros de las costas de Dakar, y Patrimonio mundial por la Unesco desde 1978. Para no olvidar la infamia, en la isla permanece la Casa de Esclavos, ahora convertida en museo, donde los secuestrados eran separados por sexos, encadenados y tratados como ganado. Los no aptos eran arrojados a un mar plagado de tiburones. Ahora, este ¡°lugar sin retorno¡±, como lo llamaban, es tambi¨¦n un lugar tur¨ªstico donde disfrutar de la tranquilidad, los puestos de souvenirs, las vistas y las deliciosas playas, antes de regresar en el ferry y sumergirse en la animada vida nocturna de Dakar, sus ritmos hip hop, reggae y mbalax, la marchosa m¨²sica local.
Cebras que parecen 'punkies', jirafas pasotas
Las jirafas, muy hermosas, parecen mascar chicle y ser muy altivas, con su largo cuello tieso; las cebras parecen punkis coquetas y las avestruces est¨¢n como idas de la olla. Los que da un pel¨ªn de miedo son los enormes rinocerontes, los reyes del bosque. Todos ellos, junto con monos, ant¨ªlopes, cocodrilos y dem¨¢s, viven en la reserva de Bandia, de 3.500 hect¨¢reas y a unos 65 kil¨®metros al sur de capital. Un gu¨ªa y un conductor llevan a los visitantes en jeep a una visita por este espacio, que no es el ¨²nico en Senegal. La reserva de Djoudj, al norte, de 16.000 hect¨¢reas, es el lugar ideal para ver p¨¢jaros de 365 especies. Cada a?o, despu¨¦s de atravesar el S¨¢hara, tres millones de aves migratorias encuentran ah¨ª sus primeros tragos de agua dulce. Otros son el parque de Niokolo-Koba, o la reserva de Guembeul, donde gracias a la cooperaci¨®n espa?ola se conservan gacelas y otras especies en peligro de extinci¨®n.
Por los caminos de conchas
Joal y Fadiout, m¨¢s al sur, son dos pueblos unidos por puentes de madera. Cuando la marea baja reaparece el suelo y, al lado del puente, los lugare?os juegan al futbol. La isla de Fadiout es un apacible pueblo donde no se ve tanto la pobreza y la suciedad que se ve en otros lugares del pa¨ªs. Aqu¨ª todo parece latir en una tranquila armon¨ªa, tanto que el suelo est¨¢ formado ¨ªntegramente por peque?as conchas de berberechos. Estas localidades est¨¢n hermanadas con la ciudad de Fuenlabrada, que tiene all¨ª un centro cultural donde se desarrollan diferentes actividades, entre ellas las clases de espa?ol. Uno puede adentrarse en canoa entre los manglares, solo inundados cuando hay marea alta, y llegar al cementerio mixto de musulmanes y cristianos. Aqu¨ª, la etnia mayoritaria es la serer y no la wolof, y en ella predominan los cristianos y no los musulmanes. En el cementerio ambas comunidades celebran sus funerales y entierran a sus seres queridos. Todo un ejemplo de convivencia.
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