Ruta del 'poutine' por Montreal
Este plato que comenz¨® como 'fast food' es hoy un fen¨®meno gastron¨®mico
A excepci¨®n del sirope de arce, Canad¨¢ no es un destino especialmente conocido por la diversidad ni la calidad de su oferta culinaria. Sin embargo, la fama que ha adquirido el poutine en los ¨²ltimos a?os parece indicar que las cosas est¨¢n cambiando y que hay un plato destinado a dotar de identidad gastron¨®mica a este pa¨ªs.
Aunque el origen del poutine se remonta al Quebec de los a?os cincuenta, no est¨¢ claro exactamente donde tuvo lugar semejante invento. Varias comunidades rurales de la regi¨®n como Drummondville, Saint-Jean-sur-Richelieu y Victoriaville se lo disputan. Para el distinguido paladar mediterr¨¢neo el poutine no suele entrar por los ojos, ya que no suele parecer muy apetecible. La receta original consiste en una buena cantidad de patatas fritas, espolvoreadas con pedacitos de cuajada de queso cheddar -de una textura ¨¢spera similar al provolone-, que se funden al ser recubiertas con una salsa espesa que los anglosajones denominan gravy. Aunque en un principio el poutine se comercializaba como fast food e iba dirigido sobre todo a estudiantes y trabajadores en establecimientos populares, hoy en d¨ªa este plato se ha convertido en todo un fen¨®meno gastron¨®mico.?Ha adquirido tanta fama que incluso The New Yorker le ha llegado a dedicar un art¨ªculo espec¨ªfico. Y este a?o el Ayuntamiento de Montreal organiz¨® por primera vez la semana del poutine, un concurso donde se invitaba a diferentes chefs a crear su propia versi¨®n.
Aunque ya de por s¨ª no faltan en esta ciudad canadiense nuevas formas originales y sofisticadas de este plato donde elegir. Cada vez son m¨¢s los chefs de prestigio que se suman a este reto, como Martin Picard, que ofrece un poutine de foie gras en su conocido restaurante Au Pied de Cochon, o la estrella televisiva Chuck Hughes, de Garde Manger, que est¨¢ detr¨¢s de la variante de langosta.
Para los que prefieran algo m¨¢s cercano a los or¨ªgenes de este plato, La Banquise es un lugar m¨ªtico en Montreal. Abierto desde 1968, ofrece a precios que rondan los ocho d¨®lares m¨¢s de 20 variedades diferentes, por una raci¨®n que muchos encontrar¨¢n dif¨ªcil de terminar. Por la noche, las colas en La Banquise pueden ser realmente largas, al tratarse de la ¨²ltima parada de muchos hipsters.
A tan solo diez minutos a pie, se encuentra en el concurrido bulevar Saint Laurent otro establecimiento que merece la pena tambi¨¦n tener en cuenta: el Patati Patata, un diner familiar con capacidad para alrededor de 15 personas, que ofrece un poutine que destaca por su relaci¨®n calidad precio: tan solo 4 d¨®lares. Otra cadena todav¨ªa m¨¢s nueva, pero que en poco tiempo ha abierto tres establecimientos en Montreal, es Poutenville, que sirve platos combinados con varias versiones diferentes para los m¨¢s curiosos.
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