Gu¨ªa ¡®El Viajero¡¯ de Par¨ªs
Hoteles, restaurantes, bares y planes alternativos en una ciudad monumental en la que siempre queda algo por descubrir
LA CIUDAD
"No es posible que Par¨ªs, la ciudad del futuro, renuncie a la prueba palpable de que fue ciudad en el pasado. El pasado lleva hacia el futuro¡±. As¨ª empezaba V¨ªctor Hugo una carta dirigida al presidente del Consejo Municipal, fechada el 27 de julio de 1883. Y continuaba: ¡°las Arenas son la antigua marca de la gran ciudad (...) Conserve las Arenas de Lutecia. Cons¨¦rvelas cueste lo que cueste. Har¨¢ as¨ª una acci¨®n ¨²til, y, lo que es mejor, dar¨¢ un gran ejemplo¡±. La municipalidad ten¨ªa el proyecto de ubicar una zona para almacenar tranv¨ªas en el mismo lugar donde hab¨ªan sido hallados, en 1869, los vestigios de un anfiteatro que lleg¨® a acoger a 15.000 vociferantes espectadores durante los siglos segundo y tercero. El proyecto fue abandonado. Y, desde 1896, funciona en este enorme patio con gradas de piedra uno de los jardines m¨¢s agradables de la ciudad (49 rue Monge).
En Par¨ªs se superponen lentamente los planos y las im¨¢genes, como en una proyecci¨®n en el cinemat¨®grafo de los hermanos Lumi¨¨re, van desfilando los antiguos arrabales canallas y los bulevares elegantes. Las legendarias columnas Morris, que anuncian en las paredes verdes de sus cilindros grandes como menhires los afiches con las ¨²ltimas novedades en cartelera. O Los restaurantes y sus camareros atrincherados tras delantales de fald¨®n blanco. O los pelotones de inmigrantes que soportan las condiciones infernales de las cocinas de los hoteles lujosos, hoy igual que hace casi un siglo cuando George Orwell retrato sus miserias en un reportaje novelado (Vagabundo en Par¨ªs y Londres). Y los barrios donde alguna vez se mezclaban estudiantes pobres y prostitutas y donde ahora se encuentran cafetines con precios astron¨®micos.
No hay que dejarse enga?ar: hay postales que por m¨¢s vistas, siempre tienen detalles por descubrir. El centro de la ciudad es, probablemente, uno de los grabados urbanos mejor logrados por el hombre. Trazado a lo largo del tiempo por expertos artesanos. Basta con detenerse en la mitad del puente del Carrusel, uno de los 37 que franquean el Sena, para toparse ante una experiencia equiparable a un rito inici¨¢tico.
Si se gira despacio 360 grados, se ver¨¢n las ramas desflecadas de los sauces asomarse en la punta de la Ile de la Cit¨¦. En segundo plano, la torre de la Sainte-Chapelle. Un poco m¨¢s al fondo, la aguja de la Catedral de Notre-dame, que se alza 96 metros sobre el Sena. Completan el decorado: la c¨²pula de visos dorados del Instituto de Francia, sobre el muelle izquierdo del r¨ªo; los techos gris¨¢ceos en forma de dos cascos prusianos del Museo d¡¯Orsay; la cubierta acristalada del Grand Palais; y la fachada occidental del Museo del Louvre, con sus arcos hondos como una risotada del gigante Pantagruel.
Durante los primeros tiempos, la Ile de la Cit¨¦ fue terreno galo. En este islote se encuentra una peque?a plaza encerrada entre el Palacio de Justicia y dos hileras de inmuebles an¨®nimos. Es la Place Dauphine, un sitio muy apreciado por los parisinos. Andr¨¦ Breton escribi¨® en los a?os veinte en su novela autobiogr¨¢fica 'Nadja' que la figura triangular de este lugar era un territorio m¨ªtico, al que comparaba con el sexo de una mujer: ¡°el origen de la ciudad so?ada¡±.
Los parisinos de nuestros d¨ªas han vuelto a usar la bicicleta, gracias a la red de alquiler p¨²blico ¡®v¨¦lib¡¯, que dispone de 18.000 veh¨ªculos de dos ruedas repartidas en m¨¢s de 11.000 estaciones. Una forma efectiva de eludir el tr¨¢fico de una de las urbes m¨¢s pobladas de Europa (si tiene en cuenta el conjunto de la metr¨®poli y alrededores supera los 10 millones de habitantes).
Los ciclistas locales suelen tener su propia etapa diaria del Tour de Francia, que este a?o ha llegado a su edici¨®n 100. A veces se les puede ver haciendo un poco de equilibrio mientras revisan el correo en sus m¨®viles. Otras, tan solo llevan a buen puerto los ingredientes para el desayuno del domingo: tomates, mantequilla, mermeladas, cruas¨¢n y la infaltable baguette tradici¨®n, que por ley de la Rep¨²blica se sigue elaborando con las mismas costumbres artesanales de hace siglos.
DORMIR
Hoteles
- H?tel Gabriel (http://www.gabrielparismarais.com; 25, rue du Grand-Prieur¨¦, 75011 ; +33 (0)1 47 00 13 38). Lugar con esp¨ªritu ecol¨®gico y dise?o cuidadoso ubicado en el Marais. El objetivo del hotel est¨¢ dirigido a aquellos hu¨¦spedes que quieran deshacerse de la nube de toxinas acumuladas por la poluci¨®n de la calle y la tensi¨®n de la vida diaria. Todo, desde la luz, la m¨²sica, los aceites y los jabones y cremas del ba?o est¨¢ pensado para relajar y lograr el mejor descanso posible.
- H?tel des Saints-P¨¨res (http://www.paris-hotel-saints-peres.com; 65 rue des Saints-P¨¨res, 75006 ; +33 (0)1 45 44 50 00). Una terraza luminosa y bien rodeada de plantas, dos requisitos para que merezca la pena tomar el desayuno en este hotel cualquier ma?ana de verano. La mayor¨ªa de las 38 habitaciones tienen vista hacia el tranquilo patio interior. La fachada del hotel, construida en 1558, es obra de Daniel Gittard, el arquitecto del Rey Sol.
- H?tel Fabric (http://www.hotelfabric.com; 31 rue de la Folie M¨¦ricourt, 75011 ; +33 (0)1 43 57 27 00). Oberkampf, barrio tradicionalmente obrero y de artesanos transformado lenta pero eficazmente en zona ¡®bobo¡¯, esa movediza definici¨®n francesa para los 'bohemios burgueses'. Abierto este verano, el hotel se halla en una antigua f¨¢brica de telas donde sus propietarios han tratado de amalgamar dise?o contempor¨¢neo con los elementos del inmueble original: vigas de hierro, puertas en madera maciza, ventanas industriales.
- H?tel Pershing hall (http://www.pershinghall.com; 49 rue Pierre Charron, 75008 ; +33 (0)1 58 36 58 00). Este edificio, a dos pasos de los campos El¨ªseos, fue cuartel general del ej¨¦rcito americano durante la primera guerra mundial y despu¨¦s sede parisiense de la American Legion, organizaci¨®n mundial de veteranos de guerra estadounidense. Ahora aqu¨ª se puede tomar un buen brunch o bien una copa en el bar y apreciar el suntuoso jard¨ªn vertical de 30 metros a cielo abierto.
- H?tel Edgar (http://www.edgarhotel.com; 31 rue d'Alexandrie, 75002; +33 (0)1 40 41 05 69). Una habitaci¨®n convertida en caba?a con paredes de madera. En otra cuelga una m¨¢quina de escribir en la pared. Otra m¨¢s decorada con s¨²per h¨¦roes suspendidos de un amasijo que parece hecho de plastilina. Este es un lugar singular que acaba de abrir sus puertas en abril. La decoraci¨®n de las 13 habitaciones lleva la firma de algunos de los amigos del due?o, entre los que se cuentan el reconocido fot¨®grafo de animales Yann Arthus-Bertrand, colaborador de National Geographic, entre otras publicaciones.
Otras opciones para dormir
- H?tel de Lille (http://www.hoteldelille.com; 40, rue de Lille, 75007). Este peque?o hotel est¨¢ en la rue de Lille, calle estrecha situada a dos pasos del Musee d¡¯Orsay y del Louvre. Sobriedad y buen servicio en uno de los barrios m¨¢s elegantes de Par¨ªs.
- H?tel Mareuil (http://hotelmareuil.com; 51 rue de Malte, 75011 ; +33 (0)1 47 00 78 76). Espacio con visos zen, a prueba de ruido en un lugar poco proclive a la calma. Un enclave para hallar reposo situado en una calle aleda?a a Place de la R¨¦publique. En sinton¨ªa con su esp¨ªritu el hotel recoge su nombre del franc¨¦s antiguo y significa 'gran claridad'.
- H?tel l¡¯adresse (http://www.ladresse-hotel.com; 22 rue du D¨¦barcad¨¨re, 75017 ; +33 (0)1 58 05 08 88). Hotel de dise?o cuya ubicaci¨®n se sale un tanto de la ruta tur¨ªstica: est¨¢ situado cerca del Palacio de Congresos, de la Avenida Hoche y a dos paradas de metro del Arco del Triunfo. Cada habitaci¨®n muestra una tem¨¢tica propia.
- 9Hotel Op¨¦ra (http://www.le9hotel.com/fr/paris-opera/; 14, rue Papillon, 75009 ; +33 (0)1 47 70 78 34). El afiche original del actor Jacques Tati, el mobiliario en madera clara y un espacio con una peque?a biblioteca, hacen del lobby un elogio a la sobriedad. Un estudio barcelon¨¦s ha sido responsable del proyecto de decoraci¨®n.
- Mama Shelter (http://www.mamashelter.com; 109 rue de Bagnolet, 75020 ; +33 (0)825 00 62 62). El dise?o del bar y las habitaciones de este hotel son autor¨ªa del dise?ador franc¨¦s Philippe Starck. El bar de la azotea abre en verano, y junto con las pizzas y su carta de coct¨¦les tiene muy buena acogida.
COMER
Restaurantes
- Le March¨¦ des Enfants Rouges (rue de Bretagne, 75003). Este es uno de los primeros mercados cubiertos de Par¨ªs. Fue construido en 1615 y m¨¢s tarde renovado y reabierto en el a?o 2000. Un lugar con personalidad y encanto propio que acoge a una veintena de peque?os puestos de comida de diversas especialidades. Un lugar donde se pueden encontrar esas dosis m¨ªnimas de desorden necesarias en cualquier ciudad.
- The Fish Club (58, rue Jean-Jacques Rousseau, 75001). Transformar una carnicer¨ªa en un restaurante de pescado no es tarea f¨¢cil. Lograrlo con decoro, es ir un paso m¨¢s all¨¢. La carta ha sido elaborada por el equipo de cocina del restaurante Malabar, en Lima, uno de los mejores del mundo: Calamares fritos, gambas, tiraditos, brochetas de pulpo y, finalmente, los ceviches (16 euros). La selecci¨®n de vinos est¨¢ bien nutrida. Cierra los lunes y s¨®lo abre por las tardes. Es obligatorio hacer reserva.
- Beacoup (http://www.beaucoup-resto.com; 7 rue Froissart, 75003 ; +33 (0)1 42 77 38 47). Espacio de dise?o industrial, mobiliario de madera y ligeras l¨¢mparas suspendidas a media altura y que proyectan la luz exacta para lograr una sensaci¨®n de amplitud. Un lugar donde es posible encontrar carnes de distintos cortes y un muy recomendable pavlova como postre.
- Mamie Green (25 rue de la Forge Royale, 75011 ; +33 1 43 72 36 68). Cinco mesas de dise?o setentero, antiguas botellas de leche para servir el agua, y probablemente una de las mejores hamburguesas vegetarianas de Par¨ªs. Precios justos, comida fresca y atenci¨®n familiar en este diminuto local de comida ecol¨®gica.
- Le Basilic (http://www.restaurant-le-basilic.fr; 2 rue Casimir P¨¦rier, 75007 ; +33 (0)1 44 18 94 64). El comedor del Basilic es una remembranza de los a?os 30 con una aceptable recuperaci¨®n del art d¨¦co. La carta ofrece comida del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. As¨ª mismo, dispone de una terraza muy agradable para apagar la tarde frente a la bas¨ªlica de Saint-Clotilde, donde se encuentra el fastuoso ¨®rgano que utiliz¨® el compositor franc¨¦s de origen belga C¨¦sar Franck durante los 42 a?os que trabaj¨® en este templo.
Los cl¨¢sicos
- Relais de L¡¯entrec?te (http://www.relaisentrecote.fr). Restaurante donde lo ¨²nico que se puede escoger es el postre y la bebida. Por lo dem¨¢s, solo hay que esperar con paciencia a las tandas de bandejas que traen porciones de patatas a la francesa y los cortes de carne con la impronta francesa por excelencia: el entrecote. En Par¨ªs hay muchas cosas que son refractarias al cambio. Este restaurante da fe de ello.
- Restaurant La Petite Chaise (http://www.alapetitechaise.fr; 36 rue de Grenelle, 75007 ; +33 (0)1 42 22 13 35). Antiguo cen¨¢culo para la intelectualidad de los a?os 60 y uno de los restaurantes m¨¢s antiguos de Par¨ªs. Las actas de venta del inmueble se?alan que en 1680 ya funcionaba all¨ª una venta de vinos. Fran?ois Mitterrand mont¨® aqu¨ª su cuartel general en sus a?os de estudiante en Science Po, universidad que tiene sus instalaciones desperdigadas en los alrededores del barrio.
- Aux Crus de Bourgogne (http://www.auxcrusdebourgogne.com; 3 rue Bachaumont, 75002 ; +33 (0)1 42 33 48 24). El foi gras de diez francos que se serv¨ªa en este restaurante fue toda una instituci¨®n para los habitantes de la ciudad. Seg¨²n muchos, se trata de uno de los pocos restaurantes de la belle epoque que se conservan en su tinta. Adem¨¢s del foi gras, los escargots y la ensalada de la casa tambi¨¦n forman parte de la historia de una de las cantinas predilectas por el escritor Andr¨¦ Malraux.
- La closerie de Lilas (http://www.closeriedeslilas.fr; 171 Bld Montparnasse, 75006; +33 (0)1 40 51 34 50). Montparnasse es el centro del mundo, rezaba el cat¨¢logo de una exposici¨®n de los a?os 20. En La Closerie de Lilas Hemingway sol¨ªa beber g¨¹isqui con Francis Scott Fitzgerald. Fue aqu¨ª donde este ¨²ltimo le dio a leer su proyecto de novela 'El gran Gatsby' y donde a¨²n se viven veladas animadas en medio de un comedor con tantos a?os como historias.
- Le bistrot de Paris (33 rue de Lille, 75007; +33 (0)1 42 61 16 83). El cantante Serge Gainsburg segu¨ªa a rajatabla la siguiente liturgia: nada m¨¢s llegar al bistrot pasaba frente a la cocina, que es semi abierta, saludaba al personal, al Chef, y dejaba un billete de 500 francos en un peque?o plato de metal que ten¨ªan reservado para ¨¦l. Luego se sentaba a la mesa 46, al fondo, justo frente a la barra.
LA NOCHE
D¨®nde tomar un trago
- Barav (http://www.lebarav.fr; 6 rue Charles-Fran?ois Dupuis, 75003; +33 (0)1 48 04 57 59). La barra de este bar de vinos suele estar llena. Un espacio distendido para beber una copa de vino. O dos. Degustaciones, cursos de enolog¨ªa, amplia selecci¨®n de vinos y otros licores, tablas de jamones y quesos en esta simp¨¢tica cantina del alto Marais.
- H?tel Rapha?l (http://www.raphael-hotel.com/fr; 17 avenue Kl¨¦ber, 75016 ; +33 (0)1 53 64 32 00). Un cl¨¢sico. Bar de estilo ingl¨¦s, discreto y de buen gusto, cuenta entre su carta con un Club S¨¢ndwich que es tradici¨®n. El hotel tambi¨¦n tiene una terraza en la azotea que ofrece una carta tan variada como costosa (25 euros cada coctel). En caso de encontrar lugar se puede apreciar una vista dif¨ªcil de superar.
- H?tel Bristol (http://www.lebristolparis.com; 112 rue du Faubourg Saint-Honor¨¦, 75008; +33 (0)1 53 43 43 00). El director Jean Pierre Melville habr¨ªa podido servirse perfectamente de sus instalaciones para filmar alguna de sus escenas de g¨¢nsteres. Tiene, adem¨¢s, el atractivo de proyectar v¨ªdeos de cine arte, sobre arquitectura, danza, u otros temas dirigidos por artistas como Dolores Chaplin, nieta del gran actor, y actriz que ha participado en varias pel¨ªculas del cine franc¨¦s.
- La cave septime (3 rue Basfroi, 75011). Lugar para tomar un aperitivo con aceitunas de Kalamata, ricota, foie gras, anguila ahumada, o pechuga de pato ahumada, sello de la casa. Se trata de una peque?a cava con una selecci¨®n de vinos cuidadosa y una exquisita oferta de entradas para picar.
- Candelaria (http://www.candelariaparis.com; 52 rue de Saintonge, 75003). Mitad taquer¨ªa mitad bar de c¨®cteles. La primera mitad de este local podr¨ªa funcionar perfectamente en el barrio de La condesa, en la Ciudad de M¨¦xico. Nadie se imagina que detr¨¢s de la pared donde aparentemente se acaba el restaurante, empieza un bar de corte ecl¨¦ctico, con aires latinos o quiz¨¢s africanos y donde venden c¨®cteles por los cuales la gente se suele agolpar en fila para entrar. Si no tiene ¨¦xito, el muy cercano Mary Celeste es una buena posibilidad (1, rue Commines), de los mismo due?os y con un estilo que tiene m¨¢s de Manhattan que de Par¨ªs.
- L¡¯ambassade de Bourgogne (www.ambassadedebourgogne.com; 6 rue de l'Od¨¦on, 75006 ; +33 (0)1 43 54 80 04). Un extenso mapa de la regi¨®n de Borgo?a dividida por zonas y terrenos para explicar a los comensales del local de d¨®nde procede cada botella que llame su atenci¨®n. Un servicio c¨¢lido y buena orientaci¨®n a la hora de elegir los estructurados caldos de esta rica regi¨®n del noroeste franc¨¦s.
- Le comptoir g¨¦n¨¦ral (http://www.lecomptoirgeneral.com; 80 quai de Jemmapes, 75010 ; +33 (0)1 44 88 20 45). Si uno tiene falta de ideas, si cree que necesita inspiraci¨®n, este local puede aportar algunas cosas. Se trata de un peque?o para¨ªso de detalles y objetos curiosos. En la gu¨ªa del bar se lee que se define como un museo que congrega a todas las culturas marginales y desconocidas del mundo. No hay forma de regresar a este lugar y no descubrir un nuevo objeto en cualquier esquina.
De fiesta
- Le Comptoir des Canettes (11 rue des Canettes, 75006 ; +33 (0)1 43 26 79 15). De entrada, un peque?o bistr¨® con fachada roja en madera de burdeos. Ni mobiliario de dise?o, ni carta con comida fusi¨®n ni licores con presentaci¨®n sofisticada. Paciencia, en el subsuelo se halla una vieja cava de vinos que fue convertida en sala de baile y que recuerda los a?os dorados de la canci¨®n francesa: Brassens, Moustaki, Brel. Ahora suenan m¨²sicas orientales y se puede beber buen vino a precios bajos. Tambi¨¦n conocido como Chez George, este basti¨®n abovedado abre desde l952 en Saint-Germain-des-Pr¨¦s.
- 79 CLUB (http://www.79paris.com; 22 rue Quentin-Bauchart, 75008; +33 (0)1 47 23 69 17). Sof¨¢s plateados o dorados, espejos, paredes negras tapizadas en cuero de culebra. Modelos, futbolistas y actrices. En resumen, una mezcla de estilos de los a?os 70, 80 y 90 y una pista de baile con capacidad para 1.200 almas como epicentro de esta discoteca.
- Wanderlust (http://wanderlustparis.com; 32 quai d¡¯Austerlitz, 75013). Polivalente. Este ser¨ªa un buen adjetivo para describir este bar, taller, discoteca. Lunes de house, disco y electro garage. Martes, hip hop y funk. Mi¨¦rcoles, tardes especiales de verano. Los fines de semana, presentaci¨®n de colectivos de arte que se encargan de la m¨²sica.
- Rose Bonheur (http://www.rosabonheur.fr; Parc des Buttes Chaumont, 2 avenue des Cascades, 75019 ; +33 (0)1 42 00 00 45). Solo abre en verano y conviene llegar con tiempo, preferiblemente sobre la media tarde, para ahorrarse las filas que se prolongan, sobre todo, los d¨ªas de buen tiempo. Se trata de un bar con se?as de cabaret popular instalado en la mitad del Parc de Buttes-Chaumont, un inmenso jard¨ªn p¨²blico en el nordeste de la ciudad. Algo as¨ª como una versi¨®n actual, con un punto de excentricidad, del baile en el Moulin de la Galette pintado por Renoir.
- Silencio (http://silencio-club.com/en; 142, rue Montmartre, 75002; +33 (0)1 40 13 12 33). Lugar selecto que se precia de serlo. El Silencio recoge su nombre del club de la pel¨ªcula Mulholland Drive. Y fue precisamente David Lynch, su director, quien se encarg¨® del dise?o interior y del mobiliario. El local cuenta, adem¨¢s, con una agenda cultural que incluye proyecci¨®n de pel¨ªculas, conciertos especiales y retrospectivas.
- Le Glass (http://www.glassparis.com; 7 rue Frochot, 75009 ; +33 (0)9 80 72 98 83). Mezcla de estilos, y de gentes, y de licores. A un a?o de su apertura, ya cuenta con una nutrida clientela. Pisco sour o mezcal como aperitivo de una noche que va subiendo gradualmente de temperatura con la m¨²sica.
QU? HACER
- La Pagode (http://www.etoile-cinemas.com/pagode/salles/; 57 bis rue de Babylone, 75007 ; +33 (0)1 45 55 48 48). Una de las salas de cine m¨¢s bonitas del mundo, sin lugar a dudas. Se trata de una pagoda japonesa, que originalmente fue regalo de matrimonio de un acaudalado banquero del siglo 19 a su esposa. Bastante cerca de los Inv¨¢lidos, este es un cine de barrio, con una peque?a terraza donde se puede tomar caf¨¦ o buen t¨¦. Los techos altos con decorados asi¨¢ticos, las paredes en telas que ya acusan el paso del tiempo y los candelabros decimon¨®nicos son excusa suficiente para internarse en este sal¨®n.
- Parques y jardines. El muy proustiano y elegante parc Monceau, donde adem¨¢s se encuentra el Mus¨¦e Cernuschi de historia de arte asi¨¢tico (es gratis). El Jard¨ªn de Plantas con su muy recomendable Museo Nacional de Historia Natural. Los Jardines de Luxemburgo y su museo, que siempre tiene exposiciones de arte de primer orden. Las Tuller¨ªas. El ¡®haussmaniano¡¯ parque des Buttes-Chaumont. O el bosque de Boulogne, son alternativas para descansar, caminar, hacer un pique nique, tumbarse sobre el pasto, observar las esculturas, los tipos de vegetaci¨®n, el trazado de los jardines, los peque?os barcos y veleros a escala que naufragan en los estanques, las fuentes. Y los ni?os, herederos por naturaleza de uno de los privilegios de esta ciudad.
- Librer¨ªa Galignani (http://www.galignani.com; 224 Rue de Rivoli, 75001; +33 (0)1 42 60 76 07). La primera librer¨ªa de lengua inglesa en aterrizar en continente europeo. Larga y silenciosa. Es probable que pase desapercibida bajo las elegantes arcadas de la rue de Rivoli. Al final del largo pasillo hay un patio cubierto, con una estanter¨ªa de dos plantas con escaleras, transformado en una extensi¨®n de la librer¨ªa. Dos sillones de orejas est¨¢n dispuestos para los ojeadores de libros.
- Paseos en v¨¦lib (http://www.velib.paris.fr/). Ya se ha mencionado antes que la relaci¨®n entre los nativos y sus bicicletas se ha estrechado de unos a?os para ac¨¢. Es probable que los paseos por la rivera izquierda del r¨ªo sean m¨¢s pr¨¢cticos para el ciclista menos avezado. La ruta del recorrido va por cuenta y a discreci¨®n de cada viajero. La primera hora de alquiler es gratis.
- Pasajes de la ¡®rive droite¡¯. De los 240 pasajes cubiertos con que contaba Par¨ªs en el siglo XIX, hoy no quedan m¨¢s que 20. La mayor¨ªa se concentran en torno a la zona de los grandes bulevares, metro del mismo nombre. Son un bien exclusivo de la ¡®rive droite¡¯, el margen derecho del Sena, y no solo fueron lugares de comercio y de despachos, sino adem¨¢s refugios al barro y la lluvia, que se acumulaba en las calles del siglo XIX. Librer¨ªas, jugueter¨ªas, restaurantes y cafeter¨ªas para escampar en una ciudad donde sigue siendo necesario escapar de la lluvia. Al igual que hace 200 a?os.
- Tesoros fuera de los museos. Par¨ªs es la ciudad de los museos. Pero si a uno le da pereza ponerse al final de la cola del museo-m¨¢s-visitado-del-mundo o ya ha hecho el circuito Louvre, Orsay, Rodin, Pompidou¡,? puede buscar otras muchas joyas escondidas. En esta ciudad monumental uno puede encontrar en cualquier iglesia o rinc¨®n inesperado alguna obra maestra.
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