La ¨²ltima visita de Hegel, Brecht y los hermanos Grimm
Uno de los mayores cementerios jud¨ªos de Europa, la tumba de la cantante de la Velvet y otras pistas del turismo funerario en Berl¨ªn

Aunque nadie quiere llegar antes de tiempo, hay cementerios a los que merece la pena acercarse de visita. A diferencia de los camposantos de Espa?a, en otros pa¨ªses es mucho m¨¢s com¨²n lo que se denomina el necroturismo. Berl¨ªn, una ciudad conocida m¨¢s por su viva fiesta que por sus fr¨ªas tumbas, tambi¨¦n tiene su raci¨®n de necr¨®polis interesantes.

La principal se encuentra en la zona nororiental de la ciudad: el cementerio de Dorotheenstadt, con entrada en la Chausseestra?e. Fundado en 1762 y ampliado en varias ocasiones, la gente acude a visitarlo y a pasear entre sus m¨¢s ilustres hu¨¦spedes: Fil¨®sofos como el metaf¨ªsico Georg Wilhelm Friedrich Hegel o el postkantiano Johann Gottlieb Fichte; escritores a la altura del social Heinrich Mann o la comunista Anna Seghers; arquitectos de renombre como Karl Friedrich Schinkel, neocl¨¢sico prusiano por excelencia, o su disc¨ªpulo Friedrich August St¨¹ler, dise?ador del Neues Museum; u otras celebridades m¨¢s desconocidas para el extranjero como el inventor de las columnas publicitarias, Ernst Litfa?.
Predominantemente verde y bastante alegre, una estatua de Lutero sosteniendo una biblia recibe al visitante en Dorotheenst?dtischer. Si este decide dirigirse a la derecha de la estatua, y serpentear un poco entre los setos, encontrar¨¢ otro de los m¨¢s ilustres moradores: el poeta y dramaturgo Bertolt Brecht, enterrado junto a su segunda esposa, la tambi¨¦n dramaturga Helene Weigel. Sus tumbas son poco m¨¢s que un par de rocas con sus nombres grabados. Justo a la entrada del recinto est¨¢ la casa museo del poeta autor de frases tan c¨¦lebres como su recomendaci¨®n a las autoridades sovi¨¦ticas de ¡°disolver el pueblo y elegir a otro¡±.

Otros camposantos que destacan dentro de la ciudad son el de Alter St.-Matth?us-Kirchhof, fundado en 1846 y con hu¨¦spedes tan famosos como los hermanos Grimm (y el resto de su familia). O el Cementerio Jud¨ªo en Wei?ensee, el mayor de Europa con 115.000 l¨¢pidas repartidas en 40 hect¨¢reas donde destacan el pol¨ªtico social Max Hirsch, el escritor hebreo Micha Josef Bin Gorion, el pintor Lesser Ury o los editores Samuel Fischer y Rudolf Mosse.
Al sur de la ciudad hay otro que merece la pena ver: el Friedhof Grunewald Forst, un antiguo Schandacken o cementerio de la verg¨¹enza, donde solo se enterraba a los suicidas. La cuesti¨®n es que arrojarse al r¨ªo Havel para quitarse la vida era una moda a finales del siglo XIX. Las corrientes arrastraban los cuerpos hasta la bah¨ªa de Schildhorn, donde las familias acud¨ªan a recuperar a sus muertos y sepultarlos en mitad del bosque, ya que por su condici¨®n de suicidas no pod¨ªan descansar con el resto. Esta divisi¨®n se acab¨® en este cementerio en la d¨¦cada 1920.
Las cenizas de Nico, la bella cantante de la Velvet Underground, fueron esparcidas aqu¨ª. No se suicid¨®, solo quer¨ªa dormir junto a su madre. De vez en cuando, alg¨²n admirador viene y deja una botella de vino.
{ "active": true, "code": "187323", "elementType": "offerExtension", "id": 11, "name": "BERLIN", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.