La librer¨ªa sin reglas de Manila

Guanlao Hernando repite una y otra vez ¡°no rules, no rules¡± ("no hay reglas") para explicar c¨®mo funciona su librer¨ªa en Manila. Un cartel gigante a su lado reitera esa idea: "Lectura y pr¨¦stamo gratuito".

Todo empez¨® hace doce a?os, tras la muerte de su padre. Guanlao decidi¨® entonces depositar en la acera frente a su casa los m¨¢s de cien libros que ten¨ªa en sus estanter¨ªas. Dicha colecci¨®n, lejos de desaparecer, empez¨® a crecer gracias a las donaciones de amigos y vecinos y as¨ª con el paso del tiempo se vio obligado a establecer en los bajos de su casa el Club de la Lectura (1454 Balagtas St., Barangay La Paz, Makati City). Este lugar es una especie de biblioteca informal e improvisada donde uno puede apoderarse de un libro sin ninguna necesidad de comprarlo y sin estar obligado a devolverlo. Por si fuera poco, est¨¢ abierta de lunes a domingo las 24 horas del d¨ªa.

Con el tiempo este manile?o ha recopilado una enorme colecci¨®n que guarda en estanter¨ªas y cajas que acumula en las escaleras que ascienden a su casa. Son amigos y personas an¨®nimas quienes aportan las novelas, libros de medicina, de derecho o de cualquier otra disciplina que hacen crecer esta curiosa biblioteca.

En Manila, y en general en las islas Filipinas, no es nada f¨¢cil encontrar librer¨ªas p¨²blicas. La mayor¨ªa son privadas y son parte de instituciones acad¨¦micas o universidades. La Biblioteca Nacional tiene unos horarios muy limitados, restricciones en el pr¨¦stamo de libros y un c¨®digo de vestimenta no apto para los m¨¢s pobres. Esto contrasta con que cada vez es m¨¢s frecuente ver a mendigos enganchados a un libro, disfrutando de su recurso m¨¢s abundante: el tiempo. Para facilitarles el acceso a la lectura, Nani ¡ªnombre con el que se conoce al popular librero¡ª quiere crear los primeros rincones del libro en las estaciones de metro de las zonas menos agraciadas de Manila. Ser¨ªa un proyecto in¨¦dito.

Su intenci¨®n es que los libros cobren vida y circulen de mano en mano. Para ello ha creado, con ayuda de amigos, un total de 10 centros similares a modo de franquicias y continuamente env¨ªa libros a diferentes rincones del pa¨ªs. Este medio es a veces el ¨²nico recurso para que las diferentes poblaciones ind¨ªgenas tengan acceso a la literatura.

Guanilao defiende la idea de que la pobreza solamente se puede combatir proporcionando educaci¨®n a la poblaci¨®n y que los libros son el elemento clave para ello, pero el coste medio de 250 pesos (5 euros) los hace muchas veces inaccesibles. Tampoco facilita la situaci¨®n que algunos lugares de Filipinas se encuentran muy aislados y se hace complicado su transporte, a¨²n as¨ª Guanilao se muestra positivo: "Todo es posible si uno se propone hacerlo¡±.

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