Una calle de Valencia con mucha historia
La v¨ªa de La Paz, de l¨ªneas rectas y edificios modernistas, acogi¨® al Gobierno Republicano durante la Guerra Civil
Cuenta el escritor Juan Gil Albert que, contemplando Luis Cernuda la calle de la Paz de Valencia en 1937, exclam¨®: "Esto es una calle, una de las pocas que hay en Espa?a". Quiz¨¢, al decir esto, el poeta pensaba en la rectitud perfecta de la v¨ªa o en la majestuosidad de los edificios modernistas que forman el conjunto arquitect¨®nico m¨¢s arm¨®nico de la ciudad. Lo que es seguro es que la calle que admir¨® Cernuda ha mantenido casi intacta su est¨¦tica mientras su alma se ha transformado en muchas ocasiones.
La calle de la Paz parece una simple v¨ªa de paso entre el Parterre y la Plaza de la Reina. Las molduras que decoran los balcones y los torreones de cuento pasan desapercibidos con frecuencia para los visitantes, cuyo objetivo final suele ser la torre de la iglesia de Santa Catalina ¡ª"la torre m¨¢s valenciana", seg¨²n Albert¡ª. Sin embargo, para poder saborear los detalles de la avenida, impregnados de historia y de arte, el trayecto ha de hacerse lentamente.
Su construcci¨®n comenz¨® a finales de siglo XIX y fue la burgues¨ªa valenciana quien para honrarse a s¨ª misma planific¨® esta obra. La calle de la Paz sigue a rajatabla los criterios art¨ªsticos de aquella ¨¦poca: avenidas anchas y vistosas que permit¨ªan la circulaci¨®n del viento y la luz del sol.
En el n¨²mero 42 se encuentra la ¨²nica placa de la ciudad que conmemora la ubicaci¨®n eventual en Valencia del Gobierno Republicano durante la Guerra Civil. Este edificio, que en su d¨ªa ocup¨® el Hotel Valencia Palace, fue Casa de la Cultura de 1936 a 1937. Hoy vuelve a ser un hotel. Aqu¨ª convivieron los intelectuales evacuados de Madrid, transform¨¢ndola en una suerte de residencia clave en la Valencia republicana. De aquel Casal dels Sabuts ('casa de los sabiondos') solo se conserva la fachada, rehabilitada recientemente, y la escalera principal.
Avanzando hacia la Plaza de la Reina se suceden los edificios modernistas. Observando atentamente las fachadas aparecen azulejos y pinturas y destacan las barandillas de hierro de los balcones. Todo ello redondea la idea de palacete que ansiaban los burgueses de principios del siglo pasado, cuando la calle fue terminada.
No han permanecido sus famosos caf¨¦s El Siglo e Ideal Room. Del primero, situado antiguamente en la esquina que toca con la Plaza de la Reina, queda la placa original en madera con su nombre. En las mesas del Ideal Room (n¨²mero 19) fumaron, escribieron y conversaron poetas y escritores de la Generaci¨®n del 27 durante su estancia en el Palace. En los a?os de la Guerra Civil se contaban por decenas los corresponsales que visitaron el local atra¨ªdos por su aura de intelectualidad. Entre los m¨¢s ilustres estuvo Gerda Taro, pareja del fotoperiodista Robert Capa. Del caf¨¦ nos quedan solamente nost¨¢lgicas fotograf¨ªas y leyendas; su lugar lo ocupa ahora una tienda de lencer¨ªa.
La calle de la Paz ha vivido en primera persona los cap¨ªtulos de la historia reciente de Valencia. Ha sido testigo del auge de la burgues¨ªa y del per¨ªodo republicano y hoy atraviesa una etapa m¨¢s urbanita mientras espera para ser redescubierta.
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