Piscinas en el oc¨¦ano
Abrigos rocosos ideales para ba?arse en la islas canarias de Tenerife, La Palma y El Hierro
En las islas occidentales de Canarias ¨Ccorrespondientes a la provincia de Santa Cruz de Tenerife- las playas se despliegan se?aladamente en las costas meridionales. ?Y en las zonas septentrionales, donde el mar del norte se lleva en un tris la arena depositada? En esta escarpada morfolog¨ªa los habitantes han hecho de la necesidad virtud, acondicionando abrigos rocosos intermareales a modo de zonas de ba?o y esparcimiento gratuito. Son las llamadas piscinas naturales.
Los vasos se llenan al ritmo de las mareas dos veces al d¨ªa, y los muros de cierre y balaustradas act¨²an como un ant¨ªdoto contra el reboso (fuerte oleaje), contando con instalaciones an¨¢logas a las del universo playero. Sus aguas a?iles, ese aroma denso, indefinible, de las algas, crean la ficci¨®n de estar sumergi¨¦ndonos en medio del oc¨¦ano. Consultar previamente las banderas de aviso.
Este paisaje intermareal fue el sustrato de la memoria de C¨¦sar Manrique, quien alumbr¨® en el Puerto de la Cruz (Tenerife) el Complejo Costa Marti¨¢nez (922 38 59 55). Es preciso pagar entrada, al igual que en el Parque Mar¨ªtimo de la capital tinerfe?a, obra p¨®stuma del artista lanzarote?o.
01 Bajamar y Punta del Hidalgo
LA LAGUNA (TENERIFE)
Lo que constituir¨ªa una imprudencia ¨Cdejarse golpear por el fiera marejada- se convierte en jocoso chapuz¨®n (con permiso del socorrista), merced a las piscinas que acolchan el topetazo donde rompe la ola en la cota de pleamar, o a media marea si el Atl¨¢ntico se enrabieta. El ingeniero Joaqu¨ªn Soriano, responsable de la remodelaci¨®n de las piscinas de Bajamar, utiliz¨® pavimento de piedra volc¨¢nica sobre que se yerguen p¨¦rgolas y bancos orientados a distintos ¨¢ngulos. Dos vasos grandes y otro infantil invitan a disfrutar piscinas de infinito. Los servicios abundan: duchas de agua dulce, socorrista, Cruz Roja, vestuarios y bar. Como aparcar no es sencillo, es buena idea tomar la guagua (autob¨²s) 105, que sale cada media hora de Santa Cruz de Tenerife con direcci¨®n a Punta del Hidalgo, pasando por La Laguna y Bajamar.
A 4 kil¨®metros, en Punta del Hidalgo, encontramos una piscina de 30 metros de di¨¢metro, con la balaustrada met¨¢lica en que se apoyan muchos invernantes ¨Cla mayor¨ªa alemanes-, creando, con marea alta, cierta sensaci¨®n de irrealidad, viendo a los ba?istas sentados en la superficie del Atl¨¢ntico. Las puestas de sol son para coleccionar. Su restaurante La Caseta (922 15 66 32) est¨¢ especializado en pescado y marisco.
02 El Calet¨®n
GARACHICO (TENERIFE)
Que uno de los pueblos canarios m¨¢s fascinantes disponga de piscinas mar¨ªtimas es toda una llamada a los sentidos. Las piscinas de El Calet¨®n, situadas bajo el estilizado campanario que alertaba de los piratas, aprovechan los charcones de lava preexistentes a la erupci¨®n que arras¨® el puerto garachiquense en 1706. Aqu¨ª el barandaje de acero inoxidable se sustituye durante estos meses por cuerdas, y as¨ª evitar la codicia de la resaca.
Ver El Calet¨®n propiamente dicho, en pleamar, es verlo en su m¨¢ximo esplendor. En tres minutos se alcanza el charco de las Lisas, m¨¢s ¨ªntimo por su lejan¨ªa; al no contar con muros de contenci¨®n tiene garantizado el agua m¨¢s limpia. En el charco de las Viejas (alusi¨®n al pez aut¨®ctono) la estrecha camarader¨ªa con las olas no encuentra peligro, lo mismo que en charco de los Ni?os; el de los Tres Chorros est¨¢ dotado de rompeolas. Ir despu¨¦s a Casa Gaspar (922 83 00 40). ?La oferta?, caldo de bienvenida, alcachofas con almejas y pescados seleccionados del expositor.
03 Charco Azul y La Fajana
LA PALMA
Muy coqueto y familiar, Charco Azul (San Andr¨¦s y Sauces), en el noreste de la Isla Bonita, se compone de tres piscinas unidas por pasarelas de piedra excavadas en el basalto, as¨ª como plazoletas o solarium con mobiliario que centra su decoraci¨®n en tonos blanco y azul celeste. Hasta la piscina infantil se bombea agua salada durante 12 horas al d¨ªa y con el sobrante se forma la cascada que alimenta la piscina de El Charco. Algo m¨¢s alejado est¨¢ el charco de las Damas, especie de spa natural por la forma en que las corrientes oce¨¢nicas hierven y masajean a los nadadores. Dispone de sombrillas de hojas de palmera, aseos, vestuarios, duchas de agua dulce y kiosco-restaurante; y el hecho de carecer de socorrista en invierno no impide que luzcan banderas de aviso.
En cuanto se echan las sombras, siempre queda luz solar en las piscinas de La Fajana (Barlovento), situadas a 12 kil¨®metros. Es este un chapuz¨®n panor¨¢mico. Y es que el ba?ista se embebe de la grandiosidad acantilada, en tanto los ¨²ltimos rayos de luz caen por el horizonte marino, m¨¢s all¨¢ de la punta de la Gaviota. Son tres charcos decorados con tarajales que tienen historia, puesto que fueron utilizados anta?o por las curtidoras de lino (luego lo golpeaban y hac¨ªan la hebra), al tiempo que los ni?os se ba?aban. Antes de descender por la carretera, conviene observar las piscinas cenitalmente desde el mirador. Veremos adem¨¢s el faro de Punta Cumplida, cuya ¨®ptica de 1887 se enciende dentro de una urna situada en las calles de Barlovento. Hay plataformas para tomar el sol, vestuarios, aseos, duchas de agua dulce, sombrillas, merendero y dos restaurantes de pescado.
04 La Maceta
LA FRONTERA (EL HIERRO)
Qu¨¦ mejor lugar para ver a los herre?os haciendo la competencia a los lagartos que las tres piscinas de La Maceta. La Costa de El Golfo destila embriaguez panor¨¢mica a la vista de la sucesi¨®n de roques y del hotel Punta Grande, de solo cuatro habitaciones.
Sus r¨²sticas instalaciones, con chiringuito, duchas de agua dulce, asadores y mesas construidas con carretes de hilo telef¨®nico reciclados, invitan al relax rodeadas de plantaciones de pi?a.
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