Burgues¨ªa de chocolate
Una minuciosa restauraci¨®n devuelve la Casa Amatller al turismo barcelon¨¦s
La reforma de uno de los hitos del modernismo catal¨¢n, la Casa Amatller, se inaugurar¨¢ en las pr¨®ximas semanas. Han sido ocho a?os apasionantes de investigaci¨®n, hallazgos y rehabilitaci¨®n hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle para devolver a este edificio su aspecto y esencia originales.
Cruzar el imponente vest¨ªbulo de la Casa Amatller es entrar de pleno en la Barcelona burguesa y cultivada de principios del siglo XX. Aquella Barcelona de gustos exquisitos se refleja en cada una de las estancias de este bell¨ªsimo edificio situado en el n¨²mero 41 del Passeig de Gr¨¤cia.
El industrial Antoni Amatller (1851-1910), heredero de la f¨¢brica de chocolates Amatller y un hombre apasionado de la fotograf¨ªa y gran coleccionista, fue quien adquiri¨® el inmueble, un anodino bloque de pisos, en 1875, y encarg¨® a Josep Puig i Cadafalch (1867-1956) su reconstrucci¨®n. Entre 1898 y 1900, este transform¨®, con una mezcla de estilo g¨®tico catal¨¢n y elementos simb¨®licos, la fachada y el interior del edificio, que pronto se convirti¨® en un hito de la arquitectura modernista.
Cincuenta artesanos
Recrear cada detalle de la casa original ha sido posible en parte gracias a la pasi¨®n por la fotograf¨ªa de Antoni Amatller, quien capt¨® im¨¢genes de cada rinc¨®n y estancia. Tambi¨¦n se han hallado todas las facturas originales de la remodelaci¨®n del edificio que llev¨® a cabo Puig i Cadafalch, as¨ª como una lista de los 50 profesionales que colaboraron en ella. La mano del insigne arquitecto intervino en todas las ¨¢reas de la construcci¨®n y decoraci¨®n de la casa. Puig i Cadafalch dise?¨® los muebles, encarg¨® con minuciosidad los trabajos a los distintos artesanos, forja, cer¨¢mica, esgrafiado, estucos, ebanister¨ªa¡
Gu¨ªa
Informaci¨®n
??Casa Amatller (932 16 01 75). Passeig de Gr¨¤cia 41. Barcelona. Entrada, 10 euros.
Viajar fue otra de las grandes pasiones de Antoni Amatller. Son un documento hist¨®rico important¨ªsimo las miles de fotograf¨ªas que hizo en sus estancias en Marruecos, Egipto o Turqu¨ªa, y que est¨¢n reunidas bajo la tutela de la Fundaci¨®n Instituto Amatller de Arte Hisp¨¢nico que cre¨® su hija Teresa en 1941. Como coleccionista, Amatller consigui¨® reunir una gran muestra de vidrio arqueol¨®gico, adem¨¢s de valiosas obras de arte.
La personalidad poli¨¦drica del propietario de la Casa Amatller se refleja en el trabajo de Puig i Cadafalch; y es que toda la casa rebosa simbolismo. La fachada nos cuenta que el edificio perteneci¨® a un industrial, artista y coleccionista; la flor del almendro (ametller en catal¨¢n) y la ¡°A¡± de Amatller son una constante en toda la decoraci¨®n interior y exterior.
La Casa Amatller fue la primera edificaci¨®n de la ¡°Manzana de la Discordia¡±, referencia mitol¨®gica a la manzana de oro que la diosa Eris deb¨ªa otorgar a la m¨¢s bella entre Afrodita, Atenea y Hera, y que se aplic¨® a la disputa ficticia entre las tres casas situadas en el Passeig de Gr¨¤cia entre las calles Consell de Cent i Arag¨®, obra, cada una de ellas, de los tres grandes maestros del modernismo catal¨¢n: la Casa Amatller, de Puig i Cadafalch; la Casa Batll¨®, de Antoni Gaud¨ª, y la Casa Lle¨® Morera, de Dom¨¨nech i Montaner.
La residencia de Antoni Amatller y su hija Teresa se ubic¨® en la planta principal, a la que se accede por una gran escalinata de piedra. Antoni Amatller se reserv¨® para s¨ª el ¨²ltimo piso, que destin¨® a laboratorio fotogr¨¢fico. La casa se distribuye en dos ¨¢reas: la social, que da a la parte trasera del edificio y consta de un gran comedor ¡ªque albergar¨¢ la colecci¨®n de vidrio arqueol¨®gico¡ª, la sala de m¨²sica y la de visitas; y la zona privada, con vistas al Passeig de Gr¨¤cia, con las salas y alcobas de padre e hija.
El vitral del ¨¢rbol
De las tres casas de la llamada Manzana de la Discordia, hasta ahora solo se pod¨ªa visitar la casa Batll¨® de Antoni Gaud¨ª. En breve se sumar¨¢ la casa Amatller y, desde hace apenas unos d¨ªas, tambi¨¦n es posible contemplar por dentro la planta noble de la casa Lle¨® Morera de Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner. La historia de esta ¨²ltima es en cierto modo paralela a la de la casa Amatller. Su propietaria, Francesca Morera, hered¨® un inmueble anodino en el Passeig de Gr¨¤cia esquina Consell de Cent y encarg¨® a uno de los arquitectos m¨¢s destacados del momento -autor del Palau de la M¨²sica y del Hospital de Sant Pau- una casa que reflejara no s¨®lo su riqueza, sino tambi¨¦n su ideario, sus pasiones y su vida. El resultado fue algo tan especial que en 1906 el edificio fue premiado como el m¨¢s bello de la ciudad.
La restauraci¨®n llevada a cabo por la empresa Nu?ez y Navarro, actual propietaria de la casa, ha recuperado la obra de algunos de los artistas m¨¢s destacados de principios del siglo XX, como las esculturas de Eusebi Arnau y los vitrales de Antoni Rigalt. La fuerza y la fantas¨ªa de los elementos modernistas ofrecen su m¨¢ximo esplendor en el comedor presidido por distintas composiciones de mosaico y un gran vitral que representa el ¨¢rbol de la vida. La parte delantera con su tribuna sobre el Passeig de Gr¨¤cia es simplemente sublime. Durante el recorrido por las salas se muestran fotograf¨ªas antiguas que permiten apreciar el mobiliario y otros elementos de la decoraci¨®n original.
? La visita a la casa Lle¨® Morera solo se puede realizar previa reserva online a trav¨¦s de www.casalleomorera.com o www.casessenigulars.cat. El precio de la entrada es de 15 €
El legado fotogr¨¢fico de Antoni Amatller (350.000 negativos) ocup¨® durante m¨¢s de cincuenta a?os la planta noble del edificio. Con el traslado de la colecci¨®n salieron a la luz aut¨¦nticas obras de arte, como la chimenea oculta tras los archivadores, presidida por una magn¨ªfica escultura de Eusebi Arnau (1864-1933) que simboliza el continente americano (de donde procede el cacao, base del chocolate que fabricaba Amatller).
En la restauraci¨®n se han recuperado, siempre que ha sido posible, las sedas, los terciopelos y los papeles pintados de las paredes, los techos de madera decorada y los suelos de mosaicos, maderas e hidr¨¢ulicos originales. Los elementos que m¨¢s deteriorados estaban y cuya recuperaci¨®n fue imposible se han reproducido con toda fidelidad gracias a la documentaci¨®n fotogr¨¢fica y a los restos encontrados. Son una maravilla los papeles pintados con dise?os de principios de siglo, seg¨²n las ¨²ltimas tendencias de Par¨ªs, plasmados hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle. Tambi¨¦n se ha dedicado mucho esfuerzo a la recuperaci¨®n del mobiliario original, cosa que se ha conseguido con la mayor¨ªa de los objetos.
El proyecto museogr¨¢fico ayudar¨¢ al conocimiento de Antoni Amatller, un hombre que import¨® sistemas de producci¨®n modernos a su f¨¢brica de chocolates e introdujo carteles y cromos como t¨¦cnica de publicidad de su producto, encargando el dise?o a artistas como Ramon Casas, Apel.les Mestres y Alphonse Mucha, quien realiz¨® el cartel del centenario de la marca. Ubicar¨¢ al visitante en el momento hist¨®rico y convertir¨¢ la Casa Amatller en un espacio ¨²nico donde respirar la atm¨®sfera de una casa de 1900 en Barcelona.
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