Escalera al cielo de C¨®rdoba

El Cabildo Catedralicio de C¨®rdoba espera reabrir al p¨²blico en 2014 la torre de la Mezquita-Catedral. La ciudad andaluza recupera as¨ª una escalera al cielo que permite explorar otras miradas de la mezquita-catedral y de sus contornos urbanos m¨¢s hermosos. Nosotros hemos subido ya y hemos probado lo que se siente.

Vivir la experiencia de superar decenas de metros para abrazar nuevos colores, planos, texturas y dimensiones permanece en el recuerdo de los cordobeses. Pero 25 a?os de espera convierten esta reapertura en un novedoso viaje al coraz¨®n de la ciudad califal. A las entra?as de los restos de su alminar o torre de la oraci¨®n isl¨¢mica, embutidos en una obra cristiana desde hace m¨¢s de cuatro siglos.

El califa omeya Abd al-Rahman III, preocupado por asegurar conquistas y empe?ado en construir la ciudad palatina de Madinat al-Zahra, quiso dejar en la mezquita tambi¨¦n un testimonio de su grandeza. Entre los a?os 951-953 orden¨® levantar un alminar que sirvi¨® de ejemplo a los de Sevilla, Marrakech, Rabat e incluso a algunas torres rom¨¢nicas. A partir de este momento, el acceso en caracol fue sustituido por tramos de escaleras rectil¨ªneas y sim¨¦tricas, unidas arriba.

Viajeros y cronistas quedaron extasiados por su magnificencia. Con 40 metros de altura desafiaba toda gravedad, estando el alminar coronado por una c¨²pula dorada y un remate cuyo brillo, como el sol, ofuscaba a quienes pon¨ªan la vista en ¨¦l.

Pero el paso de los siglos hizo mella para acabar transform¨¢ndolo en un campanario tras la conquista cristiana. En el a?o 1589 un hurac¨¢n y un terremoto terminaron debilitando su estructura. Hern¨¢n Ruiz III lo reedific¨®, demoliendo el segundo y parte del primer cuerpo del viejo alminar isl¨¢mico. Sin embargo, prefiri¨® cegar algunos vestigios, cerr¨¢ndolos con un grueso muro al que superpuso un cuerpo de campanas. Habr¨ªa que esperar, pues a los ¨²ltimos a?os del XVII para ver pr¨¢cticamente la torre con el aspecto actual.

Las intervenciones m¨¢s recientes iniciadas en 1990 han permitido, seg¨²n sus arquitectos, recuperar valores primordiales. Destapando lo que Hern¨¢n Ruiz III ocult¨®, se han dejado al descubierto algunas de las arquer¨ªas de herradura del primer cuerpo del alminar. Pero la futura visita deparar¨¢ otras sorpresas al comprobarse c¨®mo los alarifes del califa reforzaron las escaleras con vigas encadenadas de pino y falsas b¨®vedas que conservan todav¨ªa restos de motivos decorativos.

Cumpli¨¦ndose 30 a?os de la inclusi¨®n de la mezquita-catedral en la lista de Patrimonio Mundial por la Unesco, su torre volver¨¢ a abrirse. Eso s¨ª. Con la cautela que requiere protegerla para la posteridad, a trav¨¦s de accesos y tiempos controlados. Y aunque el tiempo seguramente resulte escaso, servir¨¢ para comprobar que si ha intentado ser borrado, contin¨²a siendo parte de esa eternidad que siempre envuelve a C¨®rdoba.

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