'Jet-love' en la tormenta
A la soprano Mar¨ªa Bayo se le retras¨® el avi¨®n camino de Hamburgo y en el aeropuerto de Lyon conoci¨® a un hombre misterioso
Mar¨ªa Bayo estaba participando en unos ensayos de una ¨®pera barroca en Lyon cuando tuvo que viajar a Hamburgo. La soprano navarra, que estos d¨ªas est¨¢ de gira por Espa?a con La voz humana (el mon¨®logo de Jean Cocteau, un tour de force que fue recreado musicalmente por Francis Poulenc y que podr¨¢ verse ma?ana en el Auditorio de Cuenca y despu¨¦s en Barcelona), tuvo problemas con el vuelo y un encuentro.
??Qu¨¦ le ocurri¨® en el aeropuerto?
Viajaba por la noche, en febrero, y hab¨ªa tormenta. Al rato de haber facturado, nos cancelan el vuelo. Me puse muy nerviosa porque al d¨ªa siguiente actuaba.
?Qu¨¦ hizo?
Me acerqu¨¦ a un mostrador de la compa?¨ªa y empec¨¦ a preguntar, algo alterada, por las opciones que ten¨ªa para llegar a Hamburgo. Un tipo, que hac¨ªa el mismo itinerario, me coment¨® algo. Me pareci¨® un franc¨¦s un poco estirado y me fastidi¨® que estuviera tan tranquilo.
Un pasajero inc¨®modo.
Conseguimos vuelo, entramos y cuando me siento, nos hab¨ªan dado tarjetas de embarque contiguas. Le ofrec¨ª cambiar el sitio, ya que ¨¦l iba acompa?ado, pero insisti¨® en quedarse.
?Se hicieron amigos?
Fuimos charlando hasta M¨²nich, donde hac¨ªamos escala. Aunque en el siguiente trayecto no nos tocaba juntos, se puso a mi lado. Cuando llegaron los ocupantes, les pidi¨® que le cambiaran el asiento. No quisieron.
?Ah¨ª acab¨® la historia?
Se las ingeni¨® para ponerse al otro lado del pasillo. As¨ª, cont¨¢ndonos la vida, llegamos a Hamburgo. Me pidi¨® el n¨²mero de tel¨¦fono.
?Se lo dio?
Le di el nombre de mi hotel en Lyon, donde ensayaba para la ¨®pera barroca. Luego me fui al teatro. Actu¨¦ en Hamburgo y recorr¨ª la ciudad.
?Qu¨¦ recomienda?
La ¨®pera, que en esta ciudad hanse¨¢tica tiene una tradici¨®n de m¨¢s de tres siglos; tomar un buen chocolate o recorrer alguno de sus museos. Es una ciudad maravillosa con un ambiente muy mar¨ªtimo y cosmopolita. Estuve un par de d¨ªas y regres¨¦.
?Qu¨¦ pas¨® con el hombre misterioso?
Me llam¨® un d¨ªa al hotel. Quedamos y empezamos a vernos. Han pasado casi 13 a?os desde ese vuelo y ese franc¨¦s insolente ahora es mi marido. Fue un flechazo.
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