La leyenda del castillo de Otelo
De Gazimagusa a las ruinas de Salamis, ruta por el norte de Chipre
Se puede rezar a Al¨¢ bajo el elegante techo g¨®tico de una catedral perfectamente conservada? ?Deambular en medio de un sinf¨ªn de iglesias escuchando la voz del muec¨ªn? S¨ª: semejante ejercicio de sincretismo es posible en Gazimagusa. Un nombre de origen turco que no nos lleva a un lejano paraje oriental, sino a un Estado europeo, aunque no reconocido internacionalmente. Concretamente a una de sus principales ciudades, que se conoce m¨¢s bien por su nombre griego de Famagusta y que es, sin duda, la m¨¢s pintoresca de la Rep¨²blica Turca del Norte de Chipre.
Tras atravesar los animados suburbios de esta ciudad de unos 45.000 habitantes, se llega a su coraz¨®n, que constituye en cambio un remanso de paz: la ciudad amurallada. Una buena aproximaci¨®n consiste en recorrer, de baluarte en baluarte (hay 15 en total), estos muros de nueve metros de ancho. De todo se encuentra en las estribaciones de la muralla: desde iglesias de todas las ¨®rdenes a un campo de f¨²tbol, desde una taberna instalada en un antiguo almac¨¦n de balas de ca?¨®n a un espectacular castillo llamado Otelo: y es que all¨ª viv¨ªa, seg¨²n la leyenda, el personaje que habr¨ªa inspirado la famosa obra de Shakespeare, el gobernador de Chipre Cristoforo Moro, que asesin¨® por celos a su esposa: violencia de g¨¦nero a principios del siglo XVI.
Los numerosos vestigios militares atestiguan el pasado turbulento de esta ciudad muy disputada, etapa clave en el camino de las Cruzadas. Pas¨® de mano en mano ¡ªcruzados, genoveses, venecianos, otomanos¡ª, y de ah¨ª el cosmopolitismo cultural de sus monumentos. Ning¨²n sitio mejor para apreciarlo que su plaza central. La domina la imponente silueta de lo que fue la catedral San Nicol¨¢s, que parece una versi¨®n chipriota de Notre-Dame-de-Reims (Francia), que de hecho la inspir¨®. Con una inesperada particularidad: el minarete que se eleva del lado norte de su imponente fachada y remata la torre g¨®tica. La sorpresa prosigue en el interior, donde el mirhab ha reemplazado al p¨²lpito desde hace m¨¢s de cuatro siglos, y donde el suelo alfombrado recuerda que aqu¨ª los fieles se tumban para venerar a Al¨¢. Y es que los otomanos, musulmanes, al conquistar estas tierras en 1571, decidieron conservar esta obra maestra del arte g¨®tico, cuya construcci¨®n empez¨® en 1298 y dur¨® 14 a?os, y se limitaron a islamizarla. Hoy es la mezquita Lala Mustafa Pacha. De la misma manera que la iglesia cercana de San Pedro y Pablo se convirti¨® en la mezquita Sinan Pasha.
Con sus terrazas, donde los contados turistas se mezclan con los locales que toman perpetuamente el t¨¦, la apacible plaza de la catedral parece un compendio cultural de Famagusta. La vigila un anciano sic¨®moro que, seg¨²n la tradici¨®n, es contempor¨¢neo del edificio eclesi¨¢stico. Cerca de la catedral, una antigua madraza bien conservada ha sido transformada en un m¨¢s laico restaurante. Mientras que al otro lado de la plaza, un magn¨ªfico arco triple recuerda que por estos lares estuvieron tambi¨¦n los venecianos, que construyeron aqu¨ª un palacio. Pero hay que forzarse a dejar atr¨¢s este sitio cautivador para deambular por las callejuelas de un casco viejo con encanto rural, casi adormecido, donde se proh¨ªben las casas de m¨¢s de dos plantas.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
- El aeropuerto de Chipre del Norte es el de Ercan, cerca de Nicosia y a unos 45 minutos de Famagusta. Desde Espa?a, lo m¨¢s directo es viajar con Turkish Airlines v¨ªa Estambul.
- Un buen hotel situado cerca de la ciudad amurallada es el Arkin Palm Beach (www.arkinpalmbeach.com).
Por m¨¢s que estemos aqu¨ª en tierras musulmanas, el paseo se convierte en una yinkana entre iglesias cristianas. Las hay de todas las ¨®rdenes y para todos los gustos: iglesia de los templarios, los hospitalarios, los nestorianos, los armenios, las carmelitas, los ortodoxos. Si muchas parecen imponentes desde fuera se trata, sin embargo, en la mayor¨ªa de los casos, de simples cascarones vac¨ªos.
Salamis
Al norte de Magusa, como la llaman de manera familiar sus habitantes de origen turco, toca ahora un largo salto hacia atr¨¢s en la historia al recorrer las ruinas tal vez m¨¢s imponentes de toda la isla: las de Salamis (o Salamina). Fundada en el siglo XII antes de Cristo, probablemente por unas tribus que ven¨ªan de Anatolia, la ciudad fue habitada durante nada m¨¢s que 21 siglos seguidos. Aunque el yacimiento es enorme, el inter¨¦s se centra en el complejo del gimnasio, termas incluidas: una enorme plaza rodeada de columnas que serv¨ªa de patio para los ejercicios, dos piscinas, unas habitaciones utilizadas como saunas y otras como cuartos fr¨ªos: caldarium y frigidarium, como se dec¨ªa entonces. Y, como prodigio de promiscuidad, unas letrinas concebidas para que pudieran utilizarlas a la vez 44 personas en semic¨ªrculo. Muy bien conservada, esta parte de las ruinas corresponde a la ¨¦poca griega de una ciudad que dominaron sucesivamente, dejando sus respectivas huellas, asirios, atenienses, fenicios, persas, egipcios y romanos. El visitante puede recorrer durante horas los caminos que cruzan el sitio, de ruina en ruina y de ¨¦poca en ¨¦poca. Cerca se encuentra uno de los lugares m¨¢s venerados por los ortodoxos: el monasterio de San Bernab¨¦, el fundador de la Iglesia cristiana de Chipre.
Acabemos la visita de Famagusta con una brutal vuelta a la actualidad, tambi¨¦n agitada, de la isla. Al sur de la ciudad se extiende frente al mar el barrio de Varosha. Fue una estaci¨®n balnearia apreciada por los grecochipriotas antes de la partici¨®n de la isla en 1974. Hoy la controla el Ej¨¦rcito de Ankara. Y asombra el espect¨¢culo de lo que fueron hoteles de lujo y residencias de verano hoy transformados en cascarones cuyos ¨²nicos okupas son los militares turcos: controlan los alrededores de la L¨ªnea Verde que divide la isla, aqu¨ª muy pr¨®xima y que anuncian unos alambres de p¨²a. ?Como si las turbulencias que padeci¨® la ciudad durante su larga historia tuvieran que prolongarse hasta hoy mismo!
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