Atenciones a 45 euros

Los altos precios de una noche en Barcelona tiran para atr¨¢s a muchos incondicionales de las Ramblas y el Port Ol¨ªmpic, que prefieren buscarse un alojamiento barato en las afueras para gastarse el sobrante en pasear y comer bien en el centro. No esperan una arquitectura sobresaliente, ni unas instalaciones que los retenga por muchas horas. Solo una cama c¨®moda, un desayuno abundante, servicios pr¨¢cticos y, sobre todo, un tarifario asequible.

Con estas premisas, el grupo franc¨¦s Louvre tiene sembrados todos los extrarradios urbanos de Europa con sus establecimientos de la marca Campanile, como el situado en Cornell¨¤, de camino al aeropuerto del Prat. Originalmente r¨²sticos, basaban su diferencia competitiva en la propuesta culinaria, aunque el cuidado de la gastronom¨ªa ha quedado relegado a la mercadotecnia y al albedr¨ªo de cada uno de sus responsables. En este caso, del binomio profesional formado por Lucas Gil y Javier Mart¨ªn, director y subdirector, a quienes no se les caen los anillos por faenar en la cocina con tal de que sus hu¨¦spedes agradezcan un plato servido a hora intempestiva. No importa que aterricen en El Prat con retraso. Siempre habr¨¢ algo a su gusto en el comedor o en la repisa de la habitaci¨®n.

La tramitaci¨®n a la llegada es diligente, m¨¢xime cuando ya se ha sido cliente. El coche se guarda en el garaje. En la fachada, largas panelaciones verdes aseguran una conexi¨®n wifi gratuita y a una velocidad razonable. La habitaci¨®n augura a¨²n m¨¢s atenciones, como una bandeja de cortes¨ªa para el preparado de t¨¦ o caf¨¦ al antojo de su ocupante, un mobiliario utilitario y modular, toda la luminosidad de su orientaci¨®n sur y un sinf¨ªn de detalles gr¨¢ficos alegres, en la l¨ªnea general de la cadena.Si el estado de conservaci¨®n se desmarca positivamente de los dem¨¢s Campanile, el m¨¦rito debe atribuirse al citado binomio Gil-Mart¨ªn.

Su meticulosidad con la limpieza y el decoro general es envidiable. Tanto que se disculpan los ruidos de la calle y los que filtra el propio edificio en su interior. Nada graves, pero s¨ª algo molestos en las horas de m¨¢s tr¨¢fico, que nunca son las nocturnas en los aleda?os del pol¨ªgono industrial.En cualquier caso, nadie esperar¨ªa de un hotel a 45 euros la habitaci¨®n doble un trato as¨ª de particular y tan pr¨®ximo a sus hu¨¦spedes.

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