Seducci¨®n b¨¢ltica en los astilleros
La zona en la que el sindicato Solidaridad venci¨® en la huelga y anunci¨® as¨ª la caida del bloque sovi¨¦tico es ahora el mejor lugar para salir. Visita a Gdansk, reconstruida y llena de encanto
Decir que Gdansk es una de las urbes hist¨®ricas m¨¢s bellas y seductoras del B¨¢ltico puede despistar. Porque lo es, s¨ª, pero es sobre todo una ciudad viva, efervescente. M¨¢s a¨²n: protagonista de vuelcos recientes de la historia de Europa. En esta ciudad de Polonia empez¨® la Segunda Guerra Mundial, a las cuatro de la madrugada del 1 de septiembre de 1939. El conflicto la destruy¨® casi totalmente, aunque hoy nadie lo dir¨ªa. Aqu¨ª tambi¨¦n se origin¨®, el 31 de agosto de 1980, la ca¨ªda del bloque sovi¨¦tico, con la victoria del sindicato Solidaridad en una huelga de los astilleros. Hechos decisivos que parecen ahora un mal sue?o en una ciudad cuyo acta de nacimiento data del a?o 997. Fue clave en la Liga Hanse¨¢tica medieval y alcanz¨® su siglo de oro en el XVII, cuando la riqueza mar¨ªtima, la tolerancia religiosa y el florecer de las artes obraron un milagro. Se llamaba Danzig cuando en ella nacieron el fil¨®sofo alem¨¢n Schopenhauer o el escritor G¨¹nter Grass (El tambor de hojalata es un tributo a su regi¨®n natal). Hoy, con casi medio mill¨®n de habitantes, es la prima donna?del llamado Tr¨®jmiasto (Tr¨ªo de Ciudades): junto con Sopot y Gdynia forma la conurbaci¨®n que domina una amplia bah¨ªa, luminosa y vibrante, entregada a la alegr¨ªa de vivir.
9.00?Hombres de hierro
Todo empez¨® en los astilleros (1), a orillas del r¨ªo Motlava, que enseguida se vierte en el V¨ªstula, y ¨¦ste, en el B¨¢ltico. El cineasta Andrzej Wajda ha dedicado a aquella convulsi¨®n pol¨ªtica una trilog¨ªa (El hombre de m¨¢rmol, El hombre de hierro y Walesa: la esperanza de un pueblo). Hoy los astilleros conforman el espacio m¨¢s joven y alternativo; todo est¨¢ en transformaci¨®n y pronto ser¨¢ una especie de gran parque tem¨¢tico. En el CSG (2)?(Centro Astilleros de Gdansk), hangar donde se montaban torpedos alemanes, se celebran ahora exposiciones y conciertos de rock, lo mismo que en la Sala BHP (3), donde Lech Walesa firm¨® los Acuerdos de Agosto que sellaban la victoria de su sindicato. Pero el gran aglutinante va a ser el ECS (4)?(Centro Europeo de Solidaridad; www.ecs.gda.pl), un inmenso edificio de acero, obra del equipo local de arquitectos FORT, cuya apertura est¨¢ prevista para agosto. Dentro de dos a?os, algo m¨¢s all¨¢, abrir¨¢ tambi¨¦n un Museo de la Segunda Guerra Mundial, en un ¨¢rea que habr¨¢ cambiado el ¨®xido industrial por jardines y paseos.
10.00?A la sombra de Neptuno
Entrar en la ciudad vieja no es problema: hay m¨¢s de una docena de puertas. La m¨¢s hermosa, en la parte opuesta al r¨ªo (cerca de la estaci¨®n de trenes), es la Puerta Dorada (5)?(Zlota Brama), especie de arco triunfal renacentista. Delante, a modo de barbacana, un torre¨®n que fue c¨¢rcel aloja el Museo del ?mbar. El ¨¢mbar fue en parte responsable de la opulencia de Gdansk, que se calcula sigue elaborando el 70% de las piezas que la joyer¨ªa mundial realiza con esta preciosa resina. En la Puerta Dorada se inicia el Camino Real (6)?(Dluga), una calle en la que ni un solo edificio carece de inter¨¦s: todo son gabletes, vitrales, estatuas y adornos alternando g¨®tico, renacimiento y barroco; todo fielmente rehecho tras la hecatombe de las bombas. La calle se ensancha en Dlugi Targ, plaza que preside la Fuente de Neptuno (7), s¨ªmbolo de Gdansk y de su vocaci¨®n marina. Est¨¢ justo delante de la Casa de Artus, que erigi¨® en 1350 la cofrad¨ªa de San Jorge y acog¨ªa a los gremios locales. Al lado, el ayuntamiento?hist¨®rico, que parece una iglesia por su esbelta torre (hay tres consistorios: ¨¦ste, el Viejo y el que tramita papeleos, que tambi¨¦n es muy bonito).
12.00?Desde el rascacielos comunista
A un lado de esa milla de oro se alza la catedral de Santa Mar¨ªa (8), uno de los mayores templos g¨®ticos europeos. Asombran sus proporciones, lo mismo que el retablo flamenco, el reloj astron¨®mico o el Juicio final de Hans Memling (es copia; el original est¨¢ en el Museo Nacional (9), en la iglesia de la Trinidad). Fuera, a un costado de la catedral, se levant¨® un templete renacentista con esculturas del gran Andreas Schl¨¹ter. Enfrente, el arsenal del flamenco Anthonis van Obberghen es uno de los edificios renacentistas m¨¢s valiosos. El Camino Real desemboca en la Puerta Verde (Zielona Brama), que da al r¨ªo Motlava. En el muelle destaca la gr¨²a medieval (10). De ah¨ª salen los barcos al estuario del V¨ªstula, un paseo de dos horas. Para aliviar con rapidez el almuerzo, dos recomendaciones: los llamados mleczny (bares de leche</CF>), autoservicios socialistas con comida casera y barata (por ejemplo, Neptun (11), en Dlugi Targ, frente al ayuntamiento; pero hay m¨¢s), o subir al restaurante Panorama (12)?del CTO (Waly Piastowskie, 1), un rascacielos comunista de los a?os setenta.
16.00?Trinidad urbana
Desde el CTO, aparte del casco viejo, se ven las obras fara¨®nicas de los astilleros, el ¡°estadio de ¨¢mbar¡± PGE Arena, que se construy¨® para la Eurocopa de 2012, y la avenida de la Victoria (antigua Grosse Allee), que enhebra las tres ciudades que se asoman a la bah¨ªa: Gdansk, Sopot y Gdynia. Con la Karta Turysty (el abono tur¨ªstico, que cuesta 8,5 euros y es v¨¢lido durante 24 horas; www.gdansk.pl/es) y el tren r¨¢pido SKM se llega a ellas en un santiam¨¦n. Sopot (13)?se funde con Gdansk (comparten instalaciones). Esta ciudad balneario fue un invento de un m¨¦dico del siglo XIX y ahora tiene playas magn¨ªficas, casas modernistas y un Grand Hotel de la belle ¨¦poque que ha visto desfilar por sus alfombras a muchas testas coronadas. Gdynia (14), por su parte, presume de haber sido elegida como la ciudad donde mejor se vive en toda Polonia. Playas, teatro y museo nuevos, bares cooly un muelle donde atracan los cruceros y aparecen barcos-museo de todo pelaje.
20.00?Bailes en el b¨²nker nazi
De regreso a Gdansk, muchas terrazas estar¨¢n colgando ya el cartel de ¡°completo¡±. Hay una calle que se llama Piwna (15)?(de la Cerveza) donde destacan dos locales que elaboran su propio brebaje de malta, Browar Piwna (en el n¨²mero 50-51), precioso edificio hist¨®rico, y Pikawa (en el portal 14-15). La cena m¨¢s rom¨¢ntica posible se disfruta en Kubicki (16)?(Wartka, 5), fundado en 1918 y regentado siempre por la misma familia, a orillas del r¨ªo. Enfrente, el edificio de la Filarm¨®nica B¨¢ltica. Otra opci¨®n muy novedosa: el Teatro de Shakespeare (17)?(Szekspirowski; www.budujteatr.pl), un remedo del The Globe londinense. Y dos locales singulares: B90 (18), una discoteca en un garito de los astilleros, y Bunkier (19)?(Olejarna, 3), una disco alojada en un b¨²nker alem¨¢n que aguant¨® las bombas y cuya est¨¦tica mezcla la dureza b¨¦lica con gui?os al humor y al amor.
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