La ciudad de las bombillas

Fresca, divertida, trepidante, Eindhoven?es como un ave f¨¦nix que ha resurgido de un pasado industrial esplendoroso protagonizado por la f¨¢brica de electricidad y electr¨®nica Philips. La corporaci¨®n naci¨® en Eindhoven a finales del siglo XIX y pronto se convirti¨® en una presencia ubicua en la ciudad. Y s¨ª, a¨²n hoy Philips sigue presente en todos los rincones de esta urbe de los Pa¨ªses Bajos, de unos 216.000 habitantes, como testimonio de la historia, como vanguardia art¨ªstica, como bar de moda, como museo, hotel, restaurante, tienda o taller.

Para tomar el pulso de la efervescencia y modernidad que impregna esta ciudad del sur del pa¨ªs, una rareza en la provincia de North Brabant, nada mejor que iniciar la visita en el nuevo centro urbano: la plaza del 18 de Septiembre (1). Una zona repleta de tiendas y bares, donde se halla la frontera de lo que hasta la d¨¦cada de los noventa fueron los inmensos terrenos en los que se ubicaba el complejo fabril de Philips. La ¡°ciudad prohibida¡± lo llamaban, por sus estrictos controles de entrada, por su aislamiento del resto de Eindhoven y por su inmensidad. Elegimos el Usine (2) ?(Lichttoren, 6; www.usine.nl) para desayunar, un local que ocupa una de las antiguas instalaciones de la Philips y cuya remodelaci¨®n ha mantenido la estructura original. Se halla en el edificio de la Torre de la Luz, donde anta?o se testaban las bombillas incandescentes y que tambi¨¦n alberga otro buen ejemplo de reconversi¨®n, el Art Hotel (3)?(Mathildelaan, 1), un cuatro estrellas de car¨¢cter industrial.

Para ir al Museo Philips, que pondr¨¢ luz a la historia de la ciudad, atravesamos la plaza del 18 de Septiembre con la gran estructura del Admirant Entrance Building, del estudio Fuksas, formado por los arquitectos italianos Massimiliano y Dorianna Fuksas, y conocida como De Blob (2010). El?Museo Philips (4)?(Emmasingel, 31), inaugurado en 2013, aguarda a un par de calles y cerca de donde en 1891 se produjo la primera l¨¢mpara incandescente de la compa?¨ªa. Tomamos un caf¨¦ en su peque?o bar-restaurante, rodeados de antiguas im¨¢genes que cuentan c¨®mo fue Eindhoven hace poco m¨¢s de un siglo. De aquella peque?a aldea holandesa junto al r¨ªo Dommel apenas queda nada. Los bombardeos de la II Guerra Mundial la arrasaron. Pero de su eclosi¨®n industrial de principios del siglo XX queda mucho. Aparte de la ubicua huella de Philips, la ciudad tambi¨¦n fue famosa por ser la sede de la f¨¢brica de los camiones DAF (5)?(Tongelresestraat, 27). Ambas firmas sentaron las bases del Eindhoven moderno y vanguardista que hoy se concentra en dos grandes ¨¢reas.

Nos dirigimos a la primera de ellas andando poco m¨¢s de 10 minutos por las calles Rechster y Stratumseind, dejando a nuestra derecha la iglesia de Santa Catalina (6). Casi es mediod¨ªa y tienta la idea de tomar una Celis White ¡ªcerveza de trigo¡ª en alguna de sus terrazas. En esta zona se reconocen los rasgos t¨ªpicos de las ciudades holandesas y, con el barrio de De Bergen (7), son los ¨²nicos lugares donde se conservan edificios hist¨®ricos. Eindhoven est¨¢ rodeada de grandes zonas verdes, una de ellas es el Dommelpad, que sigue el curso del r¨ªo y donde se encuentra la Designhuis (8)?(Torenallee, 22) y el Van Abbemuseum?(9)?(Bilderdijklaan, 10), uno de los principales museos de Europa de arte moderno. La primera ejerce de gran polo de atracci¨®n de estudiantes y tendencias y tiene su c¨¦nit en la Semana del Dise?o Holand¨¦s, en octubre, durante la que Eindhoven se convierte en la capital mundial del dise?o. En la otra orilla del Dommel, el Van Abbemuseum, inaugurado en 1936, alberga m¨¢s de 3.000 obras que incluyen trabajos de Picasso, Lissitzky, Kandinsky, Mondriaan o Marc Chagall.

Desde aqu¨ª es f¨¢cil llegar a De Bergen para hacer un cambio radical de escenario y recordar que estamos en la antiguamente conocida como Holanda ¡ªese top¨®nimo hace referencia a la regi¨®n situada en la costa occidental del pa¨ªs¡ª, rodeados de casas de ladrillo rojo con hastiales. Un tentempi¨¦ r¨¢pido en alguno de los locales tradicionales de este barrio medieval para seguir el paseo hasta otros tres grandes hitos de Eindhoven: el Mu De Witte Dame (10)?(Emmasingel, 20), una suerte de sala de exposiciones interactiva; el TAC (11),?el gran edificio que alberga el trabajo de un buen pu?ado de artistas; y el estadio del PSV Eindhoven, el Philips Stadion (12)?(Frederiklaan, 10), cerca del centro, en el seno de los antiguos terrenos de la f¨¢brica Philips, en plena ciudad prohibida.

Andamos por esta ¨¢rea de aspecto un poco desolada, que atiende al nombre de Strijp-S (13). Epicentro cultural y de ocio con establecimientos hipermodernos, todos ellos ubicados en antiguos edificios industriales ¡ªhay una ruta guiada para conocer sus propuestas gastron¨®micas y el valor arquitect¨®nico de los edificios¡ª. Elegimos el Radio Royaal (14)?(Ketelhuisplein, 10) para tomar una cerveza y sentarnos a disfrutar de la belleza de la estructura que lo alberga. Aqu¨ª, hace cien a?os se constru¨ªan los aparatos de radio Philips, y ahora sirven unas deliciosas frits entre la vieja maquinaria original, en un ambiente simp¨¢tico y acogedor. Desde la terraza de Radio Royaal o del cercano Ketelhuis (15)?(Ketelhuis, 1), otro bar encantador ubicado en la antigua sala de calderas de Philips, contemplamos este curioso entorno.

Solo diez minutos andando nos separan del taller del dise?ador holand¨¦s Piet Hein Eek (16)?(Halvemaanstraat, 30), que tambi¨¦n ocupa una de las antiguas f¨¢bricas de Philips en Strijp-R. Se perciben pocas intervenciones en el edificio, las justas para adaptarlo a su nuevo cometido. Sus muebles de madera reciclada, sus ¨²tiles sencillos, b¨¢sicos pero sofisticados, llenan las espaciosas salas del atelier.La luz c¨¢lida penetra por los inmensos ventanales de este edificio al caer la tarde; cenamos en el restaurante decorado por el propio Piet, con sus l¨¢mparas, sus muebles, una comida deliciosa y un jard¨ªn para tomar un caf¨¦ mientras se contemplan piezas del propio autor.

Eindhoven es una ciudad joven, vibrante y divertida, y las opciones nocturnas est¨¢n a la altura. Se concentran en Stratumseind de la que se dice que es la calle de ocio nocturno m¨¢s larga de Holanda y que a lo largo de sus 225 metros hay m¨¢s de 50 bares. Desde los tradicionales bares de Bergen o de Stratumseind, plet¨®ricos por la noche, o los modernos locales de Strijp-S, hasta la sala de conciertos de Effenaar (17)?(Dommelstraat, 2) y el Musiekgebouw Frits Philips (18)?(Jan van Lieshoutstraat, 3), en el centro de la ciudad, hay donde elegir.

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