Una noche en la Casa de Pilatos

Cuando el sol va cayendo en Sevilla, cuando la temperatura baja a niveles soportables, es la hora de encontrarte por sus calles con edificios majestuosos que abren sus puertas al visitante. As¨ª es como, junto al barrio de la Alfalfa, te asalta la presencia de un palacio de estilo plateresco con azulejos mud¨¦jares, que vive semiescondido en el centro de la ciudad. La empresa de ocio cultural Engranajes Culturales organiza, los pr¨®ximos 2 y 7 de septiembre, una ruta nocturna de dos horas de duraci¨®n por sus salas, patios y jardines en la que invita a participar de las numerosas historias vividas por quienes han cruzado sus muros. Un recorrido marcado por los secretos desvelados y la imaginaci¨®n; el edificio actual se construy¨® sobre otro mucho m¨¢s humilde que pertenec¨ªa a un jud¨ªo converso, de los que en el siglo XV poblaban la ciudad. Los nuevos due?os, los Enr¨ªquez de Ribera, iniciaron las obras de ampliaci¨®n del palacio que hoy conocemos como Casa de Pilatos.

La visita se inicia cuando cae la noche, tras esperar en el patio de entrada. Cuando llega el momento de adentrarnos en el palacio, lo primero que nos encontramos es un patio en el que a ambos lados nos saluda la diosa Palas, representada en dos estatuas, mientras que veinticuatro bustos de emperadores romanos -algunos procedentes del yacimiento de It¨¢lica, en Santiponce (Sevilla)- lo observan todo. Pero solo cuando subamos a la parte m¨¢s alta del edificio, a sus terrazas, nos ser¨¢ aclarado el origen del nombre del palacio. Fabrique de Ribera, primer marqu¨¦s de Tarifa, fue quien le dio este nombre aunque Pilatos, como es comprensible, nunca pasara por all¨ª. Seg¨²n cuenta la tradici¨®n popular, cuando Fabrique volvi¨® a Sevilla de su peregrinaci¨®n a Jerusal¨¦n, en 1519, instaur¨® un Via Crucis desde la casa palacio hasta la Cruz del Campo, un monumento que a¨²n existe en el barrio de Nervi¨®n de la capital, junto al que est¨¢ construida la f¨¢brica de cerveza que recibe su nombre: Cruzcampo. Fabrique cont¨® que los pasos desde su casa palacio hasta la Cruz del Campo eran los mismos que hab¨ªa desde la casa de Poncio Pilato en Jerusal¨¦n hasta el Calvario, donde crucificaron a Jes¨²s. Y ese fue el origen de su singular nombre que perdura hasta ahora.?

Desde el patio de entrada hasta las terrazas, una peregrinaci¨®n por salas en las que se han rodado, entre otras, la oscarizada Lawrence de Arabia o la palomitera?Knight and Day,?con Tom Cruise y Cameron D¨ªaz. Salas que tambi¨¦n han servido de refugio a humanistas como Francisco Pacheco, maestro y suegro de Diego Vel¨¢zquez. Las de la planta alta conservan importantes pinturas de los siglos XVI al XIX, como frescos realizados por Pacheco entre 1603 y 1604, que realzan la apoteosis de H¨¦rcules, un grabado sobre cobre de la serie?Tauromaquia de Fancisco de Goya, y tres trabajos del pintor Lucas Jord¨¢n.

Actualmente, el palacio forma parte del legado de los Medinaceli y su riqueza escultural y arquitect¨®nica es una imponente mezcla de estilos renacentista, g¨®tico, plateresco y moz¨¢rabe. El sonido de las fuentes de fondo y la penumbra de las luces ayudan a crear un ambiente de misterio que invita a volver a disfrutar de la noche en una ciudad que se niega a dormir en las calurosas noches de verano.

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