Hedonismo moscovita
La capital rusa se abre al turismo y despliega su poder¨ªo. Una gu¨ªa para disfrutarla de d¨ªa y de noche
Algo est¨¢ cambiando en Mosc¨²: por primera vez desde tiempos inmemoriales, la ciudad puede decir que aventaja a San Petersburgo en n¨²mero de turistas. Eso se produce por diversos factores, pero especialmente gracias a la juventud moscovita, que en los ¨²ltimos a?os ha tomado la calle, obligando a la industria hotelera, a la gastron¨®mica y hasta a los transportes a ponerse el d¨ªa. As¨ª, muchas calles que antes eran un hervidero de coches, humo y bocinazos son ahora zonas peatonales repletas de bares y restaurantes, y lo que antes era una ciudad inabarcable y en expansi¨®n con sus m¨¢s de 10 millones de habitantes se ha convertido en una urbe ¡ªcasi¡ª moderna donde lo tradicional (no olvide visitar las paradas del metro del centro, una aut¨¦ntica maravilla) se combina con locales que parecen salidos del Village de Nueva York y restaurantes que poco tienen que envidiar a los grandes templos de Francia, Espa?a, Italia o Dinamarca.
En 2013, Mosc¨² fue visitado por m¨¢s de cinco millones de personas. Para este a?o se espera medio mill¨®n m¨¢s, con un aumento del 13% de los turistas que llegan de Europa, Asia y Estados Unidos. Adem¨¢s, se inauguraron una docena de hoteles. La ciudad cuenta con un plan que desde 2012 y hasta 2025 prev¨¦ abrir la alucinante cifra de 364 hoteles por todos los barrios de Mosc¨².
Cuando acabe este plan de choque, la capital rusa dispondr¨¢ de capacidad para engullir casi 170.000 personas m¨¢s. A esto contribuyen las facilidades del Gobierno local para dar luz verde a los proyectos con una rapidez pasmosa, al contrario de lo que ocurre en muchas ciudades europeas hoy d¨ªa. Adem¨¢s de la llegada de m¨²ltiples franquicias y de reputados estudios de arquitectura, la ciudad ha lanzado aplicaciones para moverse con m¨¢s facilidad por sus calles y en el transporte p¨²blico, y ha modernizado su estructura para adecuarse a los nuevos tiempos (eso significa que casi todos sus servicios son ahora biling¨¹es), aunque a la hora de ir a Rusia sigue siendo obligatorio hacerse el visado.
Con la modernizaci¨®n de las infraestructuras y la llegada de diversos gur¨²s del turismo (como Bold Creative, una empresa dedicada al mundo digital que ha dise?ado la campa?a para atraer turismo m¨¢s joven a la zona), Mosc¨² ha buscado tambi¨¦n ponerse al d¨ªa en asuntos tan diversos como el shopping (m¨¢s all¨¢ del lujo), la comida o tambi¨¦n los cortes de pelo. Para esto ¨²ltimo, el viajero no puede dejar de visitar Chop-chop, en la calle Tverskaya, 7. La juventud m¨¢s inquieta (otros los llaman hipsters) de Mosc¨² se re¨²ne aqu¨ª para cortarse el pelo, hacerse tatuajes o simplemente tomarse una cerveza o un whisky. Sus fundadores, los due?os de Faux Pas (uno de los estudios de tatuaje legendarios de Mosc¨²), han convertido este local en uno de esos sitios de visita recomendable. En las paredes puede verse el trabajo de Evgeny Murushkin, y en la impecable organizaci¨®n, la mano de Alexander Ermilov, uno de los responsables de la revista GQ en la ciudad.
Tampoco puede faltar un paseo por Gorky Park, que se ha convertido en otro de esos lugares de peregrinaci¨®n para turistas y connaisseurs por igual, con multitud de bares, comida callejera y la espl¨¦ndida cafeter¨ªa (con precios razonables adem¨¢s) de Garage, el museo de arte moderno impulsado por el magnate Rom¨¢n Abram¨®vich, provisionalmente instalado en una estructura del arquitecto japon¨¦s Shigeru Ban a la espera de la sede definitiva que se est¨¢ construyendo seg¨²n un proyecto del holand¨¦s Rem Koolhaas: no deje de probar las pizzas o su esplendida lubina con espaguetis en tinta de calamar, ni cenar en alguno de los restaurantes de la zona, como el 8oz, buenas pizzas y las mejores vistas del parque.
En Gorky Park se puede hacer de todo (desde alquilar una bici hasta tomar clases de yoga) y, si es verano, hasta hay una pantalla de cine al aire libre y un club de pimp¨®n, pero si lo que quiere es disfrutar de un buen paseo por la ciudad y gastar algo de dinero mientras observa un buen pu?ado de edificios hist¨®ricos, pas¨¦ese por la ahora peatonal calle Kuznetsky, donde, desde el siglo XVIII, se encuentran las tiendas m¨¢s refinadas de la ciudad. Eso s¨ª, prepare la cartera, ya que es una de las zonas donde mirar un escaparate puede provocar infartos. Si quiere disfrutar m¨¢s de la calle y menos de las compras, la abarrotada ¨¢rea de las calles Tverskaya y Bolshaya Dmitrovka le resultar¨¢ una sorpresa muy agradable. El mejor caf¨¦ de Mosc¨² se encuentra en muchos de los numeros¨ªsimos caf¨¦s de la zona.
En general, Mosc¨² es una ciudad muy cara (especialmente si la comparamos con Espa?a, no tanto si la comparamos con Londres o Par¨ªs, por ejemplo), as¨ª que los consejos gastron¨®micos que estamos a punto de darle le pueden costar un buen pico. Tenga en mente que el vino es extremadamente caro y que puede sumar un 40% al precio final de su comida/cena.
La primera recomendaci¨®n, muy popular entre los buscadores de vistas panor¨¢micas, es el White Rabbit (plaza de Smolenskaya, 3). Su comida, espl¨¦ndida, est¨¢ un poco descompensada por la lentitud del servicio, pero sus impresionantes ventanales, tambi¨¦n hay que decirlo, hacen que todo valga la pena. El chef del establecimiento, Vladimir Muhin, ha logrado combinar con ¨¦xito la tradici¨®n rusa (con gran influencia de Crimea) con el toque mediterr¨¢neo, y el visitante no debe dejar de probar el delicioso strogonoff de carne, el mel¨®n con pato (tal como suena) o las verduras de temporada. El White Rabbit es uno de los mejores restaurantes de Rusia y eso ¡ªcomo ya hemos dicho¡ª se paga.
Cocina abierta a Europa
La segunda recomendaci¨®n es un restaurante moderno (m¨¢s de concepto que de decoraci¨®n) de cocina abierta, que combina elementos europeos, y especialmente franceses, con un toque local. Adem¨¢s, su localizaci¨®n en el barrio de los estanques del Patriarcado invita a un paseo pre o poscomida. En Uilliam¡¯s (Malaya Bronnaya St 20a) no pueden dejar de probarse sus impresionantes carnes ni su ensalada del mar (es mejor que vaya a comer, de noche es imposible o¨ªrse y la luz brilla por su ausencia). La carta cambia mensualmente, por lo que no se extra?e si cuando pise los dominios del chef Uilliam Lamberti lo que le aconsejamos haya dado paso a un men¨² completamente distinto. Los vinos, mayoritariamente italianos y franceses, son asequibles teniendo en cuenta el nivel de la ciudad, pero ojo con el cambio del rublo al euro: puede ser enga?oso.
Y la tercera recomendaci¨®n, el Karlson, (20, Ovchinnik¨®vskaya), tan espl¨¦ndida como los otros dos, es tan cara como el White Rabbit, pero, tambi¨¦n como aquel, vale la pena. Se encuentra en pleno centro de Mosc¨², tambi¨¦n disfruta de incre¨ªbles vistas, pero la m¨¢xima inspiraci¨®n del chef Giacomo Lombardi es la cocina italiana, aunque una parte de su carta sea borscht (la cocina rusa tradicional). Buen servicio, buenos postres y un inolvidable panorama, con una decoraci¨®n cl¨¢sica que acompa?a una comida espl¨¦ndida.
De cualquier manera, y para aquellos interesados en descubrir algo realmente especial sin necesidad de rascarse el bolsillo, la mejor recomendaci¨®n (los locales presumen de ello) de la capital es el bar Strelska (14 Bersenevskaya). Aqu¨ª encontrar¨¢ buena m¨²sica (casi cada d¨ªa hay conciertos en vivo, la mayor¨ªa de ellos ac¨²sticos), la comida es estupenda, todos los camareros hablan ingl¨¦s y no hay lugar m¨¢s agradable para tomarse una copa entre moscovitas y for¨¢neos por igual. La otra recomendaci¨®n es el bar Mayak (19/13, Bolshaya Nikitskaya), un sitio de reuni¨®n de periodistas y artistas de todo tipo y pelaje donde la bebida corre a raudales y con el mejor ambiente (por desenfadado) de Mosc¨². Ambos sitios son informales, de precios asequibles, y tienen una ¨²nica pega, aplicable a casi todos los grandes lugares de la capital rusa: acostumbran a estar abarrotados.
Platos de lunares en casa de la t¨ªa Irina
Las direcciones
Los viajeros que visitan Mosc¨² por primera vez quiz¨¢ teman la ubicuidad del borschty del arenque ahumado en sus experiencias culinarias. Pero la capital m¨¢s grande de Europa no nos decepcionar¨¢ en ese sentido si elegimos con acierto. He aqu¨ª una gu¨ªa orientativa de lugares donde disfrutar de la comida local durante nuestro recorrido por la ciudad. Y a precios no abusivos, lo cual es todo un triunfo en Mosc¨².
No olvidemos que la capital rusa sigue siendo la metr¨®poli del conglomerado de pa¨ªses que en su d¨ªa formaron la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Eso facilita las cosas si nos interesa probar platos de, pongamos, Uzbekist¨¢n. Puede que nuestra imagen de la rep¨²blica uzbeka no incluya DJ ni lucecillas de colores, pero la cadena de restaurantes Chaihona n??1 s¨ª los proporciona. De acuerdo: la m¨²sica chunda-chunda quiz¨¢ no resulte totalmente de nuestro agrado, pero la experiencia de probar platos reconfortantes como el langman, una sopa bien densa de cordero y pasta, sentados en grandes sillones estilo oriental sobre suelos alfombrados con kilims es, cuando menos, inusual.
Y para viajar culinariamente, pero esta vez a Georgia, acudamos al amplio y acogedor caf¨¦-restaurante Mart, en cuyos salones se proyectan pel¨ªculas y se celebran conciertos. Y como recompensa, la grata sorpresa de encontrar sabores mediterr¨¢neos agazapados en recetas georgianas como el adjapsandal de berenjena, tomate y pimiento, o el lobio, un guiso de alubias rojas con nueces y ajo, acompa?ado de pan artesanal.
En la Plaza Roja no podremos eludir el enorme centro comercial GUM. Una vez dentro, puede evitarse el Caf¨¦ Bosco como venganza por el horrendo ch¨¢ndal que luci¨® el equipo ol¨ªmpico espa?ol en Londres 2012, dise?ado por la misma marca que regenta el local. Mejor viajemos en el tiempo: en la segunda planta se encuentra Stolovaya 57, un autoservicio donde el pueblo ruso vuelve a viajar hacia atr¨¢s en el tiempo. Sus vareniki y pelmeni, los dumplings o raviolis locales, rellenos de carne o setas y acompa?ados de la archifamosa crema agria, son casi obligatorios. Y tambi¨¦n el trigo sarraceno salteado con setas (kasha) como acompa?amiento de muchos otros platos. Y si nos gusta lo que probamos, lo podemos comprar envasado en la enorme tienda delicatessen Gastronome n??1, dentro del propio GUM.
Otra tienda de comestibles, pero en miniatura y especializada en productos de agricultura biol¨®gica, es la del restaurante Lavka Lavka. Granjeros con nombre propio como Sergey o Natalia surten de sus productos al establecimiento, lugar id¨®neo para iniciarse en la bebida burbujeante de vodka y miel llamada medovuja y en la sopa fr¨ªa de verduras okroshka, cuya base es el k¨¦fir y a la que las hebras de eneldo fresco le aportan su caracter¨ªstico sabor.
Las visitas al Parque Gorki y al Museo de los Cosmonautas, que cuenta con su parque cercano ¡ªel imponente VDNKh¡ª, puede concluir en una sencilla pero exitosa comida en Pelman, con sucursal en ambos jardines. Un bigote retorcido y un mont¨®n de rodillos de amasar le otorgan su identidad gr¨¢fica. Y su especialidad es la versi¨®n r¨¢pida de los tradicionales vareniki y pelmeni, tanto dulces como salados. Los de salm¨®n, muy populares, merecen especialmente la pena.
Otro santuario de los vareniki es, como su nombre indica, Varenichnaya n??1. Situado en Arbat, una concurrida calle peatonal, el restaurante recrea el estilo de las casas de todas las t¨ªas Irinas y Svetlanas de la ¨¦poca sovi¨¦tica: tapices bordados con escenas de caza, juegos de caf¨¦ con filo dorado y platos de lunares que hoy desencadenan gran nostalgia en los muchos moscovitas que lo eligen para comer. Y el gusto por recrear hogares del pasado no acaba all¨ª: tambi¨¦n se deja ver en el Kvartira 44, un piso acogedor convertido en restaurante donde las parejas piden una botella de vodka y un enorme entrecot mientras se miran c¨¢lidamente al son de los tr¨ªos de jazz o de la m¨²sica klezmer que ameniza las cenas.
A la vuelta de la esquina est¨¢ la tasca rusa por excelencia, Ryumochnaya, con sus 125 a?os de antig¨¹edad. En su local de madera con visillos de abuela siempre encontraremos estudiantes del cercano conservatorio y actores del teatro Mayakovski, que queda enfrente. La oferta es sencilla y contundente: vodka, cerveza y tapas rusas que se exponen en la barra a la vista de todos.
Y para empezar la noche, c¨®cteles con buenas vistas: la revista de viajes Time Out le presta su nombre a la cocteler¨ªa del piso 13 del hotel Peking. Tras esperar que un se?or de anchas espaldas nos d¨¦ su visto bueno, entraremos a probar combinaciones que de verdad son fruto de la intelligentsia de la ciudad: el mix¨®logo Alexander Kan es quien prepara el c¨®ctel adecuado para cada momento del d¨ªa, incluido uno espec¨ªfico para la hora del t¨¦. Al mirar hacia arriba, el fresco pintado en el techo nos hace pensar en una estampa de Fragonard, si bien se trata en realidad de un canto visual a los trabajadores sovi¨¦ticos. Y ya de madrugada, saldremos de all¨ª con deseos de contarle al mundo que Mosc¨² es mucho m¨¢s que chupitos de vodka y remolacha en sopa.
??Mercedes Cebri¨¢n es autora de la novela El genuino sabor (Literatura Random House).
??Chaihona n? 1. 2, Kievskiy Vokzal. Centro comercial Europeyskiy. Metro Kyevskaya. Tienen m¨¢s ubicaciones en la ciudad.
??Mart. Petrovka ul., 25/1. Metros Tverskaya y Pushkinskaya.
??Lavka Lavka (+7 903 115 50 33). Petrovka ul., 21/2.
? Stolovaya 57. Ubicado en la segunda planta del centro comercial GUM.
??Gastronome n? 1. Centro comercial GUM.
??Kavtira 44 (+7 495 691 75 03). Bolshaya Nikitskaya ul., 22/2 (patio trasero). De domingo a jueves, de 24.00 a 2.00. Viernes y s¨¢bados, de 24.00 a 6.00.
? Bar Time Out (+7 495 229 01 80). Planta 13 del hotel Peking. Sadovaya ul., 5B.
??Pelman. Parque Gorki y parque VDNKh.
??Varenichnaya n??1. Arbat, 29.
??Ryumochnaya. Bolshaya Nikitskaya ul., 22/2. De 11.00 a 23.00.
{ "active": true, "code": "298484", "elementType": "offerExtension", "id": 21, "name": "MOSCU", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.