La huella de Hemingway en Cuba
Visita a Finca Vig¨ªa, casa museo del escritor en el barrio habanero de San Francisco de Paula
De vez en cuando, Cuba ense?a su lado m¨¢s internacional. Y cuando lo hace es con fuerza. La figura de Ernest Hemingway es uno de esos viejos s¨ªmbolos sobre los que se han volcado tantos esfuerzos que ya rozan la obsesi¨®n. No es para menos: el escritor vivi¨® aqu¨ª m¨¢s de 20 a?os.
Lo primero que hizo Hemingway cuando lleg¨® a La Habana fue beb¨¦rsela entera. Se hosped¨® en el hotel Ambos Mundos, en la concurrida calle Obispo. Y desde all¨ª se arrastraba por las noches a dos de los bares m¨¢s famosos del planeta: El Floridita, "la cuna del daiquiri",?y La Bodeguita del Medio.?Tanto es as¨ª que el tir¨®n de los locales se debe al autor de El Viejo y el mar. En el primero, una estatua del americano, acodado en la barra, le rinde pleites¨ªa; en el segundo, cuyas paredes est¨¢n forradas de garabatos de clientes,?las perennes filas para entrar a un lugar ?lo dicen todo.
Es precisamente ese libro el que m¨¢s expl¨ªcitamente apela a Cuba. Los hechos suceden en Coj¨ªmar, un pueblito de pescadores donde Hemingway ten¨ªa atracado Pilar, el barco en el que sal¨ªa a pescar. Gregorio Fuentes, un pescador de origen espa?ol e instalado en este poblado costero, fue su fuente de inspiraci¨®n. A la muerte del escritor, los pescadores fundieron sus anclas para crear un busto en su honor que instalaron en un peque?o altar que se sigue conservando en el frente mar¨ªtimo.
9.000 libros
Cerca de all¨ª, en el barrio habanero San Francisco de Paula, Hemingway hab¨ªa comprado Finca Vig¨ªa, una casa clavada en mitad de un peque?o bosque donde instal¨® una piscina. Actualmente, la casa es un museo donde la vida se detuvo en el a?o1960: el escritor abandon¨® La Habana con la intenci¨®n de volver, pero el a?o siguiente se suicid¨®s. As¨ª, su retiro de la isla en el Caribe qued¨® intacto.
Trofeos de caza, m¨¢s de 9.000 libros enfundando las paredes, trajes de su ¨¦poca de reportero de guerra y otros objetos en el mismo estado en el que los dej¨® est¨¢n dispuestos en este museo que recrea fielmente la rutina de uno de los escritores m¨¢s brillantes del siglo XX. De hecho, esa naturalidad es lo que m¨¢s se remarca en la casa, reconvertida en museo en 1962, un a?o despu¨¦s de su muerte.
En los bazares de libros de Cuba, la obra de Hemingway es idolatrada. Al menos por parte de los libreros, que ofrecen textos, biograf¨ªas y variados estudios sobre su paso por la isla en cualquier formato. Es el modo de sacarle unos pesos al turista, pero tambi¨¦n de homenajear a una figura imborrable. Cuba es as¨ª.
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