Senderismo con vistas en Valencia

Valencia huele a Lisboa. Uno llega a percibirlo cuando alguien le cuenta ¨Ccasi siempre dejando caer el dato en medio de una conversaci¨®n cualquiera¨C que existe un sendero que une la capital portuguesa y Puzol, municipio situado a escasos 20 kil¨®metros de la ciudad mediterr¨¢nea. A trav¨¦s del GR-10, dos regiones tocadas por la sal de las aguas marinas quedan hermanadas en una uni¨®n secreta que sorprende quienes la descubren.

Si alg¨²n caminante ha completado alguna vez los 1.600 kil¨®metros de senda es algo que desconocemos, pero muchos otros s¨ª han disfrutado de sus primeros tramos en la Comunidad Valenciana o de otras rutas que, como ¨¦sta, discurren total o parcialmente por el parque natural de la Sierra Calderona. Sus parajes, habitados por pinos blancos y alcornoques, se expanden entre las provincias de Valencia y Castell¨®n, y re¨²nen algunos municipios interiores donde disfrutar de tranquilos y encantadores veranos, como Serra, Segart u Olocau.

El parque, a pesar de su proximidad a ambas poblaciones, se mantiene virgen en su esencia y se abre al senderista anhelante de reencontrar una naturaleza que rezuma historia y costumbres propias. A la paz de los caminos de la Sierra Calderona contribuyen las panor¨¢micas que coronan ascensos pedregosos, las moras salvajes que aparecen sin previo aviso o las ¨¢guilas furtivas cuyos cantos retumban en el azul y espacioso vac¨ªo celeste.

Uno de los rincones m¨¢s frecuentados es la mola de Segart, monta?a as¨ª bautizada por su semejanza a la muela ¨Caunque, en realidad, muela en valenciano se dice queixal-. Un v¨¦rtice geod¨¦sico nos saluda en la cima. El mirador del pico Garb¨ª merece una menci¨®n aparte. Tambi¨¦n cercano a Segart, regala a quien lo escala unas vistas de 365 grados, mar incluido. Podemos alcanzarlo sin grandes esfuerzos desde el oeste, partiendo desde Estivella o Serra, o emprendiendo la marcha en los l¨ªmites de la Sierra Calderona, desde Puzol, Sagunto o Gilet.

La multiplicidad de senderos es un reflejo del car¨¢cter poli¨¦drico del parque. En general, las rutas tienen una dificultad media o baja, apta para ni?os, en bicicleta o tambi¨¦n para grupos numerosos. Los recorridos se adentran en valles, pueblos y llanuras de infinito alcance, y encuentran en su camino fuentes, merenderos y sombras en las que almorzar y protegerse del sol que casi siempre reina en la zona.

El visitante de la costa levantina agradecer¨¢ una pausa urbana para conocer el parque natural de la Sierra Calderona. Alcanzarlo no es complicado: basta con conducir hasta cualquiera de los municipios que lo integran y empezar a caminar ¨Clas sendas est¨¢n correctamente se?alizadas-.

Hay trenes de cercan¨ªas que conectan Valencia con localidades como Gilet, Estivella y Sagunto, ciudad de fundaci¨®n romana con especial inter¨¦s para el viajero: su casco antiguo y el Teatro Romano ¨Crehabilitado hace unos a?os, no sin cierta pol¨¦mica¨C merecen una visita vespertina.

Si el ansia senderista nos lleva a dedicar varias jornadas al parque, el monasterio de Santo Esp¨ªritu, en Gilet, est¨¢ siempre abierto a hu¨¦spedes en un ambiente de espiritualidad y contacto con el entorno. Hace apenas dos meses, su cafeter¨ªa ha sido reabierta al p¨²blico con una acogedora decoraci¨®n y unos men¨²s muy en sinton¨ªa con la tierra que la rodea: carnes a la piedra, arroces valencianos y tartas caseras a base de recetas de la zona, que calman con, buen gusto, el hambre del peregrino que regresa de una traves¨ªa intensa en colores, brillos y nuevas sensaciones naturales.

M¨¢s planes interesantes para una escapada a Valencia pinchando aqu¨ª

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