Paris Hilton y el hotel de su abuelo
Paladares como La Guarida simbolizan los nuevos tiempos en Cuba, marcados por el acercamiento a Estados Unidos
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EGQA57PF4N4FSMM3S3USK37UWI.jpg?auth=46e24f9bfe25213769d49935d70143074b1e182bef58897708c3ba2c7fe1523c&width=414)
Aunque pronto celebrar¨¢ su vig¨¦simo aniversario, si alg¨²n sitio de La Habana representa y resume bien la nueva Cuba ese es La Guarida. La famosa paladar (as¨ª, en femenino: restaurante privado) a estas alturas es un cl¨¢sico en la ciudad, pero su capacidad de reinventarse y simbolizar los nuevos tiempos, marcados hoy por el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, es espectacular.
Pocos d¨ªas antes de que Barack Obama y Ra¨²l Castro sorprendieran al mundo con el anuncio de que ambos pa¨ªses restablecer¨ªan relaciones diplom¨¢ticas, los due?os de La Guarida ¡ªdonde en 1993 se film¨® la pel¨ªcula Fresa y chocolate¡ªinauguraron una elegante terraza en la azotea del edificio con vistas privilegiadas al cambio por llegar.
![El hotel Riviera, en el barrio del Vedado.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZFUVUNXC3JQQWDZXT3HKPSHETU.jpg?auth=5bc8ec76cac78536c90cecc32ad980f22d14aa9dd054ea52a859355086519501&width=414)
Con la silueta de la capital cubana de fondo, aquella noche de diciembre, el primero en brindar en La Guarida fue el actor Benicio del Toro, que estaba de visita en Cuba participando en el 36? Festival Internacional de Cine de La Habana. Fue una semana despu¨¦s que Castro y Obama dieron el campanazo, y desde entonces una reata de periodistas, congresistas, c¨®micos, hombres de negocios y celebridades norteamericanas, incluida la millonaria Paris Hilton, subieron por las desvencijadas escaleras de m¨¢rmol de La Guarida para probar el bonito a la ca?a de az¨²car, especialidad de la casa.
Desde la azotea de este palacete de la calle Concordia, Paris Hilton contempl¨® la torre del Habana Libre, antiguo hotel Hilton, inaugurado por su abuelo un a?o antes de que Fidel Castro derrocara a Fulgencio Batista y alcanzara el poder. Tambi¨¦n desde la atalaya de La Guarida, la rica heredera pudo divisar las lucecitas de los nuevos negocios privados que a diario florecen en la ciudad, bares, restaurantes, hostales familiares, cafeter¨ªas y tambi¨¦n clubes de alterne con nombres como Up and Down o Sangrila, comparables a los de cualquier ciudad moderna.
![Mapa de La Habana.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DCHGKAZGQQSWNY7XEFBBHGCSUM.jpg?auth=55d472cbebb2d8b0a9437bb4f5e4f9dc8789143c0ae82f7dc43dfa587070f54b&width=414)
Cuando surgi¨® La Guarida, a mediados de los noventa, la apertura en Cuba se hizo a rega?adientes. Los restaurantes privados no pod¨ªan tener m¨¢s de 12 sillas, ni vender carne de res ni mariscos, ni contratar a empleados, pero hoy las cosas son distintas. Del llamado ¡°cuentapropismo¡± (trabajo por cuenta propia) en Cuba hoy viven casi medio mill¨®n de personas, cada vez hay m¨¢s oferta y variedad en La Habana y en toda la isla, y no solo de sitios para comer y beber.
Instalada en la antigua f¨¢brica de aceite El Cocinero, junto al puente de hierro que separa El Vedado de Miramar, la F¨¢brica de Arte Cubano es uno de los lugares m¨¢s singulares e interesantes que hoy d¨ªa pueden visitarse en La Habana, de jueves a domingo, en horario de ocho de la tarde a cuatro de la madrugada. Aunque este proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura, es independiente y est¨¢ liderado por el m¨²sico X Alfonso, que ha convertido las naves de esta f¨¢brica abandonada durante el Periodo Especial en un gran espacio cultural donde se realizan exposiciones de arte, desfiles de moda, muestras de fotograf¨ªa, espect¨¢culos de teatro y danza, proyecciones de cine y conciertos de distintos tipos de m¨²sica. La entrada cuesta aproximadamente dos euros, y a la semana unas 4.000 personas, en su mayor¨ªa j¨®venes, pasan por este lugar de esp¨ªritu berlin¨¦s acubanao.
![El restaurante Gato Tuerto, en La Habana.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7GXMASOVPJIFUHONOPJPX47H7E.jpg?auth=2cb87647d6fea39d3a7c7e52c090c6c05e3a33bd07491f00b6b3883bd65e0fb7&width=414)
La oferta de paladares en La Habana se ha incrementado notablemente de un par de a?os a esta parte, y algunos tienen calidad considerable. Unos pocos son de hijos de dirigentes defenestrados por la revoluci¨®n, o incluso de familiares de l¨ªderes que siguen al mando. Otra Manera ofrece platos como ensalada de langosta con mango.
En la paladar de la asturiana Pilar, en la Calle 36 de Miramar, se puede comer una fabada tal cual o cualquier otro plato heroico, dado lo dif¨ªcil que es conseguir en Cuba muchos suministros. Vistamar, Vip Habana o La Corte del Pr¨ªncipe (italiano) son otros de ¨¦xito, aunque hoy en la capital cubana puedes encontrar hasta restaurantes rusos, como el Nazdarovie, situado en pleno Malec¨®n de La Habana, un gui?o a la historia de esta sufrida isla socialista caribe?a. En esta etapa, hasta locales hist¨®ricos como el bar Sloppy Joe¡¯s han sido rehabilitados con ¨¦xito por la Oficina del Historiador de la Ciudad. Gary Cooper, Errol Flyn, Spencer Tracy o Ernest Hemingway bebieron aqu¨ª pi?as coladas y daiquiris cuando La Habana era otra Habana, y a eso volvemos.
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