La calle de la trova en Santiago de Chile
Tres bares de la capital donde los cantautores son el principal reclamo para lugare?os, nost¨¢lgicos y turistas
El martes, Silvio Rodr¨ªguez; el mi¨¦rcoles, Joaqu¨ªn Sabina; el jueves, Ismael Serrano; el viernes, Joan Manuel Serrat; el s¨¢bado, todos juntos. Y as¨ª todas las semanas. Para algunas personas, los cantautores est¨¢n trasnochados; en Santiago de Chile, sin embargo, son una buena excusa para trasnochar. La trova sigue estando de actualidad en la tierra de V¨ªctor Jara e incluso existe una peque?a zona del bullicioso barrio de Bellavista, el epicentro del carrete (fiesta) santiaguino donde la canci¨®n de autor es el principal reclamo para lugare?os, nost¨¢lgicos y turistas.
Es un tramo de la conocida calle Antonia L¨®pez de Bello, justo a los pies del cerro San Crist¨®bal y a escasos metros de La Chascona, la que fuera morada del poeta del pueblo, Pablo Neruda. All¨ª, las noches santiaguinas tienen un sabor especial, mezcla de sones, versos y tragos. Cada velada, durante toda la semana, una terna de locales se especializa en ofrecer m¨²sica en vivo generalmente rindiendo tributo a los grandes cantautores.
Los nombres de estos establecimientos son ya una declaraci¨®n de intenciones. Las cuatro y diez, un evidente homenaje a la canci¨®n de Luis Eduardo Aute, cuya letra se encuentra incluso escrita en los manteles junto a un reloj daliniano, describe su ambiente bohemio y nocturno como una sugerente reuni¨®n de ¡°pelafustanes, ¨¢rbitros, goliardos, sot¨¢nicos, plebeyos, pelucones, pipiolos y republicanos, activos y, por qu¨¦ no, pasivos, lindorfos y calc¨¢ridos observantes, todas y todos, agarrados a la cuerda de la noche, ¨¢vidos de habitantes que se hallan en las mesas, n¨¢ufragos de una tabla llamada barra, eso somos¡±.
Pared con pared se encuentra La casa en el aire, todo un icono pol¨ªtico-cultural de Santiago de Chile, que abri¨® sus puertas en 1993, cuando el local era mirado con recelo por los vecinos y con temor por los ciudadanos, a¨²n atemorizados tras la ¡°oscura noche que comenz¨® en 1973¡±. No solo ofrece su propia cerveza artesanal, sino que probablemente cuenta con la programaci¨®n m¨¢s completa. No solo se ci?e a dar cobijo a cantautores, sino que incluye tambi¨¦n cuentacuentos (los mi¨¦rcoles) y talleres literarios (los martes). Por su peque?o y austero escenario han pasado los principales nombres de la escena chilena y latinoamericana, y ese esp¨ªritu de reivindicaci¨®n, justicia y paz sigue presente cada noche. Tambi¨¦n, como en el caso anterior, el nombre del local es un evidente homenaje a la canci¨®n hom¨®nima del colombiano Rafael Escalona.
Dos Gardenias cierra esta terna de esta calle de la trova. Sobra decir que su nombre es igualmente ic¨®nico, en clara referencia al bolero cubano del eterno Antonio Mach¨ªn. Un ambiente ¨ªntimo, con peque?as mesas iluminadas con velas, y una extensa n¨®mina de artistas de la casa, como Paul Morris, Javier Quiroga, J.M. Leighton, Norambuena, Jaime Mora o Roberto Rainier, son las se?as de identidad de este bar cuya oferta promete ¡°todo alrededor de la m¨²sica¡±.
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