Granada, costa secreta
Entre las playas naturistas del Ruso y Cantarrij¨¢n, la Costa Tropical granadina promete un verano refrescante y musical combinando chiringuitos con vegetaci¨®n ex¨®tica y deportes de mar
Encastrada al pie de las monta?as, de una aridez sublime y poseedora de un clima privilegiado todo el a?o, la Costa Tropical, de 75 kil¨®metros de extensi¨®n, rememora con torres y villas encastilladas el antiguo reino de Granada. La ¨²nica provincia litoral andaluza con capital tierra adentro esconde una costa todav¨ªa por descubrir, y ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil seguir la ruta cuando completen los ¨²ltimos diez kil¨®metros de la red de autov¨ªas del Mediterr¨¢neo pendientes de abrirse precisamente en Granada.
La Tropical es una costa que comprende muchas cosas: desde un fulgor de playas naturistas de arenas grises a pe?ones, festivales, una finca agrotur¨ªstica y chiringuitos adscritos al monologuismo. Gastron¨®micamente, genera una identidad de migas con sardina y quisquillas regadas con vino Calvente, adem¨¢s de la tapa que sirven en los bares con la consumici¨®n. En poniente, el blanco de las construcciones se conjuga con el verde de los cultivos tropicales; en levante prima el pl¨¢stico de los invernaderos. En medio, la vega de Motril.
Gualchos- Castell de Ferro
Comenzamos nuestro viaje en Motril en direcci¨®n Este. En Calahonda veremos su farillo o torre semisumergida en la arena. Este litoral carece de puertos naturales, por lo que se habilitan varaderos como el de Calahonda, en el que un se?or alquila una cuerda y las barcas se alinean una tras otra al socaire de los acantilados de Calahonda-Castell de Ferro. Las casas son las primitivas del pueblo.
En Castell de Ferro iremos a ver los r¨²sticos tornos, como fotograf¨ªas de otro tiempo, con los que se elevan las barcas sobre la playa. Con los m¨²sculos activados por las migas con sardina del bar El Terrible (su plancha no ha tocado carne en 40 a?os), llegamos al Centro de Interpretaci¨®n de la Cultura de la Costa (ojo con el horario: abre de lunes a viernes, de 20.00 a 22.00).
Nos desviamos siete kil¨®metros tierra adentro hasta Gualchos, un pueblo con encanto. Es f¨¢cil imaginar, cuando arreciaban las incursiones pir¨¢ticas en la costa, la tranquilidad con la que dorm¨ªan los gualcheros en las estribaciones de la sierra de L¨²jar. Un ambiente incompatible con la masificaci¨®n impregna sus calles enlucidas. Imponente su iglesia, la plaza con pimenteros y helader¨ªa, una fuente panor¨¢mica y, para agosto, un museo etnogr¨¢fico. En las techumbres se introduce la teja ¨¢rabe, a diferencia de las cubiertas planas alpujarre?as.
En Gualchos, Mauricio P¨¦rez es el propietario de La Ventera (laventera.es), casa rural con restaurante recomendable ¡ªescabeche de sardinas y pulpo en tempura¡ª perfecto para tomarse unas copas y pernoctar al fresco serrano.
El Ruso y La Rijana
Por autov¨ªa, iremos a La R¨¢bita, puerto comercial de la sierra de la Contraviesa (de ah¨ª su castillo, que no est¨¢ abierto al p¨²blico), donde damos la vuelta para recorrer el litoral de este a oeste. Entramos en una costa sin concesiones al turismo, la m¨¢s secreta del Mediterr¨¢neo espa?ol. Por la N-340 direcci¨®n Motril, a medio kil¨®metro del cartel de salida, aparcamos a mano derecha antes de un chal¨¦, a cuya vera serpea el dificultoso camino de cabras que lleva a la playa del Ruso. Llegar y sentirse n¨¢ufrago es todo uno en este arenal naturista con cantiles h¨²medos por las filtraciones. La soledad refuerza su belleza. Basilio Lukianov, teniente huido tras la revoluci¨®n rusa, vivi¨® y muri¨® en esta playa cual Robinson.
Pasamos despu¨¦s junto al pe?¨®n de San Patricio, quilla de la sierra de la Contraviesa en el mar. A la salida de La Mamola, viramos hacia la torre del Cautor (subir por la cuesta a Castillo de Ba?os), con mesa y estupenda panor¨¢mica. En Castillo de Ba?os bordearemos su fortaleza buscando la angosta playa de El Lance, abrigada de los vientos y dotada con restaurante. A 500 metros, una caleta naturista se?alizada.
Tras Castell de Ferro, pasado el t¨²nel, torcemos a la derecha para bajar a pie a La Rijana, una franja de arena y chinorro visitada por cabras salvajes en busca de sal, subyugante por el efecto que causa el pe?¨®n y la torre de la Condenada, que si hablar pudiera contar¨ªa su pasado como c¨¢rcel de una princesa mora. La Rijana es una joya natural sin edificios a la vista, como no sea el chiringuito-barbacoa que Antonio Legaza regenta desde 1993. El agua, profunda ya casi en la misma orilla ¡ªrasgo distintivo de este litoral¡ª, en permanente quietud, atrae a los buceadores de Dardanus (www.buceodardanus.com) por la fecunda presencia de coral anaranjado. Esta empresa participa del III Match Europeo de Ajedrez Submarino que se celebra a mediados de julio frente al campin Don C¨¢ctus, en Carchuna.
Ca?a y ron motrileros
En Torrenueva hacemos un cambio de sentido en la rotonda de entrada para, a 300 metros del cartel de salida, embocar el estrecho vial con se?al de limitaci¨®n a 20. La pintada ¡®Viva el naturismo¡¯ indica la escalinata (en lamentable estado) a la playa de La Joya, palabras mayores en Andaluc¨ªa en cuanto al ba?o a puro cuerpo. La larga lengua de arena gris es una promesa de placer que se estira bajo el cabo Sacratif, a cuyo faro acudiremos posteriormente. Algunos asisten sobre el talud de 81 metros al po¨¦tico anochecer viendo c¨®mo el faro golpea con su s¨¢bana de luz los invernaderos; y, de retruque, la retina de los automovilistas.
Hay que entrar en Motril para empaparse del Museo Preindustrial de la Ca?a de Az¨²car, ¨²nico en la materia abierto en Europa. Mil metros cuadrados, muy did¨¢cticos, que recrean la fabricaci¨®n y comercializaci¨®n del az¨²car entre los siglos XIII y XVIII. Sabemos lo que es trapichear, pero ?y un trapiche? Tan dulce o m¨¢s nos sabr¨¢ la leche rizada (merengada) en la Helader¨ªa Perandr¨¦s. Adem¨¢s, el pintor figurativo Jos¨¦ Hern¨¢ndez Quero (1930) cuenta en Motril con un centro de arte que expone parte de su obra.
Complementaria del museo preindustrial es la ¨²nica bodega de ron visitable en Europa continental. Ron Montero (www.ronmontero.com) atrae por la explicaci¨®n del proceso de elaboraci¨®n de la melaza (se huele) y posterior destilaci¨®n. A la vista est¨¢ el envejecimiento en barricas de roble americano aplicando el sistema de criaderas y soleras. La visita guiada y la degustaci¨®n, ambas gratuitas, hay que reservarlas, salvo la del mediod¨ªa entre martes y s¨¢bado. Ron P¨¢lido para los combinados; Ron Plata para los mojitos, sin contar los a?ejos de cinco y diez a?os.
A eso de las 17.30 tenemos cita en el puerto pesquero de Motril con la llegada de la flota y posterior subasta. Los barcos que cargan nasas son los especializados en la quisquilla motrilera. En estos muelles conseguimos el ¨¢ngulo de visi¨®n del Veleta y el Mulhac¨¦n, que asoman gr¨¢vidos de misterios. De 18.00 a 20.00 (fines de semana de 9.00 a 13.00) abren los observatorios de la charca de Su¨¢rez. Y en la punta del Santo hallaremos el chiringuito Hoyo 19. Hay quien pasa el d¨ªa en sus hamacas (reservarlas con tiempo) alejado de la marcha pura y dura, viendo a los kitesurfistas de Awa y esperando el monologuista de cada jueves: el 9 de julio ser¨¢ Tom¨¢s Garc¨ªa, el 30 de julio, Leo Harlem. De las bebidas se encarga el maestro coctelero Emilio Molina.
Blanco Salobre?a
Desde Motril, la estampa de Salobre?a, diurna y nocturna, desprende un intenso encanto alhambrero. Como una superposici¨®n de planos blancos, las viviendas se derraman por una loma. A pie o en microb¨²s, vale la pena plantarse frente a la puerta de la iglesia del Rosario, de azulejeado mud¨¦jar. Un largo pasadizo abovedado con capillas aprovecha el pa?o de muralla del siglo XVI. Tras la terraza del bar Pesetas, arribamos al mirador de Enrique Morente, que tan abonado estuvo a los veraneos de Salobre?a. ¡°La libertad es el arte de vivir¡±, leemos bajo su silueta met¨¢lica. Su hija, Sole¨¢, actuar¨¢ en la cantata flamenca Mater Lux (6 de agosto), de Jes¨²s Arias, dentro del Festival Tendencias.
No subir al castillo hasta que no finalicen las obras. El pe?¨®n s¨ª se puede caminar antes de degustar el pulpo a la Salobre?a ¡ªcocido en aceite con or¨¦gano, ajo y piment¨®n¡ª en el chiringuito El Campano. A la crisis hay que agradecer que a¨²n no se hayan construido hoteles en la vega de la playa de La Guardia. Desde las huertas, la torre del Homenaje resuelve en su linealidad la perspectiva del castillo. En La Caleta queda el ¨²ltimo ingenio azucarero, cerrado en 2006; siempre hay pescadores en el varadero benefici¨¢ndose de los arrecifes artificiales. Por las panor¨¢micas que disfruta, el hotel Miba roza el s¨ªndrome de Stendhal: tomar un caf¨¦, o una copa en su azotea, viendo c¨®mo la luz ejerce su influjo en el castillo. ?Alternativa? un mojito en el pub Atlantis. El Ca?averal Festival agrega el 18 de julio una m¨¢s que interesante muestra indie granadina, como el grupo revelaci¨®n Napole¨®n Solo, y Jos¨¦ Ignacio Lapido, que presenta su disco: De sombras y sue?os.
Almu?¨¦car centro
El parque de El Majuelo, en Almu?¨¦car, es uno de los recintos espa?oles al aire libre donde con mayor lujuriosidad crecen las palmeras. Del resto de ¨¢rboles tropicales preponderan los rojos veraniegos del flamboy¨¢n y el ¨¢rbol de coral. Las piletas son el recuerdo de una factor¨ªa romana de salazones y salsa de pescado.
Tras saludar al guitarrero Antonio El Salao y ver las bolilleras (encajeras), pasaremos por el escenario en que se celebra, del 18 al 23 de julio, el Festival Jazz en la Costa (www.jazzgranada.es), un lujazo de sede plena de misterio vegetal para int¨¦rpretes de prestigio. Esta 28? edici¨®n rendir¨¢ homenaje a Eliane Elias, que presenta su trabajo Made in Brazil, y lo cerrar¨¢ el bajo el¨¦ctrico de Marcus Miller. Imperdibles.
El castillo de San Miguel a?ade el atractivo propio de la superposici¨®n de culturas, sea la muralla ¨¢rabe o el baluarte de artiller¨ªa (siglo XVI), que abarca desde la punta de la Mona al cabo Sacratif; o las maquetas de la Almu?¨¦car fenicia (Sexi) y ¨¢rabe. El aliciente intramuros, en las dependencias nazar¨ªes, es una quimera etrusca y un Pr¨ªapo. Con la entrada conjunta (2,35 euros) buscamos la cueva de Siete Palacios, deslumbrante conjunto de b¨®vedas romanas que permit¨ªan ampliar la superficie edificable. El espacio estelar del museo lo ocupa el vaso del fara¨®n Apofis I, reci¨¦n expuesto en el Met de Nueva York, sin olvidar las figurillas romanas de terracota.
Preguntar por la forma de ir a Alcaller (alcallerceramica.com), el alfar de Amalia Garc¨ªa del Moral, ceramista a la que veremos entre semana (de 10.00 a 13.00) modelando, cociendo y esmaltando palomas o jarrones de evocaciones gaudianas. En el pe?¨®n del Santo sobresale la cruz y un mirador hechizante sobre los pe?ones del Enmedio y de Fuera. Queda por recorrer el gran acuario. A las afueras, el tramo de acueducto de San Sebasti¨¢n sirve de incomparable escenario.
En La Herradura
Que la Costa Tropical goza de un patrimonio agr¨ªcola que hace honor a su microclima se aprende en la Finca San Ram¨®n (www.fincasanramon.net), que reabre el 21 de agosto con sus frutas subtropicales en auge. Recordemos que Almu?¨¦car es el primer productor de chirimoya del mundo. La explicaci¨®n guiada de Rita Galiana (8 euros) no tiene desperdicio. Recorre los ¨¢rboles, comenta la polinizaci¨®n del chirimoyo o las cualidades de la guayaba, el aguacate o la rara carambola. La degustaci¨®n de diez frutas se realiza en platos separados.
La Herradura (pedan¨ªa de Almu?¨¦car) es ideal para la pr¨¢ctica de deportes acu¨¢ticos al contar con vientos suaves y una bah¨ªa asegurada por el cerro Gordo y la punta de la Mona. Sus hechuras rinden tributo a la sierra de la Almijara, que cae en tajos verticales. Ello para solaz de los submarinistas de Buceo La Herradura (www.buceolaherradura.com). Todo el a?o se ven entrar y salir figuras de negro en la playa de Los Berengueles, en la que gusta la ambientaci¨®n nocturna del Marina Playa Beach Club (flamenco en directo los mi¨¦rcoles). Marina del Este a?ade un puerto deportivo digno de pasearse.
Windsurf La Herradura (windsurflaherradura.com) forma a principiantes. Para despegues biplaza confiamos en Parapente Tropical (www.parapentetropical.com). Paddle surf o kayak desde Cantarrij¨¢n (www.18nudos.com) para conocer la cueva de las Palomas y la caleta de las Doncellas, mientras que el crep¨²sculo nos sorprender¨¢ en el crucero a vela de tres horas que programa Granada Sailing (granadasailing.com).
Cantarrij¨¢n es el extremo de un imponente barranco arbolado que se recorre estas fechas en microb¨²s p¨²blico (2 euros), a partir del kil¨®metro 303,8 de la N-340 a Costa. Lo merece: es una de las reinas del paraje natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo y para¨ªso naturista. Los mi¨¦rcoles, el restaurante La Barraca organiza una noche de salsa.
El corolario de La Herradura es La Cochera, pub simp¨¢tico-canalla que Antonio Mira ha convertido en referente musical y l¨²dico de la costa andaluza. Tiene algo de vistosa chamariler¨ªa, pero qu¨¦ decir de sus mojitos servidos en su patio, o de sus directos los viernes y s¨¢bados (tambi¨¦n domingos por la tarde). La Cochera forever.
Bohemia en la arena
El aragon¨¦s Justo Bag¨¹este crea cada verano un mundo alternativo en la playa naturista del Muerto (Almu?¨¦car) ¡ªo del Tiempo Muerto, como gusta denominarla este saxofonista de pelo rojo¡ª, a la que se accede a pie c¨®modamente desde Cotobro. Su huida de la ortodoxia pasa por conciertos, teatro, performances y residencias art¨ªsticas. Podemos ver a Justo en Youtube llegando a su local de elementos reciclados sin separarse de su saxo, al igual que hace en el filme Que se mueran los feos, de Nacho Velilla. Acompa?¨® a Bunbury y a Gabinete Galigari, entre otros.
Los martes, a partir del 14 de julio, proyecta pel¨ªculas, y los mi¨¦rcoles a contar desde el 15, ense?an a percutir cuencos tibetanos. Bag¨¹este es perito en lunas, que dir¨ªa Miguel Hern¨¢ndez, de salidas y ocasos, y tampoco duda en casar ba?istas para convivencias de 15, 30 d¨ªas a lo sumo. Su viaje creativo pas¨® por la grabaci¨®n en la playa de 7 haikus sinest¨¦sicos para un cad¨¢ver exquisito, disponible en la Red por 90 euros: todo sea por dignificar la creaci¨®n musical m¨¢s all¨¢ de las migajas del streaming. Hay ensaladas Tropicool; y Carmen La¨ªn borda los mojitos. Aparcar es complicado; contemplar la posibilidad de ir en autob¨²s urbano.
Programaci¨®n: http://playadelmuerto.com
Gu¨ªa
Comer
Dormir
Enlaces de inter¨¦s
? Sangacho (958 62 35 18). Calahonda, Motril. Las recetas innovadoras de Antonio Lorenzo, copropietario del restaurante El Conjuro, se significan por la calidad de sus minihamburguesas de rabo de toro y de sus gastropizzas. Precio medio, unos 25 euros.
? Los Moriscos (www.moriscosgolf.com). Playa Granada, Motril. Arroces y quisquillas bien servidos. Men¨² degustaci¨®n, 40 euros (bebidas aparte).
? Ar¨¢is (958 61 17 38). Salobre?a. Destacan las creaciones de Francisco Izquierdo y selecci¨®n de vinos granadinos. Men¨² gastron¨®mico, 35 euros (42 euros, con maridaje).
? La Barraca (www.restaurantelabarraca.es). Playa de Cantarrij¨¢n, Almu?¨¦car. Arroces y pescados al horno servidos a pie de mar. Reservar. Unos 30 euros.
? Hotel Miba (hotelmiba.es). Salobre?a. Bajo la atenci¨®n de un amabil¨ªsimo matrimonio, Martin y Eva Barratt (surafricano y sueca), este hotel desprende fascinaci¨®n por sus vistas. Dos suites (170 euros) y seis habitaciones dobles (120 euros). Reservar con mucha anticipaci¨®n.
? Hotel Embarcadero de Calahonda (www.embarcaderodecalahonda.com). Motril. La mejor referencia de la costa oriental. Restaurante con vistas. Habitaci¨®n doble superior con vista mar, 80 euros.
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