T¨¢nger desde la terraza del Continental

Quiz¨¢ no sea el alojamiento m¨¢s glamuroso de T¨¢nger, ni el que cuenta con las habitaciones m¨¢s modernas o el desayuno m¨¢s copioso, pero el Hotel Continental (36, Rue Dar Baroud) es especial. As¨ª lo demuestran las decenas de turistas reci¨¦n bajados del ferri que se apresuran a fotografiar a diario la vista que se observa desde su terraza. Su colorida fachada era una de las primeras im¨¢genes que los viajeros se encontraban cuando llegaban al T¨¢nger de anta?o y, ahora, vuelve a serlo, gracias a la renovaci¨®n del ¨¢rea portuaria de la ciudad marroqu¨ª, que ha recuperado la muralla portuguesa y eliminado los edificios que le restaban visibilidad.

Pero adem¨¢s de una panor¨¢mica fabulosa, que incluye contemplar parte de la medina alejados de su ruido y su bullicio, el hotel Continental invita a un aut¨¦ntico viaje en el tiempo: evocar aquella a?orada ¨¦poca ¨Cmil veces rememorada¨C del T¨¢nger internacional. Ese regusto por lo perdido llev¨® a los guionistas de la serie El tiempo entre costuras a localizar aqu¨ª parte de la trama, el mismo embrujo hist¨®rico que sigue atrayendo a turistas y viajeros hasta su terraza, cuaderno en mano, mientras saborean un t¨¦ a la menta o un caf¨¦ porque, aunque no fuera nada t¨ªpico del T¨¢nger internacional, aqu¨ª no se sirve alcohol.

El establecimiento abri¨® sus puertas a finales del siglo XIX, pero fue durante el apogeo cosmopolita de la ciudad cuando adquiri¨® su fama. A?os en los que por sus salones y habitaciones, espacios coloridos y de neto sabor marroqu¨ª, pasaron altos dignatarios, actrices y todo tipo de celebridades de la ¨¦poca. Desde P¨ªo Baroja, Emilio Castelar o Antonio Gaud¨ª, hasta Jacinto Benavente o Winston Churchill, quien lo visit¨® al regresar de su experiencia como corresponsal de guerra. De todos ellos qued¨® impronta a trav¨¦s de una decoraci¨®n que se ha mantenido en buena medida hasta la actualidad y que hace gui?os a tan brillante pasado: un piano de cola, un fon¨®grafo, los mosaicos y las vidrieras que llenan ciertas estancias de luz colorida.

Es cierto que la dejadez que se observa en algunos de sus salones, as¨ª como en las antiguas fotos que decoran la planta baja, resta lustre a ese esplendoroso y evocador pasado, pero todav¨ªa se percibe lo que el Continental signific¨® en el T¨¢nger internacional en espacios como la preciosa recepci¨®n o en los detalles decorativos de sus patios interiores. En todo caso, sigue siendo una opci¨®n perfecta (y econ¨®mica) para conocer la medina tangerina, pues se encuentra a pocos pasos del Zoco Chico, el antiguo centro de la ciudad y uno de sus puntos m¨¢s animados y aut¨¦nticos de la villa marroqu¨ª. Paseando entre los recuerdos que se muestran y a?adiendo una pizca de imaginaci¨®n, el viajero todav¨ªa puede sentir parte de aquella maravillosa ¨¦poca respirando entre sus paredes.

M¨¢s propuestas para una visita a T¨¢nger pinchando aqu¨ª

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