Espa?a, un pa¨ªs de acantilados
Vertiginosas paredes rocosas, miradores que quitan el hipo y paseos panor¨¢micos por el litoral espa?ol. Belleza vertical
Los acantilados, proyecciones costeras de tipo vertical, son espacios de misterio que permiten sobrevolar la mar entre aparatosas escenograf¨ªas. Conjunci¨®n de mar y monta?a que apela a la majestuosidad, al v¨¦rtigo, donde el sonido del oleaje asciende amortiguado por la distancia. Entre los 4.000 kil¨®metros de acantilado espa?ol elegimos 12 cuyo acceso se debe en gran medida a caminos de servidumbre de faros y torres vig¨ªa.
Rompiente invisible
Garita de Herbeira, Cedeira, A Coru?a
Tan elevada es su cota ¡ª620 metros de altitud: el acantilado m¨¢s alto de Europa continental¡ª, que este miradoiro de la sierra de Capelada ofrece una experiencia m¨¢s cercana del azul cielo que del m¨¢s oscuro Atl¨¢ntico. La l¨ªnea de mar batiente apenas se escudri?a; el sonido del oleaje resulta inaudible, sustituido por el paisaje sonoro del viento que mueve el parque e¨®lico y exige prenda de abrigo.
La garita p¨¦trea del vig¨ªa data del siglo XVIII, aunque ya formaba parte del sistema defensivo romano ¡ªconectada con la torre de H¨¦rcules¡ª, y a ella se accede en coche tras pasear por la aldea de San Andr¨¦s de Teixido o el cabo Ortegal. Que se acerquen caballos y vacas es se?al de tiempo bonancible, tranquilo. Con niebla, mejor renunciar a la excursi¨®n. En la casa rural Mui?o das Ca?otas (www.muinodascanotas.es) transportan a los hu¨¦spedes hasta la garita para que regresen luego a pie hasta Cari?o.
Un cortado que da alas
Santa Pola, Alicante
En lo que al parapente se refiere, pocas pistas de despegue detienen la atenci¨®n como este arrecife coralino de 144 metros de altura. Un acantilado que satisface la fascinaci¨®n triple del novato por la ausencia de turbulencias, la panor¨¢mica de la isla de Tabarca y la bah¨ªa santapolera. Adem¨¢s, dispone de estaci¨®n meteorol¨®gica (www.cabodesantapola.org).
Cerca del faro se ha erigido un espectacular mirador en voladizo. El salto biplaza (80 euros) lo llevan a cabo Nick Pollet (www.doyouwanna.net) o Parapente Santa Pola (www.parapentesantapola.es), que dispone de tienda cerca de la zona de lanzamiento.
Pelda?os en cascada
Faro del Caballo, Santo?a, Cantabria
Desde Santo?a parte la magn¨ªfica ruta senderista que rodea el monte Buciero avanzando entre el azul del Cant¨¢brico y el verde de los encinares, y que conduce, desde la encrucijada de Cuatro Caminos, a la larga escalinata esculpida en la roca. En la parte baja del acantilado ¡ªa 30 metros sobre el oleaje¡ª se encuentra el faro, que conserva el balconcillo y la c¨²pula. Quienes no quieran bajar y subir pelda?os pueden aguardar en la bater¨ªa de San Felipe y disfrutar de la vista; los m¨¢s aventureros siguen por la escalinata de 180 metros de desnivel por una pared virginal.
Una media hora se invierte en el acusado descenso y 40 minutos en desandarlo. Los 200 primeros escalones, de un total de 760, se precipitan casi a cordel, no aptos para quien padezca v¨¦rtigo o si el d¨ªa se presenta h¨²medo, por lo que se agradece el cable de acero a guisa de pasamanos. Es recomendable llevar calzado r¨ªgido, cumpliendo el viejo apotegma: subir como un viejo para llegar como un ni?o. Conviene regresar por la ruta Ecosistemas del Bosque.
Potencia est¨¢tica
Los Gigantes, Tenerife
Su componente visual desempe?a un papel decisivo. Y es que Los Gigantes son mallos escarpad¨ªsimos que solo permiten visiones de soslayo; o mejor en contrapicado, embarcados desde la costa oeste tinerfe?a. Deslumbran e impresionan. De tal manera que, para el escritor Manuel de Lope, cada vez que una gaviota se alza desde sus 550 metros de altura ¡°parece que se suicida¡±.
La punta de Teno es uno de los mejores lugares para disfrutar de este escenario espectacular. Otra opci¨®n es descender el barranco que atraviesa los acantilados desde Masca. Una vez abajo, el plan perfecto consiste en ba?arse y, despu¨¦s, coger un watertaxi (hay que reservarlo; www.trekkingmasca.com o www.maritimaacantilados.com) hasta el puerto de Los Gigantes para, desde all¨ª, regresar a Masca en taxi normal (unos 27 euros). Para viajeros deportistas, una tercera opci¨®n la ofrece Patea Tus Montes (www.pateatusmontes.com): rutas en kayak desde el puerto de Los Gigantes. No entra?an peligro, porque no hay escolleras ni farallones, sino enormes profundidades a pocos metros del despe?adero.
Del puerto de Los Gigantes tambi¨¦n salen los barcos tur¨ªsticos que recorren el acantilado y luego rumbean a la busca de cet¨¢ceos. En tierra tenemos el mirador de Archipenque, con terraza para disfrutar del front¨®n bas¨¢ltico.
El pueblo vertical
Elantxobe, Bizkaia
Elantxobe tiene la coherencia est¨¦tica de los puertos aferrados a los precipicios. Si los visitantes reci¨¦n desembarcados quisieran visitar el cementerio precisar¨ªan de un funicular: tal es la verticalidad aplicada a este caser¨ªo del cabo Ogo?o, encuadrado en la reserva de la biosfera de Urdaibai. Existen dos entradas al pueblo: la principal conduce a un mirador donde el rojo de los tejados anima el escenario junto al verdor de las encinas. Hay tan poco espacio, que los autobuses tienen que dar la vuelta con ayuda de una plataforma giratoria. Y m¨¢s de un viajero aprovecha el giro para grabar el autov¨ªdeo panor¨¢mico perfecto.
Queda el acceso al puerto, anta?o pesquero, hoy deportivo salvo por el pintoresquismo de las chalupas chipinoreras. En la Kale Nagusia ¡ªla calle Mayor¡ª podemos comprobar lo dif¨ªcil que es subir y bajar por estas cuestas. Incluso se hace complicado mantenerse erguido. En el muelle esperan las croquetas del bar Santi.
V¨¦rtigo
Mirador de Es Colomer, Pollen?a, Mallorca
Todo es espectacular en el cabo de Formentor. En direcci¨®n al faro encontramos, como primer hito, el mirador de Es Colomer. Para alcanzarlo se recorren a pie 200 metros junto al abismo, que cae a plomo. La baja altura del murete incrementa a¨²n m¨¢s la sensaci¨®n de v¨¦rtigo. Imponente el mirador desde el cual se divisan el islote de Es Colomer y el monte Pal. El Mediterr¨¢neo, visto a 232 metros de altura, tiene el azul metalizado de un oc¨¦ano Atl¨¢ntico. El atardecer dora todo este escenario que debemos al ingeniero que dise?¨® la carretera, Antonio Parietti, recordado en una roca-monumento. Luego, en la playa de Formentor, ?al fin!, relajaremos las retinas.
Lecci¨®n medioambiental
Cabo Pe?as, Goz¨®n, Asturias
No hay un derrumbadero tan bien dispuesto para el aprendizaje medioambiental como la punta septentrional de la costa del Principado de Asturias, declarada paisaje protegido. El itinerario did¨¢ctico, adaptado para discapacitados, incluye paneles sobre fauna, flora, arqueolog¨ªa y mam¨ªferos de cabo, justo delante del Centro de Interpretaci¨®n del Medio Marino de Pe?as, que cumple las funciones de oficina tur¨ªstica. Qu¨¦ decir de la pasarela de 600 metros junto al abismo de cien metros desde la que se puede divisar la isla Erbosa. Al atardecer, el faro emite la luz de mayor alcance en las costas espa?olas. Es posible apuntarse a un trekking por la base del cantil guiados por un ge¨®logo y un bot¨¢nico (www.facebook.com/lasdunas.verdicio). El bar Cuatro Vientos (ojo a sus lapas en salsa) abre todos los d¨ªas.
C¨¦sar Manrique
Los Hervideros, Yaiza, Lanzarote
Como una l¨²dica extensi¨®n de las Monta?as de Fuego de Timanfaya hay que conceptuar un paseo por Los Hervideros, los entresijos de una colada volc¨¢nica. Divertimento que ¡ªpocos lo saben¡ª debemos al mag¨ªn de C¨¦sar Manrique. En lavas solidificadas de la costa de barlovento traz¨® el paisajista veredas angostas, excav¨® tramos de escaleras en la piedra natural, dispuso balconcillos a modo de palcos con muretes desde donde se puede sentir la fuerza directa del Atl¨¢ntico gorgoteando. Es por las aberturas de los bufaderos por los que el aire y la espuma del agua salen despedidos, alimentando la presi¨®n en los o¨ªdos. Para su pleno disfrute los vecinos recomiendan horario de pleamar y mar picada. Y quien piense que las familias lo evitan, est¨¢n equivocados; eso s¨ª, hay que observar medidas de precauci¨®n. Por efecto del espray salino que da nombre al lugar, el piso suele encontrarse algo h¨²medo y no es raro regresar al coche felizmente empapado. Cuando el Atl¨¢ntico se desmadra, Protecci¨®n Civil cierra el acceso, y ser¨¢ hora de ir a El Golfo para dar cuenta de una parrillada de pescado.
Territorio ibis
La Bre?a, Barbate, C¨¢diz
El segundo parque natural m¨¢s peque?o de Andaluc¨ªa, el de La Bre?a y Marismas del Barbate, integra acantilados, playas v¨ªrgenes, cordones dunares, marismas y pinar-enebral. La ruta de 6,2 kil¨®metros por encima del acantilado hasta Los Ca?os de Meca arranca en Barbate, cerca del centro de interpretaci¨®n del parque (956 45 97 80). M¨¢s concretamente, en la playa de la Hierbabuena, cuya vegetaci¨®n dunar tiene en el cardo marino y en los camaleones sus protagonistas.
Lo que no hay que perderse es la torre del Tajo (1588), para lo cual es preciso ir en coche al aparcamiento de carretera, para despu¨¦s caminar 2,1 kil¨®metros, atravesando el pinar de 2.000 hect¨¢reas plantado en el siglo XIX. Desde la balaustrada de madera, a 110 metros de altura, atisbamos las capas margosas y areniscas, as¨ª como el oc¨¦ano. Con suerte divisaremos delfines residentes mariscando, en tanto sobrevuela el halc¨®n peregrino y el reintroducido ibis eremita, tras cinco siglos extinto en Europa. En mayo es el momento de degustar el at¨²n de almadraba.
Secreto alicantino
Cap Prim/Cabo San Mart¨ªn, X¨¤bia/J¨¢vea, Alicante
Que entre los cabos San Antonio y La Nao se desarrollan los m¨¢s atrayentes cuadros litorales de la Comunidad Valenciana se verifica caminando por el Cap Prim. Rebasado el restaurante L¡¯Escut surge el mirador de la Cruz del Portitxol, de cuya cruz p¨¦trea arranca el sendero se?alizado al cabo (una hora entre ida y vuelta). Los esp¨ªritus m¨ªnimamente sensibles se conmover¨¢n ante los farallones, de nombre Pallers, elementos expresivos que obligan a las olas a espumear y rugir. Tonos grises y amarillentos dominan los paredones; brezo, espliego, romero y pino blanco comparten la microrreserva de flora con endemismos similares a los de Ibiza. Podremos bajar a la casa donde antiguamente se guardaba la almadraba en cala Sardinera, l¨ªmite sure?o de la ensenada de J¨¢vea. Paulatinamente, la senda se vuelve angosta y uno se debate entre el placer de avanzar y la pena de acabar la caminata. Resulta muy comprometido subir al promontorio final.
Hotel y faro
Cabo de San Sebasti¨¢n (Palafrugell) y monumento a Walter Benjamin (Portbou), Girona
El faro se ve se mire desde donde se mire. El precipicio de 150 metros de altura del cabo de San Sebasti¨¢n ¡ªpura geograf¨ªa simb¨®lica de la Costa Brava¡ª siempre fue un lugar de paso. Fue aqu¨ª donde Josep Pla hizo sus primeros tanteos de escritura. De la historia del faro, de su linterna aeromar¨ªtima (di¨¢fana) dan fe las fotos expuestas en el bar del hotel El Far (www.hotelelfar.com), que ocupa una hospeder¨ªa del siglo XVIII. No hay en la costa una ¨®ptica que quede tan a la altura de la vista como la de este faro. En la antigua vivienda del farero se instal¨® un restaurante japon¨¦s (www.farnomo.com).
La torre vig¨ªa (visitable) es del siglo XV, y est¨¢ pr¨®xima a un yacimiento ib¨¦rico. El mirador Joaquim Turr¨®, por su parte, orienta a la playa de Llafranc, y a menudo se ven pespuntear los arrastreros faenando la gamba de Palam¨®s. Rep¨¢rese en la vereda que desciende a la cueva-mirador de la Divina Pastora.
En el monumento a Walter Benjamin de Portbou, el artista Dani Karavan integr¨® en el acantilado una escalera met¨¢lica para crear la obra Pasajes, en la que la secuencia espuma-remolino-calma, visible a trav¨¦s del cristal, sirve de alegor¨ªa para el tr¨¢gico final del fil¨®sofo.
El banco de Rafael
Loiba, Ortigueira,? A Coru?a
"Es mi forma de compartir estos acantilados v¨ªrgenes", dice Rafael Prieto, un mec¨¢nico local que fue en 2009 el responsable de colocar el famoso banco de Loiba ¡ªtambi¨¦n es quien cuida de ¨¦l reemplazando las tablas y retirando colillas y excrementos de cuervos y gaviotas¡ª. El banco coru?¨¦s es ya casi tan medi¨¢tico como el de Forrest Gump, ha protagoniza campa?as publicitarias y figura hasta en Google Maps.
En 2010 apareci¨® tallado en la madera la frase ¡°The best bank of the world¡± (el mejor banco del mundo), por mano no se sabe si de unos escoceses o de un aprendiz de ingl¨¦s. Conjeturas aparte, su fama se consolid¨® en 2014, cuando el artista gr¨¢fico Dani Caxete gan¨® con una fotograf¨ªa suya el premio del proyecto TWAN con el que la Unesco galardona los paisajes nocturnos mejor preservados.Todo hasta convertir a Loiba en punto de peregrinaje mundial, equidistante del cabo Ortegal (por donde cae el sol) y Estaca de Bares; con vistas factibles a la isla Gaivoteira, horadada en su base, y la playa de Coitelo.
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