Los cinco lagos m¨¢s bonitos de Italia

Artistas, viajeros y escritores, desde Goethe hasta Ernest Hemingway, se enamoraron de los lagos del norte de Italia, por razones obvias. Los Maggiore, Orta, Garda y Como, rodeados de cumbres nevadas y villas espectaculares, son destino de veraneantes y viajeros desde los tiempos de los romanos, todos en busca de descanso y, sobre todo, de unos paisajes incre¨ªbles. Se llega c¨®modamente desde Tur¨ªn o Mil¨¢n y lo dif¨ªcil realmente es escoger cu¨¢l nos gusta m¨¢s.

01 Palacios en las Borromeas

LAGO MAGGIORE

Los grandes lagos italianos, en la vertiente sur de los Alpes, llevan siglos atrayendo al lujo y a visitantes ilustres, rodeados de cumbres nevadas. Los palacios de las islas Borromeas, en el lago Maggiore, parecen una flota de barcos reales anclada en el golfo, con lujosos salones, grutas cubiertas de conchas e historias de invitados tan c¨¦lebres como Napole¨®n o la princesa Diana. Han conservado el ambiente belle ¨¦poque de sus d¨ªas de esplendor tur¨ªstico, cuando, seducida por el clima suave y el f¨¢cil acceso mediante el ferrocarril de 1855, la alta burgues¨ªa europea se lanz¨® a construir villas grandiosas en sus orillas. Y agua adentro, las estrellas del paisaje: las islas Borromeas y sus palacios.

La isola Bella debe su nombre a la esposa de Carlos III, la bella Isabella. Cuando se construy¨® el Palazzo Borromeo, en el siglo XVII, la disposici¨®n del edificio pretend¨ªa dar a la isla la apariencia de un nav¨ªo: la villa en la proa y los jardines, repartidos en diez terrazas, a popa. En su interior, la Galleria del Quadriueden, con obras de Rubens, Tizziano y El Veron¨¦s, propone un exquisito complemento a las vistas exteriores. La isla Madre, en cambio, mantiene un ambiente menos ostentoso, m¨¢s rom¨¢ntico y familiar. En el Palazzo Madre, de los siglos XVI al XVII, hay un teatro de miedo, con un elenco de marionetas diab¨®licas y campesinos chinos al acecho en los jardines de estilo ingl¨¦s. Tambi¨¦n cisnes, camelias, azaleas e hibiscos.

La isola Superiore, tambi¨¦n llamada isla de los pescadores, conserva parte del encanto original del pueblo. Las gu¨ªas suelen contar que la Chiesa di San Vittore, ubicada en medio de un remolino de calles, tiene un ¨¢bside del siglo XI y un fresco del siglo XVI, pero la verdadera raz¨®n para visitar este islote son sus restaurantes especializados en pescados a la parrilla, como el Casabella.

02 El Maggiore desde lo alto

STRESA

Stresa, una de las principales localidades a orillas del Lago Maggiore, invita a disfrutar de una de las vistas m¨¢s evocadoras de la zona mientras nos tomamos un Manhattan en las terrazas del Grand Hotel des Borrom¨¦es. Cuando Hemingway fue herido en la I Guerra Mundial siendo voluntario en el ej¨¦rcito italiano, se aloj¨® en este hotel para recuperarse y escribir la novela Adi¨®s a las armas.

La panor¨¢mica puede incluso mejorar si subimos en la Funivia Stressa-Mottarone, un funicular que lleva hasta la cima del monte Mottarone (1.492 metros) y ampl¨ªa la perspectiva sobre el gran lago. En los d¨ªas claros se pueden divisar el Lago Orta y el monte Rosa, en la frontera con Suiza. A medio camino se encuentra el Jard¨ªn Bot¨¢nico Alpinia, con una gran variedad de plantas alpinas.

La contemplaci¨®n contin¨²a a bordo del Lago Maggiore Express, tren panor¨¢mico que propone un recorrido circular en dos etapas: primero desde Arona o Stressa hasta Domodossola, donde hay que subirse al antiguo tren Centovalli ¨Cas¨ª llamado porque cruza cien valles¨C hasta la ciudad suiza de Locarno. El regreso a Stressa se realiza en ferri.

03 Tulipanes bajo los Alpes

VERBANIA

La segunda gran poblaci¨®n a orillas del lago Maggiore es Verbania, en cuyas afueras se encuentra la Villa Taranto, y su incre¨ªble jard¨ªn. En 1931, el arquero real y capit¨¢n escoc¨¦s Neil McEacharn compr¨® la mansi¨®n a la familia Saboya y empez¨® a plantar unas 20.000 especies vegetales. En la actualidad est¨¢ considerado uno de los mejores bot¨¢nicos de Europa que, a ser posible, conviene visitar los ¨²ltimos d¨ªas de abril: durante la Settimana del Tulipano miles de tulipanes florecen en todos los colores.

Para comer, el Ristorante Milano tambi¨¦n seduce con una vista incomparables: las mesas, rodeadas de ¨¢rboles y dispuestas sobre el c¨¦sped junto al lago, miran hacia el min¨²sculo y coqueto puerto en forma de herradura de Pallanza. Un comedor id¨ªlico donde probar el fresco pescado del lago, cordero local e innovadoras propuestas culinarias.

04 Con los ojos de un gigante

ARONA

Al otro lado del lago Maggiore, el punto de vista es diferente. En Arona, est¨¢ el Sacro Monte di San Carlo, formado por una iglesia, tres capillas y una estatua enorme de San Carlos Borromeo, conocida popularmente como San Carlone. En realidad, est¨¢ hueca y se puede ascender por su interior para disfrutar de un panorama de ensue?o a trav¨¦s de los ojos de este santo gigante.

Para completar el d¨ªa podemos comer (o cenar) en la Taverna del Pittore, tambi¨¦n en Arona. Calamares, pulpo o pato transformados en deliciosos platos de ravioli servidos en su terraza, junto al agua y con vistas nocturnas de la fortaleza de Rocca di Angera. Es, probablemente, el restaurante m¨¢s rom¨¢ntico del Lago.

05 Un pueblo medieval camino de Suiza

CANNOBIO

Resguardado bajo una monta?a en el Valle Cannobina, el pueblo medieval de Cannobio est¨¢ solo a 5 kil¨®metros de la frontera con Suiza. Parece sacado de otra ¨¦poca, gracias a las bellas casas de la Piazza di Vittorio Emanuele III, donde se celebra un mercado dominical que atrae a visitantes desde el pa¨ªs vecino. En el centro del casco antiguo, en lo que fue un monasterio en el siglo XV y posteriormente la residencia de la familia Pironi, el pintoresco Hotel Pironi cuenta dispone de habitaciones de techos abovedados decoradas con frescos y buen gusto.

Desde Cannobio las opciones del viajero se multiplican. Se puede salir de excursi¨®n en velero hasta las ruinas de los Castelli dell Malpaga, ubicados sobre dos islotes rocosos en el lago, navegando hacia el sur, o, sobre tierra firme, explorar la naturaleza del Valle Cannobina y adentrarnos en montes cubiertos de bosques hasta la localidad de Malesco. A lo largo de 2,5 kil¨®metros de recorrido, el torrente se abre paso a trav¨¦s de un estrecho desfiladero conocido como el Orrido di Sant¡¯Anna, con un puente rom¨¢nico en su parte m¨¢s angosta.

06 El escondite perfecto

LAGO D¡¯ORTA

Separado del lago Maggiore por el monte Mottarone y envuelto por tupidos y oscuros bosques, el entorno del lago d¡¯Orta ser¨ªa el escondite perfecto para unos amantes en fuga. Con 13,4 kil¨®metros de longitud y 2,5 de anchura, se puede rodear tranquilamente en autom¨®vil durante una jornada.

Los viajeros suelen detenerse en el pintoresco pueblo medieval de Orta San Giulio, en la isla San Giulio, donde se pueden contemplar los frescos de la Basilica di San Giulio, del siglo XII. Entre semana el pueblo suele estar casi vac¨ªo, momento id¨®neo para pasear y visitar el Palazotto, del siglo XVI, soportado por pilotes sobre una peque?a logia.

07 Para¨ªso para ¡®celebrities¡¯

LAGO DE COMO

Aunque sea el que m¨¢s nos suena por las revistas del coraz¨®n, el de Como es el m¨¢s pintoresco y el menos visitado de los grandes lagos del norte de Italia. Tambi¨¦n es el m¨¢s espectacular, a la sombra de los Alpes R¨¦ticos y encajado entre monta?as cubiertas de bosques. Tiene forma de Y invertida y en sus sinuosas orillas se encuentran poblaciones como la encantadora Bellagio, enclavada sobre un peque?o promontorio en la bifurcaci¨®n del lago. Tambi¨¦n en esa bifurcaci¨®n est¨¢n dos de los lugares m¨¢s visitados y con mejores panor¨¢micas: Tremezzo y Varenna. Las riberas del Lago de Como est¨¢n salpicadas de villas modernistas y jardines paisaj¨ªsticos fabulosos, espectaculares en primavera.

Para sentirnos por unas horas como una estrella de cine podemos recorrer el Lago a lo Clooney: tomar un c¨®ctel en Harry¡¯s Bar, su local predilecto, en Cernobbio; recorrer las colinas de Como en motocicleta o alquilar en Barindeli una lujosa lancha de madera. Y para terminar, una cena en Il Gato Nero, justo encima de Cernobbio, el restaurante predilecto de la jet set. Si se reserva una mesa en primera fila, bajo un ondulante dosel, tendremos unas id¨ªlicas vistas del lago.

08 La villa elegante

BELLAGIO

Una de las paradas imprescindibles en el Lago di Como es Bellagio, localidad que acumula demasiados encantos como para resistirse: su flota de peque?os barcos, un laberinto de escalinatas de piedra, campos de cipreses y llamativos jardines. Y la Villa Serbelloni, que ocupa gran parte del promontorio sobre el que se asienta el pueblo. Aunque pertenece a la Fundaci¨®n Rockefeller, admite visitas guiadas a sus jardines.

Otra alternativa es pasear por el recinto de la Villa Melzi D¡¯Eril, que llega hasta la misma orilla del lago. Construida para Francesco Melzi, consejero de Napole¨®n y vicepresidente de la primera Rep¨²blica italiana, es una de las m¨¢s elegantes mansiones de la zona. Un toque musical: Liszt compuso aqu¨ª la sonata dedicada a Dante y Beatriz en 1937. Los que quieran ver la puesta de sol desde el agua, pueden fletar elegantes motoras de caoba que bordean la orilla al atardecer.

09 Paseo entre naranjos

TREMEZZO

Al otro lado del lago otro de esos pueblos incre¨ªbles que salpican el lago de c¨®mo y que parecen sacados de una postal. El gran atractivo de Tremezzo es la Villa Carlotta, del siglo XVII, situada sobre el agua y con vistas magn¨ªficas desde sus terrazas. El jard¨ªn bot¨¢nico que acoge est¨¢ repleto de naranjos sujetos a p¨¦rgolas y podremos pasear entre algunos de los rododendros, azaleas y camelias m¨¢s impresionantes de Europa. La mansi¨®n, decorada con pinturas y preciosas esculturas en alabastro (destacan las de Antonio Canova), debe su nombre a la princesa prusiana que recibi¨® la villa en 1847 como regalo de bodas de su madre.

10 Rinc¨®n para cin¨¦filos

LENNO

Al sur de Tremezzo, encontramos la localidad de Lenno y, sobre todo, la Villa del Balbianello, escenario espectacular y muy cinematogr¨¢fico: en una de sus terrazas contraen matrimonio Anakin Skywalker y la reina Amidala. Pero adem¨¢s de algunas escenas de La guerra de las galaxias: Episodio II, por aqu¨ª tambi¨¦n ha desfilado el ¨²ltimo James Bond hasta la fecha ¨CDaniel Craig¨C en la pel¨ªcula Casino Royale (2006).

La villa est¨¢ enclavada en uno de los rincones m¨¢s espectaculares del Lago di Como, al que se llega bordeando la orilla. Es una maravillosa uni¨®n entre arquitectura y naturaleza.?

11 Sendas alfombradas de flores

VARENNA

El tri¨¢ngulo central del Lago di Como lo cierra, junto a Belagio yTremezzo, la hermosa localidad de Varenna, donde tampoco faltan mansiones lujosas o rom¨¢nticos escenarios. Recomendamos pasear por la senda alfombrada de flores que va desde la Piazzale Martiri della Libert¨¤ a los jardines de la Villa Cipressi, ahora convertida en hotel de lujo. Muy cerca, se puede visitar Villa Monastero, un antiguo convento reconvertido en una enorme mansi¨®n perteneciente a la familia Mornico, en el siglo XVII. En ambos casos, las visitas incluyen pasear por magn¨ªficos jardines; los de Villa Cipressi, incluso, descienden escalonadamente hasta lamer las aguas del lago, entre cipreses, palmeras, magnolias y camelias. Hasta el propio sendero es pintoresco.

12 La ciudad de la seda

COMO

En la esquina sur del lago est¨¢ su principal (y hom¨®nimo) centro urbano: Como. Construida en el apogeo de su industria de la seda, es una ciudad especialmente elegante y sigue siendo el principal fabricante de productos de tan lujoso tejido en el viejo continente. En el Museo della Seta se desentra?a la historia y pasado industrial de Como, mientras que en la tienda A. Picci se pueden comprar pa?uelos, corbatas y otros art¨ªculos textiles de gran calidad y, curiosamente, a mejores precios que en otro lugares.

Despu¨¦s de deambular por las callejas medievales del casco antiguo resulta casi obligado pasear por la Passeggiata Lino Gelpi y, tras pasar varias mansiones recorriendo la orilla, llegar hasta Villa Olmo. Edificio emblem¨¢tico de Como, levantado en 1728 por la familia Odescalchi, pariente del Papa Inocencio XI, en la actualidad alberga exposiciones de arte de primera orden. En verano, el Lido di Villa Olmo abre al p¨²blico su piscina al aire libre y un elegante chiringuito.

13 Como en perspectiva

BRUNATE

Al otro lado del puerto deportivo de Como, el Funicolare Como-Brunate asciende monte arriba hasta el pueblecito de Brunate. Construido en 1894, el paisaje de monta?as y lagos que se va descubriendo durante los siente minutos que dura el recorrido son incre¨ªbles. Una vez arriba, en Brunate, las vistas llegan incluso a mejorar: tras una caminata de 30 minutos por un empinado camino de herradura se llega a San Maurizio (907 metros), donde 143 pelda?os conducen hasta el faro Voltiano, donde se contempla el fabuloso conjunto paisaj¨ªstico en su totalidad.

14 Escapada art¨ªstica

VARESE

Un peque?o desv¨ªo hacia el sur desde el gran lago di Como permite hacer un gran descubrimiento: el diminuto Lago di Varese y acercarnos la localidad del mismo nombre. Capital provincial muy pr¨®spera situada al sur de los montes del Campo dei Fiori, en el siglo XVII los nobles milaneses empezaron a construir segundas residencias en Varese, entre las que destaca el suntuoso Palazzo Estense, culminado en 1771 para Francesco III d¡¯Este, gobernador del ducado de Mil¨¢n. Aunque el palacio no est¨¦ abierto al p¨²blico, se puede pasear por sus jardines de estilo italiano.

Al norte de la ciudad hay otra espectacular mansi¨®n, la Villa Panza, donada al Estado italiano en 1996. El lote inclu¨ªa 150 cuadros de pintores contempor¨¢neos coleccionados por Giuseppe Panza di Biumo, la mayor¨ªa de ellos correspondientes a artistas estadounidenses posteriores a la II Guerra Mundial. Una de las estancias m¨¢s bonitas de la mansi¨®n es el Salone Impero, de 1830, decorado con grandes l¨¢mparas de ara?a y cuatro cuadros del californiano David Simpson.

15 Circuito rom¨¢ntico para el final

LAGO DE GARDA

Ligado hist¨®ricamente a Venecia, m¨¢s que a Mil¨¢n, la enorme mancha de agua del Lago di Garda ¨Cel mayor del norte italiano¨C ha servido de inspiraci¨®n a artistas y escritores, desde Dante hasta Goethe, Byron o Stendhal. Algo que se comprende al recorrer y detenerse a contemplar sus alrededores. Su particular microclima permite que florezcan cultivos m¨¢s propios del sur italiano, como vides, limoneros, palmeras o laureles. Por eso, y por su espectacular belleza, desde tiempos de los romanos las clases aristocr¨¢ticas escogieron sus orillas para levantar ostentosas mansiones.

En torno a Garda encontramos lugares llenos de encanto, como la localidad balnearia de Sirmione, al sur, ubicada sobre una pen¨ªnsula y culminada por el castillo de Rocca Scaligera, del siglo XIII. Pero hay m¨¢s, como sus playas o las Grutas de C¨¢tulo, yacimiento arqueol¨®gico con restos de una villa romana del siglo I antes de Cristo, que incluyen termas, patios y unas incre¨ªbles vistas al lago. Sirmione puede ser un buen punto para iniciar un recorrido circular de unos 150 kil¨®metros siguiendo la Gardesana, una sinuosa carretera que bordea el lago regalando continuamente vistas imponentes.

A escasos 11 kil¨®metros se llega a Desenzano, la capital del lago, que invita a callejear por su centro hist¨®rico y a asomarnos a la iglesia de Santa Maria Maddalena (siglo XVI), para admirar La ?ltima Cena de Ti¨¦polo. Si seguimos por la orilla oeste, entre casas de labranza, vi?edos y villas se?oriales, pasaremos por pueblos como Sal¨® (ligado a la vida de Mussolini) y sus palacios renacentistas, o por Gardone Riviera, donde la aristocracia del siglo XIX construy¨® elegantes villas de estilo art d¨¦co, como Il Vittoriale degli Italiani, convertida hoy en un museo, o como la mansi¨®n que ocupa actualmente la Fundaci¨®n Andr¨¦ Heller, rodeada de un fant¨¢stico jard¨ªn bot¨¢nico. Pasaremos tambi¨¦n por Tignale, famoso por su santuario colgado de una colina, as¨ª como por el pueblecito de Limone sul Garda, con sus edificios venecianos y perfumado por c¨ªtricos.

Riva del Garda es la localidad m¨¢s septentrional del lago y una de las m¨¢s rom¨¢nticas. En ella residi¨®, en 1912, el escritor D.H. Lawrence, quien encontr¨® all¨ª la inspiraci¨®n necesaria para varias de sus obras. Adem¨¢s de por sus villas cl¨¢sicas y restaurantes junto al agua, Riva se llena de visitantes como puerta de acceso a muchas de sus rutas hacia los Alpes.

Y si seguimos por la orilla oriental del lago llegaremos hasta Malcesine, un pueblo que Gustav Klimt inmortaliz¨® con sus pinceles en 1913, presidido por el esbelto castillo Scaligero. El telef¨¦rico que sube al monte Baldo (1.760 m), nos permitir¨¢ captar una de las mejores vistas sobre el lago de Garda, para despu¨¦s terminar esta mini ruta en Bardolino, recomendable parada gastron¨®mica conocida por sus vinos, que bien pueden acompa?arse por los quesos de la regi¨®n del Garda.

M¨¢s informaci¨®n en las gu¨ªas En ruta por Italia y Mil¨¢n y los lagos de cerca, as¨ª como en www.lonelyplanet.es

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