Ibiza, eternamente joven
Cada primavera la isla balear se despierta para convertirse en uno de los epicentros estivales del mundo donde la juerga se alterna con el silencio de sus relajantes paisajes interiores
Desde que fue descubierta al mundo en los a?os setenta, Ibiza ha sabido reinventarse a trav¨¦s de las d¨¦cadas, sin que su esp¨ªritu deje de relacionarse con ese c¨®ctel de rebeld¨ªa, frescura, calor, tiempo libre y fantas¨ªas que esperan ser realizadas. Este pe?asco del Mediterr¨¢neo ha seducido y seduce a guapos, triunfadores y simples mortales que cada agosto se acercan a sus costas en una peregrinaci¨®n anual al santuario de la perpetua juventud y la fiesta que no cesa. Su alma bohemian chic hay que buscarla en sus inicios jipis. Entonces, la ruta pasaba por San Francisco, Katmand¨², Goa, ?msterdam o Ibiza.
Cuando los millonarios y arist¨®cratas empezaron a anclar sus yates en la isla, para ver lo que all¨ª se estaba cociendo, se cre¨® una singular e irrepetible mezcla. En la pista de baile de Pach¨¢, la primera discoteca que abri¨®, en 1973, se pod¨ªan ver juntos, cuando todav¨ªa no se hab¨ªa patentado el macabro invento de la zona VIP, a la princesa Gloria von Thurn und Taxis, Roman Polanski, Nina Hagen, Ursula Andress, Niki Lauda o Carlos Sotto Mayor (la brasile?a con nombre masculino, novia de Jean-Paul Belmondo) junto a locales o personajes an¨®nimos que llegaron y se hicieron legendarios, como Jana, una n¨®rdica que desembarc¨® con 17 a?os y vivi¨® vendiendo los tangas que confeccionaba.
Objeto de deseo para piratas
Desde el mar la ciudad de Ibiza tiene una estructura piramidal, coronada por un recinto amurallado sobre una colina, Dalt Vila, que es patrimonio mundial. Los j¨®venes que vienen a pasar un fin de semana et¨ªlico a la isla ni se acercan a esta parte de la ciudad, aunque no faltan turistas que inspeccionan la catedral, el castillo o el museo arqueol¨®gico. Los barrios de La Marina y Sa Penya son un hervidero de extra?os personajes, una pasarela donde el ¨²nico pecado capital es el normcore (esforzarse para parecer que vas vestido normal).
Parte de la diversi¨®n consiste en ver y ser visto. Un juego que puede empezar en el desayuno, en la terraza del legendario hotel Montesol, y que mejora conforme llega la noche, cuando los viandantes despliegan su artiller¨ªa pesada y sus mejores galas. Tiendas, bares y restaurantes permanecen abiertos hasta altas horas de la noche ofreciendo, como en los puertos de los libros de Conrad, saciar el hambre, hacerse un tatuaje, emborracharse o gastarse un salario en una sola noche. El alma pirata de la isla tiene su monumento en el puerto. Honra a Antoni Riquer, corsario ibicenco que, pese a la considerable desventaja de medios, logr¨® hundir muchos buques enemigos.
Playas escondidas y chiringuitos
Punta Galera, en Sant Antoni, es una playa nudista de acantilados y aguas esmeralda. En Sant Carles, Pou des Lle¨® es una cala con casetas de pescadores. Muy cerca est¨¢ la Fonda Pou des Lle¨® (poudeslleo.com) especializada en paellas (21 euros). Cala Mastella es famosa por su chiringuito El Bigotes (650 79 76 33). Desde hace 40 a?os da de comer el mismo men¨²: arroz y bullit de peix (22 euros). En la playa de Es Cal¨® des Multons, en el Port de Sant Miquel, Utop¨ªa prepara sardinadas (13 euros) los viernes y cusc¨²s (25 euros) los domingos.
Las alternativas para comer en la ciudad de Ibiza pueden ir desde el modesto Bar San Juan (Guillem de Montgr¨ª, 8), el restaurante m¨¢s viejo de la ciudad, que ofrece plato del d¨ªa (desde 15 euros), hasta El Bucanero (elbucaneroibiza.com), en el puerto, con platos mediterr¨¢neos e ingredientes frescos (desde 35 euros) o Plaza del Sol (plazadelsolibiza.com), con una carta desenfadada a base de ensaladas, zumos y bocadillos (desde 25 euros).
Cenar en L¨ªo (lio.ibiza.com) no est¨¢ al alcance de todos (desde 180 euros), pero es una experiencia por su cocina, atm¨®sfera ¡ªcon vistas a Dalt Vila¡ª y por el espect¨¢culo, ya que se trata de un restaurante-cabar¨¦ que tras la cena muta en discoteca con piscina. Teatro Pereyra (teatropereyra.com) es una opci¨®n nocturna para los que manifiesten alergia a las macrodiscotecas. Lleva desde 1988 ofreciendo conciertos en vivo y presume de abrir todo el a?o y no tener zona VIP.
Si la intenci¨®n es dormir en Ibiza, el hotel Es Viv¨¦ (hotelesvive.com) recuerda a los de la zona antigua de Miami, con interiores art d¨¦co (habitaci¨®n doble desde 242 euros); mientras, el hotel La Ventana (laventanaibiza.com), en Dalt Vila, ofrece cama doble desde 100 euros.
La ruta insomne
Entre las muchas caras de Ibiza, la m¨¢s popular es la que contempla el descanso como ¨²nico delito. Adem¨¢s de las discotecas, la juerga puede vivirse en lo que se llama hoteles-jaleo, con fiestas a cualquier hora del d¨ªa. Integrarse en una multitud danzante puede hacerse en Pach¨¢ (pacha.com); Privilege (privilege.com), la discoteca m¨¢s grande del mundo; Amnesia (amnesia.es); Space (spaceibiza.com), considerada como el templo de la m¨²sica electr¨®nica, o Es Paradis (esparadis.com), que con su fiesta del agua ha derribado uno de los iconos de la noche ibicenca: la fiesta de la espuma.
El hotel Ushua?a (ushuaiabeachhotel.com), en la playa d¡¯en Bossa, organiza parties a partir de las cinco de la tarde en la piscina. La Tower es su parte m¨¢s exclusiva, con habitaciones insonorizadas. En su p¨¢gina web prometen lujo, diversi¨®n, dise?o, siestas, ostras y amaneceres acompa?ados. Leonardo DiCaprio fue el primero en estrenar su suite presidencial, I¡¯m on the top of the world (Estoy en la cima del mundo), con dos jacuzzis, una espectacular terraza y 170 metros cuadrados.
De espaldas al mar
La Ibiza rural vive ajena al desmadre. En el interior reina el silencio, el blanco y el esp¨ªritu ecol¨®gico, y los agroturismos son los oasis donde saborear la calma. Los hay para todos los bolsillos, desde Can Domo (candomo.com), en Santa Eul¨¤ria (habitaci¨®n doble desde 180 euros), al lujoso The Giri Residence (thegiri.com), a las afueras del pueblo de Sant Joan (desde 395 euros). Pero para un verdadero retiro hay que ir al convento de Carmelitas de Es Cubells (habitaci¨®n individual, 45 euros), muy cerca de playas preciosas como Ses Bosques o Cala Llentrisca. Ibiza, adem¨¢s de incitar al pecado, cuenta con lugares para la meditaci¨®n. El pueblo de Es Cubells honra en una estatua al beato Francesc Palau, carmelita catal¨¢n y ermita?o que pasaba largas estancias en el islote de Es Vedr¨¢, a base de huevos de gaviota y agua de una cueva. Esta roca est¨¢ rodeada de leyendas y m¨¢gicas influencias y la puesta de sol tras Es Vedr¨¢ es de las m¨¢s solicitadas. Para verla m¨¢s de cerca, Aquabus Ferry Boats (aquabusferryboats.com) organiza excursiones de cinco horas (29 euros) que rodean el esot¨¦rico islote.
El restaurante Can Berri Vell (canberrivell.es), en Sant Agust¨ª, debe competir con los de terraza al borde del mar. Sus armas son una casa del siglo XVII y una excelente cocina. Abre solo de noche (desde 50 euros). La Casita Verde (greenheartibiza.org) cocina los domingos (10 euros) y ense?a sus instalaciones ecol¨®gicas a los visitantes.
Compras y cer¨¢mica
World family Ibiza (worldfamilyibiza.com) cuenta con clientas como Paula Echevarr¨ªa y es una marca inspirada en la est¨¦tica 'hippy-chic'. Alok y Merel, los creadores, vend¨ªan antes sus confecciones en el Mercado de las Dalias. En Sluiz (sluizibiza.com) hay objetos bonitos e ins¨®litos para el hogar, adem¨¢s de restaurante y terraza. Dora Herbst, pintora y artista, lleg¨® a Ibiza en los setenta y pas¨® de chica 'flower power' a dise?adora de ropa. (Dora Herbst Boutique, Marina Botafoch, local 315, Ibiza). En Reina&Roses (reinaandroses.com), Kate Moss y Elle McPherson compran vestidos y bolsos. Hay que ver los trabajos del emblem¨¢tico ceramista Toni Mar¨ª Fr¨ªgoles y otros artesanos locales en su taller (Arag¨®, 16, Ibiza) y degustar la cerveza ibicenca y otras 'delicatessen' locales en Suprem Ibiza (supremibiza.com).
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