Viajeros a pesar de la crisis

?C¨®mo ha influido la crisis econ¨®mica en nuestros h¨¢bitos viajeros? ?Nos gusta m¨¢s ir al extranjero o descubrir Espa?a? Los datos de Familitur trazan una radiograf¨ªa del turismo espa?ol.

Dejando a un lado el desfase estad¨ªstico por el cambio metodol¨®gico, los datos llevan a Manuel Figuerola, director del Doctorado en Turismo de la Universidad de Nebrija de Madrid (y muy cr¨ªtico, por cierto, con la informaci¨®n tur¨ªstica desagregada), a pensar que el desplome no ha sido tan agudo teniendo en cuenta la profundidad de la crisis, y que, en cuanto hemos podido, ¡°en cuanto hemos visto un rayo de luz¡±, hemos vuelto a viajar. Seg¨²n apunta el experto, dedicamos, de media, m¨¢s de 11% del presupuesto familiar al cap¨ªtulo viajero. Nada mal si comparamos con Estados Unidos, ¡°el pa¨ªs con mayor nivel de emisi¨®n sobre su consumo familiar¡±, donde esta cuota roza el 17%.

¡°La crisis econ¨®mica nos ha llevado a lo que llamamos una nueva normalidad: no nos hemos recuperado pero nos hemos acostumbrado a la nueva situaci¨®n; estamos revisando el turismo internacional, con menos viajes, pero buscando que los que hagamos nos proporcionen una buena experiencia¡±, explica Gerard Costa, profesor de marketing de la escuela de negocios Esade. Sigue mandando Europa, y dentro de ella el eje de destinos estrella, con Francia y Portugal (los favoritos de los espa?oles por proximidad, con Par¨ªs como gran Meca tur¨ªstica), e Italia (con Roma como gran atractivo). Pero los destinos alejados, ex¨®ticos y poco explorados por los espa?oles ganan fuerza. En 2014 hubo m¨¢s de un mill¨®n de viajes a Am¨¦rica y algo m¨¢s de un mill¨®n a ?frica (donde Marruecos es el destino favorito). ¡°El viaje de novios ya no es a Mallorca o a Canarias; es a Mauricio o a bucear a las Seychelles¡±, comenta Figuerola.

Por otro lado, estamos redescubriendo, o directamente descubriendo, Espa?a. Pero no en plan de tostarse vuelta y vuelta en una playa, que tambi¨¦n, sino poniendo rumbo al interior, a un pueblo con encanto, a un paisaje con r¨ªo, a ver flora y fauna. ¡°Al final, se trata de buscar la experiencia, de vivir la emoci¨®n de viajar, y eso se consigue igual visitando Estonia que conduciendo a la provincia de al lado a probar un guiso en un restaurante que pocos conocen, mientras hablamos con el due?o¡±, dice Costa.

La b¨²squeda de experiencias es uno de los elementos diferenciadores de los millennials (la generaci¨®n que naci¨® entre 1981 y 1995), que ya pican los 35 a?os y se plantean el turismo de otro modo. ¡°Viajar forma parte de su ADN; son viajeros sociales que visitan los sitios que les recomiendan sus amigos¡±, los define el profesor de Esade. Costa cree que ya no tiene tanto sentido plantearse, ¡°?hago un viaje nacional o internacional?¡±, sino preguntarse, ¡°?qu¨¦ tipo de escapada me va a proporcionar la experiencia viajera que busco en este momento?¡±. Porque la decisi¨®n se toma m¨¢s sobre la marcha. ¡°Una persona de 50 a?os contrata sus vacaciones con 90 d¨ªas de antelaci¨®n; los millennials, con 40 d¨ªas¡±, compara. Internet permite la compra r¨¢pida, por impulso, de un billete o de un alojamiento. Sin paquete tur¨ªstico de por medio.

Las compa?¨ªas de bajo coste, las plataformas online de coche compartido o de alojamientos alternativos a los hoteles llevan a los viajeros cada vez m¨¢s lejos por menos dinero. La barrera idiom¨¢tica tambi¨¦n se va difuminando. M¨¢s de 60 de cada 100 turistas espa?oles eligieron para sus vacaciones una vivienda ¡°no de mercado¡±, seg¨²n los datos del Familitur del INE de 2015, sin transacci¨®n monetaria de por medio: pueden ser casas de familiares o amigos, intercambiadas gratuitamente entre dos particulares, o el llamado turismo de sof¨¢. ¡°El viajero millennial lo prefiere, no solo por el precio, sino porque implica convivir y relacionarse con una familia del punto de destino¡±, dice Costa.