Espa?a no va a misa pero reza al santo
El n¨²mero de practicantes desciende, pero los espa?oles se siguen considerando mayoritariamente cat¨®licos
?Ha dejado entonces Espa?a de ser cat¨®lica, como proclamara Manuel Aza?a en el Congreso el 13 de octubre de 1931? Como todo lo que sucede en nuestro pa¨ªs, depende de c¨®mo se analice. La estad¨ªstica puede ayudar, pero mezclar cifras y religi¨®n suele generar m¨¢s interrogantes de los que resuelve.
En cualquier caso, la opini¨®n confesa de los espa?oles sobre sus creencias y pr¨¢cticas religiosas durante los ¨²ltimos a?os muestra dos tendencias claras: La primera es que cada vez un mayor n¨²mero declara no profesar ninguna religi¨®n; la segunda es que, entre aquellos que se identifican como cat¨®licos, desciende sin pausa el n¨²mero de quienes se reconocen practicantes. De hecho, en 2012 se produjo un momento significativo cuando el porcentaje descendente de estos ¨²ltimos baj¨® al 23% igual¨¢ndose ya entonces a la cifra ascendente de compatriotas que aseguran no creer en religi¨®n alguna. Y para 2014, el porcentaje de practicantes hab¨ªa descendido al 15,18%. Aun as¨ª, la mayor parte de la poblaci¨®n espa?ola ¨Cen torno al 70% en febrero de 2016- sigue consider¨¢ndose cat¨®lica.
Entonces ?qu¨¦ ha dejado de ser Espa?a? Pues un pa¨ªs que va a misa ?Supone eso una merma en la influencia social del catolicismo? Resulta aventurado decirlo en un territorio donde, por ejemplo, casi 6.300.000 espa?olas llevan Mar¨ªa en su partida de nacimiento y en donde en 2014 los nombres m¨¢s puestos a los reci¨¦n nacidos fueron el de una m¨¢rtir cristiana (Luc¨ªa) y el de un profeta del Antiguo Testamento (Daniel).
Siendo realistas, la gran mayor¨ªa de los espa?oles van, como m¨ªnimo, a la iglesia tres veces en su vida. En realidad en dos casos -bautizo y entierro- les llevan. El otro caso ¨Cla primera comuni¨®n-- dar¨ªa para un interesante debate sobre el grado de voluntariedad. Y es cierto que muchos espa?oles no vuelven a un templo cat¨®lico m¨¢s que para celebraciones del mismo tipo entre amigos y familiares. Hasta hace unos a?os, hab¨ªa un cuarto momento ¨Cesperemos que voluntario- que era el matrimonio. Aqu¨ª las estad¨ªsticas muestran que la celebraci¨®n religiosa se ha desplomado. Si en 2000 se casaron por la iglesia 152.000 parejas en 2014 menos de 50.000 pasaron por la vicar¨ªa. ?Se deben considerar cat¨®licos practicantes a esos 100.000 novios? De ninguna manera. Basta con escuchar algunas quejas de los p¨¢rrocos encargados de presidir la celebraci¨®n. ?Pero podemos decir que las m¨¢s de 200.000 personas que se casaron solo por lo civil el mismo a?o se declarar¨ªan fuera de la Iglesia en una encuesta? Obviamente tampoco. Si en algo cada caso es una excepci¨®n es en las relaciones de pareja y las circunstancias que las rodean.
Hay muchos ejemplos que indican que Espa?a sigue siendo un pa¨ªs socialmente cat¨®lico, aunque otra cosa sea cumplir con los preceptos de la Iglesia Cat¨®lica. Para los cientos de miles de espa?oles que cada a?o asisten a las procesiones de Semana Santa estas no tienen que ser por fuerza un acto religioso, y sin embargo, ser¨ªa absurdo sostener que las procesiones no son cat¨®licas. A menor escala, no sabemos cu¨¢ntos de los mozos que se encomiendan a San Ferm¨ªn antes del encierro son de verdad creyentes, pero todos cantan a una figura en su hornacina. Pongan en duda la existencia de San Mam¨¦s -en Bilbao, naturalmente- o que en cualquier centro de trabajo alguien proponga que los no creyentes trabajen la noche del 24 de diciembre y el 25 todo el d¨ªa -y que los cambien por otros dos d¨ªas a su elecci¨®n-; veremos qu¨¦ sucede.
?Justifica esto que los funerales de Estado sean de acuerdo a la religi¨®n cat¨®lica? ?Que haya capellanes cat¨®licos en el Ej¨¦rcito? ?Qu¨¦ haya bienes del patrimonio incardinados a la Iglesia cat¨®lica? Seguramente las relaciones entre la Iglesia cat¨®lica y el Estado deban evolucionar al igual que lo hace la sociedad. Las estad¨ªsticas pueden ayudar, pero la realidad es mucho m¨¢s compleja.
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