Protocolo playero (con o sin ba?ador)
Sentido com¨²n y ecol¨®gico. Y al desnudo, centremos la mirada en la cara o los pies
Ir a la playa es todo un arte que requiere de normas no escritas, regulaciones municipales, sentido y sensibilidad. Apuntamos algunas estrategias para pisar fuerte sobre la arena.
1 Buscar las playas menos concurridas
Los al¨¦rgicos a las hordas de turistas y domingueros deben sacrificar alguna comodidad para poder disfrutar de la playa sin masificaciones. Todo es cuesti¨®n de ceder y la primera regla dice que cuanto m¨¢s lejos y m¨¢s dif¨ªcil sea el acceso a la misma menos gente encontraremos en ella. Lo que entra?a, a veces, andar bajo el sol para poder llegar al para¨ªso. Es el caso de la Playa de Ca?uelo, en el Parque Natural del Estrecho (C¨¢diz), que requiere de una ruta a pie de dos kil¨®metros para llegar a esta joya natural.
Que no tenga arena es otra cualidad que aleja a las masas, como ocurre en la playa de Sakoneta, en Itziar, toda de piedra, a la que solo se puede llegar con marea baja. O la Playa de las Nieves, en Gran Canaria, de cantos rodados y arena gruesa pero rodeada de escarpadas monta?as. Aquellas en las que el sol se va r¨¢pidamente suelen despejarse con la llegada de la sombra, como la peque?a Cala Comtessa, en el municipio de Calvi¨¢ (Mallorca), con aguas transparentes. Otras, como la de Camposancos, en A Guarda (Pontevedra), pocas veces est¨¢ abarrotada debido a la fr¨ªa temperatura de sus aguas, que convierten el ba?o en un acto de valent¨ªa. Y, como ¨²ltima opci¨®n, siempre existe la posibilidad de acercarse al mar fuera de las horas punta y disfrutar del lujo de estar solo.
?2 Normas de urbanidad playera
Empezaron siendo reglas no escritas, puesto que entraban dentro del sentido com¨²n. Claro que al ser este el menos com¨²n de los sentidos, algunos municipios han empezado a regular lo que antes entraba en el apartado de las buenas maneras. La idea de levantarse temprano o aprovechar el insomnio del abuelo para que coja sitio y deje los b¨¢rtulos en primera l¨ªnea de playa est¨¢ mal vista. Tanto que algunos lugares lo proh¨ªben, como el ayuntamiento de Torrevieja (Alicante). Lo mismo ocurre con los juegos de pelota, ya que algunos no tienen reparos en montar un campo de f¨²tbol en medio de los que toman el sol y empezar a pegar patadas al bal¨®n como si estuvieran en la final de la Eurocopa. La consecuencia es que pagan justos por pecadores, y algunas playas proh¨ªben ya hasta las inocentes palas en la orilla, como las m¨¢s concurridas del ayuntamiento de Chipiona. La m¨²sica es otro problema, aunque no siempre hay normas para hacer que el improvisado Dj acabe su sesi¨®n o se la reserve para ¨¦l solo, y las fiestas, cumplea?os y celebraciones tambi¨¦n est¨¢n restringidas en muchas playas.
3 Para saber como est¨¢ el agua, incluso antes de ba?arse
Hacer kil¨®metros para llegar a una playa y comprobar que est¨¢ nublado, hace fr¨ªo o que el viento es insoportable es una experiencia familiar para los que hemos nacido en el norte de Espa?a. Pero ahora, gracias a diferentes aplicaciones, uno puede saber de antemano las condiciones con las que va a encontrarse, una vez que aterrice en la playa, y decidir si el viaje merece o no la pena. MedJelly, desarrollada por el CSIC y la Mediterranean Science Commission, informa si hay medusas o no en las aguas de Catalu?a y Baleares, mientras Infomedusa lo hace en la provincia de M¨¢laga. Para los preocupados por su piel y los perniciosos efectos de los rayos UVA, Solare proporciona el ¨ªndice UV de la zona en la que se est¨¢, el tiempo m¨¢ximo de exposici¨®n (si te pasas te avisa) y un sistema para calcular el nivel de protecci¨®n que cada piel necesita. Inservible si lo que se busca es un chamuscado al m¨¢s puro estilo Brexit. iMar, obra de Puertos del Estado, proporciona informaci¨®n fiable sobre oleaje, nivel del mar, viento, presi¨®n atmosf¨¦rica o temperatura del agua. Claro que si lo que se pretende es hacer windsurf, BuscaViento permite saber d¨®nde sopla el viento a favor.
4 Protocolo nudista
Adem¨¢s de los beneficios del sol y el agua en todo el cuerpo, la opci¨®n nudista suele estar menos concurrida y, generalmente, es children free (a salvo de ni?os). En pa¨ªses como Estados Unidos, donde estas playas est¨¢n especialmente delimitadas o se trata de resorts, las normas son claras y precisas, pero en Espa?a la frontera es m¨¢s difusa. Aqu¨ª conviven naturalistas convencidos de que el mal de la humanidad reside en el tejido, nudistas ocasionales, textiles y hasta mirones.
Uno de los peores pecados para un nudista convencido es que lo tachen de pervertido, por eso hay una barrera invisible que evita, cuando se est¨¢ frente a otro en la playa, mirar por debajo de las axilas (en el caso de las mujeres) y por encima de las rodillas (en ambos sexos), con lo que la vista se centra en cara y pies. Hay que huir de las posturas raras y las manifestaciones de afecto desmedidas. Quedan prohibidas tambi¨¦n las fotos, e incluso los selfies, si la playa est¨¢ muy concurrida y puede salir alguien detr¨¢s. Ese ejercicio tan sano de dejar que la vista vague a su antojo e, incluso, se quede anclada en alguien interesante puede ser malinterpretado; por lo que, una vez m¨¢s, el libro puede ser el mejor amigo.
Los reductos nudistas viven horas bajas y en ellos se ven m¨¢s cuerpos fofos y sometidos a la fuerza de la gravedad que j¨®venes y turgentes. Pero si, aun as¨ª, se produce una manifestaci¨®n f¨ªsica del entusiasmo, el hombre tiene dos opciones: permanecer en el agua o echar cuerpo a tierra. Estos lugares tal vez sean los ¨²nicos en los que la sexualidad masculina est¨¢ m¨¢s penada que la femenina.
5 Si vas con tu mascota
No hay muchos perros a los que le guste tostarse al sol, pero s¨ª los hay partidarios de nadar y refrescarse en el mar. El problema es que hay leyes que acotan su esparcimiento en aras de la salud p¨²blica, al mismo tiempo que permiten que animales de dos patas campen a sus anchas. Pero el movimiento pet friendly gana adeptos poco a poco y muchas playas empiezan a aceptar al mejor amigo del hombre o a poner horarios, lejos de las horas de mayor afluencia, para que las mascotas puedan chapotear. En srperro.com hay una gu¨ªa de las playas espa?olas que admiten canes, como la de Llevant, en Barcelona; la de El Ejido, en la Costa de Mijas, o la del Castillo Sohail, en Fuengirola.
Si nuestro perro tiene esp¨ªritu playero y encontramos un lugar que permita su acceso, no hay que olvidarse de llevar su cartilla veterinaria y su carnet de identificaci¨®n. Adem¨¢s de una sombrilla, alg¨²n que otro juguete para matar el tiempo, un bebedero, bolsas de pl¨¢stico por si debe hacer sus necesidades y alguna que otra galleta para que se porte bien. La operaci¨®n biquini corre ya por su cuenta.
6 Genio y figura, tambi¨¦n en la arena
No somos nadie y menos en ba?ador, sol¨ªa decir mi padre. Pero entre los que, entonando este dicho, tiran la toalla y renunciar a estar m¨ªnimamente presentables y los que planean la operaci¨®n biquini con meses de antelaci¨®n, hay un amplio margen. Las mujeres son m¨¢s proclives a cuidar la est¨¦tica, aunque esta se va relajando con los a?os. No est¨¢ de m¨¢s recordar que la playa no es el cuarto de ba?o donde una aprovecha para depilarse las cejas y hasta la l¨ªnea del biquini, hacerse la pedicura o descuidar el pelo como si una fuera el ¨²ltimo superviviente del planeta tras un desastre nuclear.
Los hombres pecan m¨¢s de ba?adores poco favorecedores y nada acordes a su anatom¨ªa, y con la aparici¨®n de la barriga llega un momento crucial en el que hay que decidir si la cintura se sit¨²a por encima o por debajo del est¨®mago. A muchos espa?oles les resulta extremadamente dif¨ªcil buscar una posici¨®n intermedia entre la del metrosexual, con depilado integral y sucinto ba?ador; y la del machote con pelo en el pecho, la espalda y ba?ador de vuelo. No hay reglas fijas, pero para captar el esp¨ªritu no estar¨ªa de m¨¢s visualizar estilismos de George Clooney, Hugh Jackman o el modelo maduro Alessandro Manfredini en sus vacaciones estivales. Todos guapos, dir¨¢n, pero para acercarse t¨ªmidamente a la perfecci¨®n hay que disponer de buenas referencias.
7 Ligar bajo la sombrilla es posible
Numerosas encuestas, como una Nacional de Tendencias Sexuales llevada a cabo por sexolog¨ªa.net en 2010, indican que la fantas¨ªa sexual m¨¢s com¨²n de los espa?oles en verano es practicar sexo en el agua.
Sin llegar tan lejos, ligar bajo el sol es otro de los deportes nacionales. Existen los m¨¦todos tradicionales para romper el hielo e iniciar conversaci¨®n que todav¨ªa funcionan, como pedir que te echen crema bronceadora, preguntar por la hora o decirle al vecino/a de toalla que te vigile las pertenencias cuando vas al agua. Mientras, los m¨¢s t¨ªmidos disponen ya de todo un arsenal de apps que ponen en contacto a desconocidos o a grupos con preferencias similares. Happn, una aplicaci¨®n para conocer gente que ofrece el perfil de otro usuario cada vez que dos de ellos se cruzan, realiz¨® el verano pasado una encuesta entre sus clientes sobre las playas en las que m¨¢s se ligaba y el ranking lo encabezaba la Playa d¡¯en Bossa, en Ibiza; seguida por la de Zarautz, en Guip¨²zcoa; Lloret de Mar (Girona), El Saler (Valencia), Benidorm y Gand¨ªa.
Mont¨¢rselo en la playa, a plena luz del d¨ªa, a¨²na el morbo de hacerlo en un sitio p¨²blico con el riesgo de que te pillen, pero una cosa es el sex on the beach y otra salir en Google Earth. Yo me esperar¨ªa a la noche.
8 Un poco de conciencia ecol¨®gica
Incluso los m¨¢s reticentes al color verde coincidir¨¢n conmigo en que la playa es uno de los lugares donde las conductas poco ecol¨®gicas tienen m¨¢s repercusi¨®n, por lo que existen ya listados de buenas practicas playeras. Adem¨¢s de respetar las zonas de dunas o las que est¨¢n prohibidas a los usuarios, no est¨¢ de m¨¢s evitar las botellas de vidrio, ya que si se rompen son peligrosas. Hay que reciclar selectivamente la basura, si es posible, y en caso de que no haya papeleras, llevarla a casa o echarla en el primer contenedor disponible.
Existen ceniceros port¨¢tiles y muchas playas ponen recipientes a disposici¨®n de los fumadores. Las colillas no son solo desagradables para los que se tumban en la arena, sino que tardan de 5 a 20 a?os en desaparecer o pueden ser tragadas por algunas especies como tortugas o delfines. Los m¨¢s ecol¨®gicos abogan por que se usen protectores solares org¨¢nicos, ya que contaminan menos el agua, y que se evite el uso de jabones o champ¨²s en las duchas de la playa, ya que estos productos acaban en el mar.
Las motos acu¨¢ticas no solo contaminan el agua sino que producen ruido. Si se opta por la piragua, o el stand up paddle, no solo haremos un favor a los dem¨¢s sino tambi¨¦n a nuestros m¨²sculos.
9 Si se llega en barco
Algunos piensan que el barco es un taxi acu¨¢tico que los deja en la orilla, y cada vez las embarcaciones tienden a acercarse m¨¢s, pero hay que recordar que las normas impiden fondear a menos de 200 metros de la playa. Si se quiere entrar con una barca auxiliar o una moto acu¨¢tica hay que hacerlo siempre por la zona delimitada para ello o, en caso de que no haya, por los extremos de la playa, donde se molestar¨¢ lo menos posible. La velocidad de entrada, menor a 3 nudos, es algo que algunos tienden a saltarse tentados por la idea de llegar a la playa en plan Fast and Furious.
Est¨¢ prohibido tambi¨¦n lavar el barco cerca de la costa y arrojar basuras. Si hay boyas flotantes, es aconsejable amarrar la embarcaci¨®n a ellas, en vez de fondear con el ancla, para as¨ª evitar perjudicar los valiosos y delicados fondos marinos o las praderas de posidonia que, entre otras cosas, act¨²an como depuradoras del agua del mar.
10 Chiringuitos versus beach clubs
El chiringuito legendario, hecho con tablas de madera y hojas de palmera, es una especie en extinci¨®n debido a la llegada de los beach clubs, lugares nacidos con la vocaci¨®n de encarecer el, de momento, gratuito placer de estar en la playa. Algunos son tan sofisticados y caros que exigen un dress code (c¨®digo de vestimenta) y uno no sabe si est¨¢ en un bar junto al mar o en la alfombra roja de los Oscar. Si lo que se quiere es comer algo y descansar a la sombra, es aconsejable mirar antes los precios para no llevarse sustos o acabar fregando platos. Para los que no tengan restricciones econ¨®micas y quieran dar envidia en Facebook, las camas balinesas, las est¨¦ticas ensaladas y los c¨®cteles multicolores dan siempre mucho juego, adem¨¢s de la m¨²sica y la gente que circula alrededor.
Algunos chiringuitos ganan puntos al llegar la noche y celebrar la puesta de sol o alguna fiesta, en la que a lo mejor s¨ª vale la pena vestirse para la ocasi¨®n y pagar un mojito con la tarjeta de cr¨¦dito. Otros son tan legendarios que se olvida uno de que hay playa, como el de El Bigotes en Cala Mastella (Ibiza), que prepara un delicioso bullit de peix; El Chiringuito en Sitges, en pie desde 1913 y que cre¨® y populariz¨® el t¨¦rmino, o El Pirata Bus, en Formentera, donde estuvieron Bob Dylan y Jimi Hendrix.
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