Clase de historia en un mural
Un recorrido con Diego Rivera y Frida Kahlo por los extraordinarios museos de Ciudad de M¨¦xico
Aseguran en la Ciudad de M¨¦xico que no hay otra capital del mundo con tantos museos, y como cifra se?alan un m¨ªnimo de 300. Lo cierto y comprobable es que un buen n¨²mero de ellos son extraordinarios en su especialidad y, como a?adido, suelen reforzar su inter¨¦s con exposiciones temporales de primer nivel. En una visita de una semana es imposible abarcar todo lo que ofrece esta megal¨®polis de m¨¢s de 20 millones de habitantes, pero siempre nos queda la esperanza de volver.
La visita empieza forzosamente en la monumental plaza del Z¨®calo. Construida sobre lo que fue el eje central de Te?nochtitlan (capital de la cultura azteca), su pasado ind¨ªgena y virreinal se funde en la visi¨®n de la catedral (siempre atestada de devotos del Se?or del Veneno, el Cristo Negro) construida sobre parte de lo que fue el Templo Mayor. Muy cerca, en el imponente Palacio Nacional, se encuentran los nueve murales pintados por Diego Rivera entre 1929 y 1951. En ellos se cuenta la historia de M¨¦xico, desde el nacimiento del dios Quetzalc¨®atl hasta el periodo posrevolucionario. El impresionante fresco de la epopeya mexicana ocupa los muros frontales y laterales de la escalera central del edificio (275,17 metros cuadrados) y es el punto de partida perfecto para visitar algunas de las muchas estaciones que la ciudad dedica a su artista m¨¢s amado y uno de los creadores esenciales del arte del siglo XX.
Casa de Anahuac
Desde el Palacio Nacional, la visita se enriquece en el Palacio de Bellas Artes, templo del muralismo mexicano, donde Rivera se mide con Orozco, Siqueiros y Rufino Tamayo. Aqu¨ª se encuentra la famos¨ªsima obra El hombre en el cruce de caminos, creada en origen para el Centro Rockefeller de Nueva York y que el multimillonario mand¨® destruir cuando vio que el artista mexicano, activo militante comunista, hab¨ªa incluido el rostro de Lenin (el mural fue sustituido por otro del barcelon¨¦s Josep Maria Sert). Gracias a los trabajos preparatorios y a que todo el proceso hab¨ªa sido fotografiado al detalle, Rivera pudo reconstruir en el palacio su canto anticapitalista en 1934. Para seguir empap¨¢ndonos de la obra y personalidad de Rivera hay que ir hasta Coyoac¨¢n. All¨ª est¨¢ su museo, Anahuacalli (que significa Casa de Anahuac o Casa del Valle de M¨¦xico), puede que su proyecto m¨¢s personal, en el que se muestra su impresionante colecci¨®n de arte prehisp¨¢nico. ?l mismo fue sumando las extraordinarias piezas desde muy jovencito. Despu¨¦s, ya famoso en todas partes, quienes le conoc¨ªan sab¨ªan que era casi el ¨²nico regalo que le interesaba. Exponer su colecci¨®n junto a algunas de sus obras (los dibujos preparatorios del mural para Rockefeller, por ejemplo) en un lugar especial se convirti¨® en una fijaci¨®n durante los ¨²ltimos a?os de su vida. ?l mismo escogi¨® el lugar y dise?¨® el edificio: una construcci¨®n caracter¨ªstica de la arquitectura teotihuacana y azteca edificada con piedra volc¨¢nica.
Muy cerca (la entrada se vende de manera conjunta) est¨¢ La Casa Azul, en la que vivieron Rivera y Frida Kahlo entre 1929 y 1954 y que fue un punto de encuentro permanente de los artistas comunistas amigos de la pareja. Vivienda original de la familia Kahlo y bell¨ªsimo museo dedicado a Frida, la imponente huella de Rivera y lo que fue la vida entre ambos se esparce por cada rinc¨®n de los jardines y de una casa envuelta en azul a?il. Casi a la vuelta se encuentra la Casa-Museo dedicada a Le¨®n Trotski. La vivienda conserva intacta toda la atm¨®sfera que le imprimi¨® el defensor de la revoluci¨®n permanente deportado por Stalin y asesinado en su estudio de la vivienda a manos de un agente del dictador sovi¨¦tico, el catal¨¢n Ram¨®n Mercader. Sus cenizas y las de su esposa Natalia Sedova descansan a la sombra de una hoz y un martillo.
La ruta en busca de Diego Rivera no puede estar completa sin una visita al museo Dolores Olmedo en Xochimilco, al sureste de la ciudad. La c¨¦lebre empresaria, gran amiga de Rivera, reuni¨® alrededor de 130 pinturas del artista (m¨¢s 24 de Frida) realizadas en todas sus ¨¦pocas, de manera que se trata de la colecci¨®n privada m¨¢s importante de riveras que existe en el mundo.
Frida desdoblada
En el impresionante bosque de Chapultepec, 678 hect¨¢reas verdes en plena ciudad, se encuentran algunos museos memorables (el de Rufino Tamayo con el legado del pintor, el Museo de Arte Moderno con el cuadro Las dos Fridas), pero, sobre todo, el Museo de Antropolog¨ªa, seguramente el espacio arqueol¨®gico m¨¢s fascinante del mundo por su contenido y su impactante museolog¨ªa. Aqu¨ª hay que escoger y prometerse que repetiremos la visita. En un primer recorrido de unas cuatro horas se puede intuir lo que fue la ciudad prehisp¨¢nica de Teotihuac¨¢n (imprescindible acercarse otro d¨ªa a las pir¨¢mides y recorrer el sitio arqueol¨®gico).
Gu¨ªa
C¨®mo llegar
Informaci¨®n
?Iberia, Aerom¨¦xico y Air Europa vuelan sin escalas entre Madrid y Ciudad de M¨¦xico. El precio de los billetes se mueve entre 624 y 900 euros, ida y vuelta. La duraci¨®n del viaje es de unas 12 horas.
De vuelta al centro hist¨®rico, en el edificio Esmeralda, se encuentra uno de los museos m¨¢s recientes de la ciudad: El Estanquillo, ocupado por las colecciones (cine, libros, fotograf¨ªa, publicaciones, juguetes) del escritor Carlos Monsiv¨¢is. Ricardo Paquini, conservador jefe del museo, va mostrando poco a poco los tesoros que Monsiv¨¢is don¨® a M¨¦xico.
Uno de los museos m¨¢s especiales es tambi¨¦n uno de los m¨¢s recientes. Dedicado a la Memoria y a la Tolerancia, abri¨® sus puertas en 2010 y poco a poco se ha convertido en un alegato contra los genocidios. Aqu¨ª el material expositivo es la historia m¨¢s reciente, los horrores del siglo XX. Con un archivo audiovisual impresionante (Fondos de la colecci¨®n de Steven Spielberg, Amnist¨ªa Internacional¡), se trata de recorrer los horrores del pasado para recordar, aprender y no repetir.
Para acabar, un buen plan puede ser visitar la remodelada Cineteca, en Coyoac¨¢n, un espectacular edificio convertido en un aut¨¦ntico hervidero de visitantes para sus diez salas de proyecci¨®n (una al aire libre), sus librer¨ªas, videoteca o exposiciones como la que ofrece hasta el 18 de octubre, titulada?Actuamos como caballeros o como lo que somos?, un precioso homenaje al cine de humor mexicano.
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