Tacos para la noche golfa de Madrid
En Madrid se puede comer toda la noche, solo hay que saber ad¨®nde dirigir los pasos
Los que habitualmente cogemos en Madrid los b¨²hos, las l¨ªneas nocturnas de autobuses que salen de Cibeles, estamos acostumbrados a tres tipos de pasajeros: borrachos, packs de rubias cl¨®nicas y cocineros filipinos que empiezan a subir a eso de las dos de la madrugada y a veces bastante m¨¢s tarde. Y es que en Madrid hay restaurantes que cierran mucho despu¨¦s de la medianoche. En realidad, en Madrid se puede comer a cualquier hora. En la Gran V¨ªa siempre vas a encontrar a los chinos de la cercana calle de Leganitos vendiendo bocadillos. Suelen sentarse cerca del Zara y te llaman guapo si eres menor de 30 y jefe si tienes m¨¢s para ofrecerte agua, bocadillos y ¡°servesa¡±. M¨¢s abajo, en Atocha, est¨¢ el ?Pando, en la esquina ancha de Santa Mar¨ªa de la Cabeza con Atocha, donde paran taxistas, camareros y polic¨ªas en un horario de cierre que depende de la clientela, pero que suele ser las dos de la madrugada. En la misma glorieta y frente a la estaci¨®n, un enorme McDonald¡¯s permanece abierto 24 horas non-stop, uno de los pocos del mundo con este horario. Mucho m¨¢s al norte nos queda el McDonald¡¯s de La Paz para calentarnos las tripas. Seg¨²n la leyenda urbana es el McDonald¡¯s que m¨¢s recauda de toda Espa?a: el local cierra a medianoche, pero el servicio de ventanilla abre 24 horas para los enfermeros y m¨¦dicos de guardia que se zampan sus 3.000 calor¨ªas de una sentada mientras discuten c¨®mo hacer un cateterismo estent.
Caripen (plaza de la Marina Espa?ola, 4) es uno de los primeros que abri¨® en horario bohemio. Un cl¨¢sico que se esconde entre la plaza de Espa?a y la de Oriente; el local era el antiguo tablao que abri¨® la incombustible Lola Flores hace muchos lustros con aquella actitud tan suya de buen rollito (es lo que significa caripen en cal¨®), y con buen rollito te sirven de cenar cocina francesa de bistr¨® hasta las tres de la madrugada o m¨¢s tarde, en mesas siempre abarrotadas y bulliciosas.
Otro siempre abierto es el concurrid¨ªsimo Carrefour de la plaza de Lavapi¨¦s. El Carrefour 24 horas es lo m¨¢s parecido a un aeropuerto: luces cegadoramente blancas, segurata con esposas y cajas como puertas de embarque que funcionan a velocidad de v¨¦rtigo. Puedes llevarte para comer cualquier cosa que pilles del supermercado o tomar directamente un perrito caliente a la entrada. Hay un horno de pan siempre en marcha que proporciona un inexplicable efecto relajante. Tambi¨¦n el Tako Away de la calle de Fuencarral (en el n¨²mero 87) es de horario corrido. Se encuentra frente a la parada de metro de Tribunal y comienza a llenarse bastante a eso de la 1.30, cuando va a cerrar el servicio de trenes. Comida r¨¢pida y contundente: los burritos los hacen a la vista del cliente y mientras no escojas salsa muy picante, nada recomendable de madrugada, todo perfecto.
Cerca de Fuencarral est¨¢ la panader¨ªa de la calle de B¨¢rbara de Braganza,?en el n¨²mero 9. Abre las veinticuatro horas, lleva m¨¢s de cien a?os y es un cl¨¢sico de la noche de los ochenta, cuando se juntaban a la puerta actores con guardias civiles y periodistas para hacerse bocadillos sobre los cap¨®s de los coches; as¨ª lo recuerda Mario, uno de los hermanos que llevan a?os detr¨¢s del mostrador. En el coraz¨®n de Chueca encontramos La Carmencita (Libertad, 16), que cierra a las dos de la madrugada. Uno de los locales con m¨¢s solera de la capital, conserva el parqu¨¦ de madera y la barra original de esta?o y zinc de hace m¨¢s de 160 a?os, antes de que el establecimiento pasara por manos del cura Luis de Lezama y de su hermano. Los propietarios actuales, Carlos y Luc¨ªa Zamora, ofrecen comida non-stop, perfecto para los turistas que vienen a tomar rabas y vermut natural servidos por Manuel, pura simpat¨ªa.
Para los que quieran cenar de mesa y mantel en la zona de Chamber¨ª, el Whitby (Almagro, 22) es una opci¨®n estupenda. En el esquinazo de Zurbano con Miguel ?ngel disponen de terraza abierta verano e invierno, frecuentada por turistas y gente del barrio. Aqu¨ª Aitor y Diana sirven copas y cenas hasta las tres de la madrugada.
Terrazas nocturnas
Cerca de Retiro encontramos varios locales para noct¨¢mbulos: La Vanduca (Columela, 2), de los malague?os Van Dulken, lleva abierta un par de a?os y cierra a eso de las dos de la madrugada (tambi¨¦n con terraza). Aproximadamente a esa hora echa el candado ?Rams¨¦s, en la Puerta de Alcal¨¢, con terraza luminosa siempre abarrotada de gente guapa. En la misma plaza encontramos Cappuccino, de ambiente m¨¢s tranquilo, una cafeter¨ªa y restaurante que dispone de terraza abierta invierno y verano con vistas al Retiro. Clientela del barrio y muchos turistas se sientan a cenar aqu¨ª hasta las tres de la madrugada cocina internacional; abierta tambi¨¦n en cualquier momento del d¨ªa, la terraza resulta muy acogedora en invierno, aclimatada con chimeneas de vidrio.
Si bajamos al paseo de Recoletos y o¨ªmos m¨²sica, seguro que proviene de Le Cabrera, uno de los tesoros ocultos de Madrid. Enorme terraza escondida tras la verja de la Casa de Am¨¦rica, en medio de un jard¨ªn frondoso, aqu¨ª se celebran habitualmente las fiestas Cocorico y uno puede cenar picoteo de makis y tartares y tomar copas hasta bien entrada la noche, o cenar de mantel en el Cien Llaves, que ocupa el mismo espacio. La entrada da a Cibeles, de donde parten todos los b¨²hos para los cocineros de todos estos locales y los ¨²ltimos noct¨¢mbulos de la ciudad de vuelta a casa con el est¨®mago lleno.
Esther Garc¨ªa Llovet es autora de la novela Mamut (Malpaso).
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