Oporto, la capital del Douro
Arquitectura de Siza y Koolhaas, arte a precios asequibles en la calle de Miguel Bombarda, un paseo en bici hasta el mar y escalada en el puente de la Arr¨¢bida. Sorpresas en Oporto
Oporto tiene un aire melanc¨®lico que embriaga como uno de sus vinos en ayunas. Pero tambi¨¦n excelente arquitectura moderna (?como que es la ciudad de ?lvaro Siza y de Eduardo Souto de Moura!), aceras abarrotadas de hipsters, marcha para no parar y albergues de lujo donde se puede dormir por 20 euros o menos.
8.00 Amanecer en Ribeira
No es un sue?o reservado para pudientes. Despertarse en Ribeira, el barrio m¨¢s seductor de la ciudad, con sus casas de colores acurrucadas bajo el puente de hierro de Dom Luis I (1) (la torre Eiffel de Oporto, le dicen), solo cuesta 15 euros si se pernocta en el reci¨¦n inaugurado Bluesock Hostel Porto (2), un albergue que deja en evidencia a los hoteles m¨¢s presumidos del lugar por su cuidado dise?o, su suntuosidad (tiene hasta una suite con vistas al Duero) y su envoltorio: un edificio hist¨®rico forrado de azulejos. Otra felicidad barata es pedalear por la orilla del r¨ªo hasta el oc¨¦ano. Vieguini y Porto Rent a Bike alquilan bicis desde cinco euros (dos horas). Por el camino veremos el puente de la Arr¨¢bida, donde se practica una novedosa actividad: ascender a pie por el extrad¨®s de su arco de hormig¨®n armado de 270 metros de luz, a 65 de altura sobre el r¨ªo. Los gu¨ªas y los arneses de seguridad los pone Porto Bridge Climb.
10.00 El tir¨®n de Harry Potter
Dos cl¨¢sicos para desayunar de vicio son los¨¦clairs de Leitaria da Quinta do Pa?o (3) y las empanadas mini de Padaria Ribeiro. Pero las que arrasan ¨²ltimamente son las tartas de Miss Pavlova?(4), de merengue crujiente y relleno cremoso. Las tres confiter¨ªas est¨¢n muy c¨¦ntricas, cerca de todo lo que hay que ver la primera vez que se pisa Oporto: los azulejos de la estaci¨®n de San Bento (5), la catedral (6), la calle das Flores (7), la torre de los Cl¨¦rigos¡?(8) y, por supuesto, la librer¨ªa Lello (9), un edificio neog¨®tico con escaleras de fantas¨ªa que recuerdan a las del colegio de Harry Potter. Solo por este parecido (y por el bulo de que aqu¨ª se rod¨® alguna escena), hay bofetadas para entrar (hasta dos horas de cola, en verano) y eso que cobran tres euros. La autora de la saga juvenil, J. K. Rowling, vivi¨® en Oporto como profesora de ingl¨¦s en su juventud, por lo que no es casualidad que esta librer¨ªa encaje a la perfecci¨®n en el imaginario de Hog?warts, el literario colegio de magia y hechicer¨ªa que tambi¨¦n se inspira en el comedor del Christ Church College, en Oxford. Los libros podr¨ªan ser de atrezo, con las hojas en blanco, porque la multitud ni los mira.
12.00 Piscina en Matosinhos
En una visita a Oporto no puede faltar una ruta por la arquitectura moderna, con tres altos necesarios: la Fundaci¨®n Serralves (10), obra de ?lvaro Siza; la Casa da M¨²sica (11), de Rem Koolhaas, y la nueva terminal de cruceros de Leix?es?(12), de Lu¨ªs Pedro Silva. Inaugurada en 2015, esta ¨²ltima semeja una gigantesca serpentina ca¨ªda junto a la playa de Matosinhos, que es un buen lugar, ya que estamos, para comer en cualquiera de sus 50 marisqueiras. En Matosinhos, por cierto, naci¨® Siza, el cual dej¨® aqu¨ª una temprana muestra de su genio, las Piscinas das Mar¨¦s (13), que se funden con las rocas y las olas del Atl¨¢ntico.
14.00 Una ¡®francesinha¡¯
Si el presupuesto no da para marisco, siempre queda el recurso econ¨®mico e hipercal¨®rico de ventilarse una francesinha, que a pesar de su nombre es una especialidad cien por cien portuense y cero fina: un s¨¢ndwich atiborrado de m¨²ltiples carnes y fiambres con queso fundido por encima, todo ello nadando (buceando casi) en una salsa picante de cerveza y tomate. Bufete Fase y Caf¨¦ Santiago (14) son los templos de esto. Otra bomba es el bocata de jam¨®n asado con queso de la sierra de la Estrella que preparan, mejor que en ning¨²n lado, en el bar Casa Guedes (15), en la plaza dos Poveiros. Con la panza llena, lo que apetece es dejarse llevar en uno de los rabelos (barcas tradicionales) que hacen cruceros por el Duero (12,50 euros, 50 minutos) y amodorrarse contando puentes, como quien cuenta ovejas. Tampoco es un plan agotador catar oportos en las bodegas de Vila Nova de Gaia (16) (visita y dos vinos, 6 euros) y luego tomarse un caf¨¦ en la terraza del espacio enotur¨ªstico Porto Cruz disfrutando de una vista ¨®ptima de la ciudad.
18.00 La calle de las galer¨ªas
Hora de patearse el kil¨®metro m¨¢s mol¨®n de la ciudad: Miguel Bombarda (17), la Malasa?a de Oporto, una calle rebosante de galer¨ªas de arte, barber¨ªas para hipsters y comercios modernuquis a m¨¢s no poder. En ?! Galeria (www.ogaleria.com) encontraremos obras de los mejores ilustradores portugueses a precios apa?ados. En el Centro Comercial Bombarda, boutiques vintage y locales de dise?adores independientes. En Rota do Ch¨¢, m¨¢s de 300 t¨¦s y un jard¨ªn para no moverse de all¨ª. Y en Gallery Hostel, camas en habitaciones compartidas por 20 euros, pero tambi¨¦n dobles por 59 y suites por 80, en un albergue de lujo (as¨ª lo definen sus due?os) que a la vez es galer¨ªa de arte.
20.30 Postre a la medida
Una buena opci¨®n para cenar son las originales hamburguesas (con o sin pan) de Bugo, en la misma calle de Miguel Bombarda. Otra, los petiscos (tapas) de Caldeireiros (18) (Caldeireiros, 139). Y otra, los platos para compartir de Cantina 32, que es el restaurante m¨¢s de moda (o sea, que hay que reservar) de la muy tur¨ªstica calle das Flores. Brutal su tarta de galletas (bolo de bolacha), que se pide por cent¨ªmetros. Dos lugares tambi¨¦n de moda, pero para ir de marcha despu¨¦s, son Plano B (19) y Bar Baixa, en C?ndido dos Reis, 30 y 52. En esta calle y en la paralela Galeria de Paris, abundan los garitos para los m¨¢s j¨®venes, donde se baila a Enrique Iglesias hasta las seis de la ma?ana: Porto T¨®nico, Audit¨®rio, Alma, We Love Porto¡ El punto de encuentro, donde empieza todo, es Adega Leonor (20) (Campo M¨¢rtires da P¨¢tria, 60), un bar tumultuoso forrado de sujetadores, carn¨¦s y otros objetos extraviados por los erasmus en la vor¨¢gine desatada por la cerveza local Super Bock.
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