Bicis gratis en Aarhus

La segunda ciudad de Dinamarca, a dos horas y pico por carretera desde Copenhague, recibe vuelos low cost (bajo coste) desde Madrid (Ryanair) y cada vez m¨¢s cruceros hacen escala en sus muelles. En cierto modo, Aarhus encarna las esencias del pa¨ªs: abierta al mar y rodeada de verde y un estilo de vida c¨¢lido y cercano. De sus 310.000 habitantes, buena parte son estudiantes de su joven universidad (1928). La ciudad, sin embargo, es vieja, fue fundada por los vikingos hace 1.200 a?os junto al r¨ªo Aarhus. El clima cultural, innovador, queda bien acu?ado en el lema con que aborda la capitalidad cultural europea 2017: Repensar. Casi todo est¨¢ muy a mano, a 10 minutos m¨¢ximo en bici (las bicis municipales son gratis). Adem¨¢s, con la AarhusCard, los transportes p¨²blicos son gratuitos y los museos ofrecen buenos descuentos (todos son gratis para menores de 18 a?os). Una ciudad amable, en fin.

10.00 Donde todo empez¨®

Resulta emocionante visitar el Museo Vikingo (1), reci¨¦n renovado, porque est¨¢ en el lugar mismo donde se fund¨® el poblado vikingo de Aros. En sus vitrinas se pueden ver ahora hallazgos de estos ¨²ltimos a?os. Est¨¢ al lado de la catedral (2), otro hito en la historia local, pues fue construida en ¨¦poca rom¨¢nica; pero en 1300 se quem¨®, siendo rehecha un siglo despu¨¦s en un g¨®tico de ladrillo sobrio y elegante. La Reforma arrambl¨® con las im¨¢genes y encal¨® muros, lo que ha permitido que lleguen a nosotros algunos murales g¨®ticos. Es el templo m¨¢s grande de Dinamarca. A un lado, en el antiguo Ayuntamiento (1857), se aloja el Museo de la Mujer (3) (Kvindemuseet), uno de los pocos en el mundo consagrados a la diferencia de g¨¦neros.

11.00 La huella de Arne Jacobsen

Cerca de la catedral se encuentra el Teatro (4), uno de los edificios del arquitecto Hack Kampmann, que en torno a 1900 dot¨® a la ciudad de obras notables, como la Escuela Catedralicia, la Aduana Real o el palacio de Marselisborg (5), utilizado por la familia real como residencia de verano (se puede ver entonces el colorido cambio de guardia). Por esa parte sur de la ciudad se encuentra el MoMu (6) (Moesgaard Museum), la ¨²ltima baza en la docena de museos locales, y un orgullo, ya que se trata de un edificio de 2014 en forma de rampa o cu?a clavada en un entorno de mar y bosque obra del estudio del arquitecto Henning Larsen, fallecido en 2013 y uno de los disc¨ªpulos de Arne Jacobsen. Es un museo innovador y did¨¢ctico para acercar la historia de la regi¨®n. Volviendo al centro, otro icono imprescindible: el ayuntamiento (7) (nuevo). Construido en 1940 por el extraordinario Arne Jacobsen, es una de las obras cumbre del funcionalismo n¨®rdico; sigue en uso y se hacen visitas guiadas por su interior. Como dato curioso, la torre de 60 metros, imagen de marca, no figuraba en el proyecto inicial, hubo de ser a?adida por petici¨®n popular.

12.00 Un concepto, ¡®hygge¡¯

Otro edificio emblem¨¢tico es el ARoS (8) (museo de arte moderno), uno de los grandes museos del norte europeo, con fondos de artistas daneses y n¨®rdicos desde el siglo XIX y buena colecci¨®n de vanguardia. El 8 de abril se abrir¨¢ la trienal del museo, con 15 instalaciones de nombres como Fujiko Nakaya o Doug Aitken, titulada El jard¨ªn, fin de los tiempos, principio de los tiempos. En lo alto del edificio, una pasarela acristalada en forma de corona, del dan¨¦s Olafur Eliasson, brinda vistas de 360 grados. Tanto en su restaurante panor¨¢mico como en el ARTcaf¨¦ de la planta baja se puede hacer una comida ligera (tambi¨¦n en los otros grandes museos). Eso entrar¨ªa en lo que los daneses llaman hygge, palabra intraducible, dicen, un estilo de vida feliz m¨¢s f¨¢cil de experimentar que de explicar y que tiene que ver con la comida sana y saludable, las actitudes eco, la ropa espont¨¢nea o informal, desplazarse en bici o encender velitas en la mesa¡­ Restaurantes que pueden considerarse hygge son Langhoff & Juul (9) (Guldsmedgade, 30), K?hler Spisesalon (10) (Bruunsgade, 33) y sobre todo los nuevos espacios Aarhus Street Food (11) (Ny Banegaardsgade, 46) y Aarhus Central Food Market (12) (Sankt Knud Torv, 7-9).

14.00 La ciudad vieja

La que llaman Ciudad Vieja (13) (Gamle By) es y no es. No es la antigua y verdadera Aarhus, que nunca se movi¨® del actual centro (y tiene en la calle Mollestien su estampa m¨¢s colorista), sino que es uno de esos museos etnogr¨¢ficos al aire libre que tanto gustan a los n¨®rdicos. Est¨¢ compuesto por 70 edificios, tra¨ªdos de 20 poblaciones, y animado por figurantes de carne y hueso, amables y risue?os, que conducen carretas de caballos, te atienden en comercios de ¨¦poca o te sirven pastel horneado con receta ?secular. Cerca est¨¢ el Jard¨ªn bot¨¢nico (14), que merece la pena visitar por sus invernaderos acristalados, aut¨¦nticas aulas de bot¨¢nica; tambi¨¦n en su Greenhouse Cafe se puede tomar un tentempi¨¦. Volviendo m¨¢s al centro, ser¨ªa pecado no pasear por las tiendas y caf¨¦s del Barrio Latino (15) o buscar objetos de genuino dise?o dan¨¦s (utensilios, l¨¢mparas, muebles¡­).

16.00 El puerto

Cinco minutos caminando y llegaremos al puerto (el ¡°r¨ªo¡±, seg¨²n los paisanos, ya que en realidad se trata de un estuario, canalizado y en parte soterrado). Desde hace poco m¨¢s de un a?o, el perfil urbano ha cambiado con el rompedor y afilado Dokk1 (16), que rige la creciente animaci¨®n de los muelles. El edificio es popular punto de encuentro, con centro de atenci¨®n al ciudadano, biblioteca, anchos escalones donde tumbarse al sol¡­ y una campana tubular de tres toneladas que se hace sonar a distancia, desde el Hospital Universitario, cada vez que nace all¨ª un ni?o. Por esa orilla sur la ciudad crece de forma admirable. Es el barrio Aarhus Este, donde surgen nuevos iconos como Navitas (17) (de l¨ªneas similares a Dokk1) o el Isbjerget (18) (Iceberg), conjunto de pisos en forma de bloques de hielo flotando a pie de mar.

18.00 Hora de divertirse

Por esa misma zona se encuentra Tivoli (19), parque de ocio con atracciones de feria, m¨²sica en vivo o restaurantes. La animaci¨®n nocturna, sobre todo con buen tiempo, se ha mudado del Barrio Latino a la zona de muelles. Pero si se trata de conciertos, hay que ir a la Musikhuset (20) o casa de la m¨²sica, edificio de 1982 obra del equipo Kjaer & Richter, situada al lado del ARoS y sede del Real Conservatorio, de la Orquesta Sinf¨®nica y de la ?pera Nacional Danesa. De dise?o elegante y luminoso, se abre a un parque a trav¨¦s de un gran vest¨ªbulo acristalado. Y para que no falte el toque hygge, en su restaurante Johan R. se puede rematar la velada en el mejor de los ambientes.