Lavapi¨¦s, la cultura del rev¨¦s

Lavapi¨¦s es una mezcla de nacionalidades. M¨¢s de 88 conviven en este barrio madrile?o, seg¨²n el Instituto de Estad¨ªstica de la Comunidad de Madrid, procedentes del norte de ?frica, China, diversos pa¨ªses latinoamericanos y del sudeste asi¨¢tico, entre otras regiones. Una diversidad que configura un vecindario vibrante, inquieto e ins¨®lito, donde cultura y contracultura se conjugan para ofrecer una de las propuestas de ocio m¨¢s variopinta de la capital.

Los j¨®venes y los estudiantes han sido los ¨²ltimos en mudarse al barrio. Y para ellos han surgido nuevos locales. Teatros, librer¨ªas y galer¨ªas de arte proliferan entre locutorios, fruter¨ªas, peluquer¨ªas africanas y restaurantes indios y banglades¨ªs. La gastronom¨ªa es uno de sus grandes reclamos para los visitantes. Restaurantes y bares con cartas que cubren toda la cocina espa?ola y buena parte de la extranjera permiten al paladar saltar de un punto a otro del globo.

La cultura es el otro gran atractivo. El barrio es un escaparate para lo experimental y alternativo. Y un ejemplo de organizaci¨®n vecinal. Un ejemplo de ello es Tabacalera (Calle de Embajadores, 53), el centro social y cultural gestionado por los vecinos del barrio, que ocupa buena parte de la antigua F¨¢brica de Tabacos de Madrid desde 2011. All¨ª imparten talleres de todo tipo: desde radio y cine hasta relajaci¨®n y educaci¨®n emocional. "Es un espacio para la cultura alternativa, para todo aquello que quiere escapar de lo establecido", afirma un joven que sale del edificio con el estuche de un instrumento a la espalda.

Parte del vasto edificio de Tabacalera alberga una sala de exposiciones gestionada por el Ministerio de Cultura. Ambas formas de entender el mundo, la institucional y la alternativa, compartiendo el mismo espacio. Ese es el esp¨ªritu de Lavapi¨¦s. ¡°En el barrio se encuentran los grandes centros culturales y los focos de experimentaci¨®n¡±, sostiene Waldo Rosales, coordinador de la Red de Teatros de Lavapi¨¦s. El Teatro Valle Incl¨¢n, sede del Centro Dram¨¢tico Nacional, se ha convertido en un referente de las artes esc¨¦nicas. Ocupa desde 2006 un gran edificio en la plaza de Lavapi¨¦s, en el lugar donde se alzaba el antiguo teatro Olimpia. En torno al Valle-Incl¨¢n se teje un entramado de peque?as salas que funcionan como un laboratorio de tendencias de la capital.

"Lo m¨¢s novedoso se prueba aqu¨ª y si gusta se lanza fuera", admite Rosales. La red Lavapi¨¦s Barrio de Teatro a¨²na catorce escenarios con una programaci¨®n heterog¨¦nea. En total suman un millar de butacas y ofrecen una media de 400 espect¨¢culos al mes. Hay salas que apuestan por el teatro vanguardista, como El Umbral de la Primavera (calle de la Primavera, 11), o por la m¨²sica y la danza experimental, como Sala M¨ªnima (calle de Mallorca, 4).

La Tortuga (calle de la Espada, 6) es un centro de creaci¨®n e investigaci¨®n cultural en el que se aborda el Teatro del Oprimido, del dramaturgo brasile?o Augusto Boal, fallecido en 2009. Esta corriente explora las presiones sociales que avasallan a los colectivos en exclusi¨®n social. El Nuevo Teatro Fronterizo de Jos¨¦ Sanchis Sinisterra est¨¢ centrado en los talleres de dramaturgia, mientras que el Teatro del Barrio, cooperativa sin ¨¢nimo de lucro, apuesta por el teatro pol¨ªtico. El humor se ejercita en La Escalera de Jacob (calle de Lavapi¨¦s, 9), una de los espacios m¨¢s veteranos del barrio, abierto en 2003.

Una de las calles de Europa con m¨¢s galer¨ªas

El arte tambi¨¦n llega a las calles y plazas de Lavapi¨¦s. Los muros de Tabacalera se repintan cada a?o y en el mes de mayo varios artistas urbanos convierten en lienzos las paredes, los escaparates y el empedrado del barrio. Ocurre durante la Convocatoria Art¨ªstico Libre de Lavapi¨¦s Emergente (C.A.L.L.E.) en la que una selecci¨®n de creadores interviene el espacio con instalaciones, pintura y fotograf¨ªa.

Librer¨ªas que piensan

Las librer¨ªas de Lavapi¨¦s huyen de lo convencional y tienen vida m¨¢s all¨¢ de las estanter¨ªas. En ellas se realizan seminarios, se editan libros y la gente se re¨²ne para realizar lecturas tan diversas como el Ulises de Joyce o El Capital de Marx. "Al principio, pens¨¢bamos que no se apuntar¨ªan a las lecturas m¨¢s de 15 personas y al final acude medio centenar", relata Giuseppe Maio, uno de los responsables de Enclave de Libros (Calle de Relatores, 16). Esta librer¨ªa y editorial ofrece m¨¢s de 2.000 t¨ªtulos. Sus due?os asesoran a los clientes como un farmac¨¦utico a un paciente. "Conocemos a buena parte de nuestra clientela y sabemos qu¨¦ recomendarle seg¨²n su estado de ¨¢nimo", argumenta Maio, al que todos conocen como Pino. En Bajo el Volc¨¢n, Fernando Velasco, su propietario, recomienda narrativa actual y m¨²sica. En su local de calle del Ave Mar¨ªa, 42, vende soul, funk, psicodelia, progresivo, indie y jazz en formato vinilo. "Hay varios locales alrededor que solo pinchan este formato, ha vuelto a ponerse de moda", asegura.

En Lavapi¨¦s las librer¨ªas proponen espacios para el pensamiento cr¨ªtico. En La Malatesta (Calle de Jes¨²s y Mar¨ªa, 24) abogan por mantener un lugar a pie de calle en el que proporcionar acceso a la cultura anarquista y ¨¢crata a trav¨¦s de sus publicaciones. Con esa filosof¨ªa naci¨® tambi¨¦n Cruce, una asociaci¨®n cultural que edita libros y organiza exposiciones de arte en su sede de la calle del Doctor Fourquet.

El pensamiento acad¨¦mico tambi¨¦n cabe en este barrio madrile?o. La Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED) cuenta con una sede en las Escuelas P¨ªas de San Fernando, un edificio destruido durante la Guerra Civil que fue recuperado a principios de la pasada d¨¦cada y declarado Bien de Inter¨¦s Cultural desde 2006. En el crucero de la antigua iglesia, bajo el espacio que antes ocupaba una vasta c¨²pula, los estudiantes se afanan en sus lecciones con devoci¨®n casi religiosa, al margen del trasiego que impera en el aleda?o Mercado de San Fernando.

Libros entre casquer¨ªa

Tan solo una carnicer¨ªa, una poller¨ªa "y Marisa, la sastra", asegura un vecino, quedan en este antiguo mercado de Lavapi¨¦s. Nuevos negocios de productos artesanales y ecol¨®gicos se han instalado en los avejentados puestos. "En este mercado los precios son asequibles", argumenta una vecina jubilada que suele reunirse con sus amigas en uno de los bares del mercado.

El bajo precio de los alquileres ha sido, precisamente, lo que ha hecho que la asociaci¨®n cultural El Cairo Lance se instalase en los antiguos puestos de la casquer¨ªa Mar¨ªa Luisa y la poller¨ªa Manoli para vender libros al peso; se trata de uno de los pocos locales del mercado que no est¨¢n dedicados a la hosteler¨ªa. En La Casquer¨ªa los ejemplares se exponen sobre las antiguas b¨¢sculas y los mostradores. El kilo de libros sale a 10 euros. "Nuestra intenci¨®n es ofrecer cultura a precios bajos", explica una portavoz de la asociaci¨®n.

Cultura diversa y asequible para todos los bolsillos. Esa es una de las m¨¢ximas que se repite entre los comerciantes y vecinos del barrio. Su se?a de identidad y su principal arma de resistencia frente al empuje de la gentrificaci¨®n, el fen¨®meno, a veces pol¨¦mico, que lleva d¨¦cadas transformando el centro de Madrid. Lavapi¨¦s, por ahora, contin¨²a apostando por la diversidad cultura para mantener su esencia, y que se enriquece con cada nuevo vecino que se instala en el barrio.

... Y para hacer un alto en el camino:

Esta noticia, patrocinada por Mahou, ha sido elaborada por un colaborador de EL PA?S.