Hackney, el barrio de moda de Londres
La hist¨®rica zona obrera del East End acoge ahora a j¨®venes artistas y dise?adores, un nuevo foco de tendencias urbanas
Hackney es uno de esos barrios que ha reconstruido su imagen. De una zona gris y marginal ha pasado a ser un hervidero de tendencias eco y propuestas alternativas han tomado las calles por las que antes daba hasta miedo pasear. Mercados ecol¨®gicos, espacios de coworking, olor a tarta de zanahoria casera y caf¨¦s especializados en cereales. Barber¨ªas y fish and chips de toda la vida se mezclan con mercadillos de corte neohippie en el Londres obrero m¨¢s profundo, un barrio que ha mudado su aspecto gracia a j¨®venes de clase media que no pueden permitirse los alt¨ªsimos alquileres del centro de la ciudad.
Mercadillos y canales
Una prueba de la transformaci¨®n que ha experimentado Hackney est¨¢ en sus mercados, que han pasado de ser tradicionales plazas de venta de frutas y verduras a un muestrario de las nuevas tendencias gastron¨®micas, con fuerte tir¨®n de los productos ecol¨®gicos. La prueba est¨¢ en Broadway Market, cerca del canal de Haggerston, donde el viejo centro de abastos ha mutado en un para¨ªso de la comida callejera y un lugar de cita obligada para los que presumen de modernos. En torno al nuevo mercado han ido brotando tiendas de delicatesen, barber¨ªas, librer¨ªas y peque?os caf¨¦s frecuentados por j¨®venes con sus ordenadores port¨¢tiles bajo el brazo que prueban diferentes variedades de caf¨¦ de consumo responsable.
Otra plaza interesante en el llamado Off Broadway de Hackney es Netil Market, que despliega cada s¨¢bado artesan¨ªa, curiosidades y puestos de streetfood en un solar de Westgate Street. El eje de todo es Netil House, un edificio donde m¨¢s de cien artistas y dise?adores se han creado una comunidad creativa. Arriba, un caf¨¦ con terraza ofrece una panor¨¢mica londinense cuando hace bueno. El toque dulce lo aportan pasteler¨ªas como Yeast Bakery y caf¨¦s como el Oslo, pero si en verdad queremos una pinta, el pub Cock Tabern, junto a la estaci¨®n Hackney Central, suele estar lleno de barbudos h¨ªpsters tomando cervezas artesanales.
Los domingos en Hackney huelen muy bien en el mercado de flores de Columbia Road, el m¨¢s importante de Londres. Es una explosi¨®n de color y vida donde a¨²n se puede escuchar aut¨¦ntica ch¨¢chara de vendedor en jerga cockney. Como suele estar hasta los topes, conviene llegar pronto o a ¨²ltima hora, cuando los puestos rebajan las flores que han sobrado. Pero si buscamos un mercadillo realmente aut¨¦ntico ¨Ccasi rural¨C hay pasar por la Hackney City Farm (en Goldsmith Row), una aut¨¦ntica granja urbana donde los vecinos trabajan como voluntarios para criar y mantener ovejas, burros, conejos, aves, incluso abejas. Todo con un aire muy hippie que anima a muchas familias a tomar el brunch los domingos en el restaurante Frizzante, adscrito al movimiento slow food con productos locales y sostenibles; tambi¨¦n hay helado casero. Un pedazo de la Inglaterra rural en el coraz¨®n de Londres.
T¨¦ vietnamita y acento ¡®cockney¡¯
La multiculturalidad londisnense se traslada al plato en Hackney. As¨ª, junto a un restaurante vietnamita de barrio como el Green Papaya especializado en cocina del norte del pa¨ªs asi¨¢tico en la que destacan los platos de marisco y un delicioso helado de t¨¦ verde, se encuentra uno de los viejos locales que sobrevive en la zona, d¨¢ndole al barrio un aspecto todav¨ªa m¨¢s interesante. Es F. Cooke, un negocio familiar con azulejos originales y serr¨ªn en el suelo que desde hace m¨¢s de un siglo sirve platos londinenses m¨¢s tradicionales a precios asequibles, como anguilas y pur¨¦ de patatas, tartas saladas y empanadas. Eso s¨ª, por la noche se transforma en un lugar curioso donde gin tonics: Peters & Co Gin Palace.
Formans, donde llevan curando pescado desde 1905, sigue ocupando un local amplio, junto al r¨ªo, con vistas del estadio ol¨ªmpico, y su carta incluye salm¨®n ahumado al estilo londinense y otros muchos platos (con y sin pescado). Tambi¨¦n con vistas al estadio, dentro de la galer¨ªa Stour Space, el Counter Caf¨¦ sirve desayunos, s¨¢ndwiches y empanadas junto al canal, entre muebles de segunda mano desparejados y un ambiente que atrae a los artistas locales.
La noche en Hackney
El Hackney Empire es uno de los epicentros de la vida nocturna de este barrio londinense. Dise?ado en 1901 por el arquitecto Frank Matcham, fue uno de los primeros teatros que tuvo luz el¨¦ctrica, proyector y calefacci¨®n central. Aqu¨ª han debutaron Marie Lloyd o Charles Chaplin. Para tomar una cerveza, lo propio en Hackney es pedir pintas artesanales, como las que sirven en Clapton Craft ¨Ccomo la Camden Pale Ale y la Brixton Brewery¨C o el pub georgiano Cat & Mutton, donde su clientela hipsters piden rondas bajo trofeos de caza, fotograf¨ªas en blanco y negro de antiguos boxeadores y un gran retrato de Karl Marx. Una escalera de caracol lleva hasta los c¨®modos sof¨¢s de la planta superior donde hay sesiones de DJ los fines de semana.
El pub Dove Freehouse, un laberinto de espacios que incluye una sala con juegos de mesa para cuando no acompa?a la climatolog¨ªa, y el enorme People¡¯s Park Tavern, viejo y laber¨ªntico local con cervecer¨ªa al aire libre y f¨¢brica de cerveza artesanal propia, completan una miniruta en la que no puede faltar el imprescindible Netil 360, el bar de la azotea de Netil House: incre¨ªbles vistas de Londres (con telescopios de lat¨®n incluidos), c¨¦sped artificial para jugar al croquet o un jacuzzi para relajarse (bajo reserva propia).
Dalston, lo m¨¢s ¡®cool¡¯
Muchos califican la zona de Dalston, uno de los pueblos industriales que formaban parte de Hackney, como el rinc¨®n m¨¢s cool de Londres. El barrio fue pobl¨¢ndose de emigrantes jamaicanos, turcos o vietnamitas hasta que, expulsados del centro de Londres por los inalcanzables precios inmobiliarios, artistas y j¨®venes profesionales aterrizaron aqu¨ª. Este nuevo ambiente, creativo y espont¨¢neo, se ha cristalizado ya en locales como el Caf¨¦ Oto ¨Ccon ciclos musicales y aire desenfadado¨C y el Arcola Theatre, con una programaci¨®n de vanguardia a tener muy en cuenta.
Entre espacios de coworking, un recorrido por la zona pasa por Roof Park (18 Aswin Street), una de las mejores terrazas para tomar una copa mientras se contempla el atardecer en Dalston, y por L¡¯Atelier, caf¨¦ con la decoraci¨®n kitsch-vintage t¨ªpica del barrio, m¨²sica francesa y aroma de expreso. El toque ¨¦tnico lo pone Mangal Ocakbasi, un ocakbasi turco (restaurante con parrilla abierta de carb¨®n) siempre abarrotado y lleno de humo, pero con delicioso mezze, chuletas de cordero a la parrilla, codornices y un sabroso surtido de kebabs.
Y dos pistas m¨¢s para empaparse del esp¨ªritu de Dalston: el jard¨ªn comunal de Dalston Eastern Curve Garden (13 Dalston Lane), donde colaboran los vecinos del barrio y se puede entrar a tomar un caf¨¦, una pizza ecol¨®gica o un pastel casero bajo p¨¦rgolas de madera, y el m¨ªtico Dalston Jazz Bar, en una de las esquinas de la plaza Gillet. Jazz tradicional al m¨¢s puro estilo de los cincuenta y una carta muy original con hamburguesas de canguro o bocaditos de tibur¨®n blanco.
Sutton house y otros museos
El pasado hist¨®rico de Hackney se conserva en la Sutton House (Homerton High Street), una mansi¨®n de estilo Tudor construida en 1535 por uno de los consejeros de Enrique VIII. Fue abandonada y ocupada ilegalmente en la d¨¦cada de los 80, pero actualmente ha sido restaurada y abierta al p¨²blico como museo. Incluye una curiosidad: el retrete m¨¢s antiguo de Londres.
Otro edificio relevante de Hackney es St. Augustine¡¯s Tower, una torre del siglo XIII al borde de los jardines de St. John¡¯s Churchyard. Es el edificio m¨¢s antiguo del barrio y los ¨²nicos restos que se conservan de una iglesia demolida en 1798. Los 135 escalones del torre¨®n pueden subirse los (pocos) d¨ªas en los que abre sus puertas.
Dos oasis londinenses
Un remanso de paz aguarda en Haggerston, cuyos peque?os parques suelen acoger a londinense en busca de un espacio al aire libre para leer o tumbarse al sol. Pero la zona verde que est¨¢ cobrando protagonismo en Hackney es London Fields, especialmente entre quienes disfrutan de un relajante tras visitar el mercado de Broadway. Cuenta con dos zonas de juegos infantiles, un pub y la London Fields Lido, una piscina climatizada al aire libre que en verano suele estar abarrotada.
Alrededor de ambos oasis urbanos hay distracciones como el Geffrye Museum, una especie de museo del dise?o dom¨¦stico (desde 1600 hasta nuestros d¨ªas) instalado en una antigua casa social, o, al caer la noche, The Fox, con una terraza en la parte de arriba muy agradable, y The Haggerston, un local de jazz con m¨²sica en directo.
M¨¢s informaci¨®n en la gu¨ªa de Lonely Planet de Londres y en www.lonelyplanet.es
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