Vi?as de L¨¢rrede, el hotel m¨¢s rom¨¢ntico de los Pirineos

Dejamos San Sebasti¨¢n porque quer¨ªamos vivir de otra manera¡±, confiesan los propietarios de este hotelito con dise?o alpino en el valle de Tena. En las puertas que abren paso a las cumbres blancas de Formigal y Panticosa, Joaqu¨ªn del Rinc¨®n y Adriana Ribera han materializado un sue?o. Tras una intensa b¨²squeda, el matrimonio se afinc¨® en una ladera pr¨®xima a Sabi?¨¢nigo con una panor¨¢mica envidiable del r¨ªo G¨¢llego y el trasfondo monta?oso del Pirineo aragon¨¦s.

Al amparo de la iglesia rom¨¢nica de San Pedro de L¨¢rrede, del siglo X, el edificio emergente en madera de alerce procedente de Siberia denota a trav¨¦s de su estampa navide?a (hilaturas iluminadas a lo largo de los aleros, molduras decorativas, m¨¦nsulas de volutas, balconadas en l¨ªnea con paramentos calados de lises, chimenea de le?a¡­) la nostalgia de los propietarios por sus esquiadas invernales en el Tirol o en los Alpes saboyardos. El acento contempor¨¢neo lo instruye una idea sostenible de provisi¨®n energ¨¦tica mediante aerotermia, la procedencia pluvial del agua de riego y la eficiencia energ¨¦tica lograda con la implementaci¨®n de bombillas de led.

Adriana y Joaqu¨ªn reciben a sus hu¨¦spedes, llegados unas veces por el reclamo del esqu¨ª, otras veces por el excursionismo de monta?a y, las m¨¢s, por la vida muelle que imprimen sus interiores. Adem¨¢s de la terraza, la piscina estival, el peque?o spa y el huerto que abastece un comedor ¡ªnunca mejor dicho¡ª de altura culinaria a cargo del chef Toni Polca, la experiencia vacacional raya el lujo en sus 17 habitaciones todas distintas, abrigadas con edredones n¨®rdicos de tacto irresistible, largos cortinajes de techo a suelo, duchas de lluvia fina y, siempre, el aroma persistente y c¨¢lido del alerce en el mobiliario, en la viguer¨ªa y en las paredes. Todas con nombre de mujer: Anita, Patricia, Paula, Teresa y Dolores (las dobles sencillas); Nora, Concha, Mar¨ªa, Leonor, Vicenta, Rosal¨ªa, Emilia, Emma y Ascensi¨®n (las dobles premium); Ana, In¨¦s y Mar¨ªa Luisa (las suites).

Al filo de la tarde, el sanctasanct¨®rum de Adriana, Joaqu¨ªn y sus dos hijos se ve rutilante desde el caminito de acceso a L¨¢rrede. El veh¨ªculo se aparca en un lugar reservado en la parte baja con la intenci¨®n de ocultarlo a la vista de las monta?as. Arriba, con sus candilejas navide?as, nos espera el hotel probablemente m¨¢s rom¨¢ntico de los Pirineos.